Un barrio de Santa Fe a la suerte de su patrona, Santa Rosa de Lima
Calles rotas y con desniveles, zanjas que rebasan, minibasurales en diferentes sectores son algunos de los reclamos de la gente de un barrio popular que alza la voz para ser escuchada y reclama atención. La obra de cloacas que se inició hace más de una década quedó inconclusa y es la responsable de gran parte de este deterioro.
MINIBASURALES. La basura también es un grave problema en Santa Rosa de Lima por los problemas de contaminación que genera. Foto: Mauricio Garín.
Mendoza y Lamadrid es la esquina que divide "dos ciudades diferentes". La de calles prolijas con pavimento, por un lado, de la de calles intransitables que rompen vehículos y obligan a señoras y señores con bastones a alargar camino y cruzar por un lugar un poco más seguro, por otro. La de cuadras con desagües pluviales que funcionan, de cuadras con zanjas que rebasan de aguas servidas todo el año. De sectores por donde pasa el camión de la basura e ingresan ambulancias, de otros donde la basura se acumula en la esquina y el ingreso de un servicio de emergencia es una utopía.
Mendoza y Lamadrid no es otra cosa que un cruce de calles que marca el ingreso a uno de los barrios más populares del cordón oeste de la ciudad: Santa Rosa de Lima.
En la recorrida realizada por El Litoral, los vecinos no dudaron en acercarse y contar cómo está el barrio. Todos manifestaron que se encuentra en un profundo y notorio abandono, que viene de larga data. No es solamente de esta gestión municipal sino de las anteriores también. La tan esperada obra de cloacas en el barrio marcó un antes y un después.
"Hace más de una década que se hizo la obra de cloacas en Santa Rosa de Lima. Pero está mal hecha. Hay sectores donde se hundió el pavimento y hay desniveles y otros donde ni siquiera se colocó (el asfalto) porque la obra quedó sin terminar", contó Alejandro Peralta, un vecino que habita el barrio hace 44 años. Y agregó: "Quedó sin terminar justamente porque fue mal ejecutada y entonces se paralizaron los trabajos que venían después, como la pavimentación de las calles, los cordones cunetas...".
Una larga historia
La obra de cloacas arrancó en Santa Rosa de Lima en el año 2010, en la gestión de Mario Barletta. Pero fue en la gestión de Martín Balbarrey (2004-2007) cuando se consiguió el financiamiento nacional para extender la red cloacal en el marco del Programa de Mejoramiento de Barrios (Promeba II).
Esta obra tuvo y tiene muchas idas y vueltas. Lo último que se conoce es que el año pasado, en noviembre, la Municipalidad anunció el retorno de las obras de mejoramiento en Santa Rosa de Lima, también con financiamiento nacional pero en el marco de Promeba IV. A la fecha, El Litoral pudo saber que las obras no se retomaron - "estarían por comenzar" según una fuente del municipio-. Mientras tanto el barrio "va de mal en peor", asegura Peralta.
TODO EL AÑO. En varios sectores del barrio las cunetas están así todo el año, con lo cual cada vez que llueve el agua ingresa a los domicilios. Foto: Mauricio Garín.
Calles completamente intransitables, cordones cunetas que rebasan de aguas servidas, basura en todas las equinas y poca iluminación son los principales problemas que refieren los vecinos. Son postales cotidianas de uno de los barrios más populares del cordón oeste de la capital provincial.
Antecedentes
2008: la Municipalidad firmó el convenio de adhesión al Programa de Mejoramiento de Barrios (Promeba II) que financia la Nación. Lo hizo con el objetivo de lograr el mejoramiento integral del área de desarrollo oeste de la ciudad.
2009: se consiguió el financiamiento para extender la red cloacal al barrio Santa Rosa de Lima. La inversión se estimó en 13.779.341,55 de pesos y tuvo una redeterminación de precios de 15.713.979,88 de pesos en junio de 2010.
2010 y 2011: la UTE integrada por Rovial SA y Epreco SRL puso en marcha la obra. Sólo tuvo una certificación del 40 % y la paralizó el 1º de agosto de 2011, aduciendo problemas de inseguridad en el barrio y dificultades técnicas, como interferencias de cables y cañerías en el suelo. En esos años, las quejas de los vecinos cobraron énfasis. "Están destruyendo las calles y, encima, haciendo mal los trabajos" decían.
2012: La Municipalidad decidió ceder la obra a la firma Mundo Construcciones. En enero de ese año, faltaba un 60 % de ejecución.
2013: Se anunció la finalización de la obra de extensión de la red cloacal.
De 2014 a esta parte hubo licitaciones, nuevas paralizaciones y así… un sin fin de novedades. Muchas idas y vueltas. En concreto: lo que se soñaba como una obra clave para mejorar la calidad de vida de los vecinos no fue otra cosa que, dicho por ellos mismos, "un gran dolor de cabeza".