Florencia Arri
La renovación de la fachada principal es un avance notorio del extenso proceso de restauración y puesta en valor que comenzó en 2004 con el recalce de los cimientos y que reconstruye todo el edificio. Pero no es el final de obra: van a cambiar el piso completo y a climatizar el templo. Paso a paso, el detalle de todo lo hecho.
Florencia Arri
Un estruendo de trueno paralizó al padre Olidio Panigo un sábado, a las dos de la tarde, y rompió la quietud de la siesta de verano en la Basílica de Guadalupe. Fue el 18 de diciembre de 2004, cuando 2.500 kilos de mampostería se desplomaron del techo del ala derecha y cayeron sobre los bancos, vacíos, que una hora antes había ocupado el coro de niños para ensayar cantos de Navidad.
Al ingresar al templo, Panigo sólo explicó como un milagro que el único daño fuese la destrucción de unos bancos empotrados en el muro. En su desmoronamiento, desde 16 metros de altura, la bóveda de hierro y concreto de cemento no dañó ninguna de las imágenes del pesebre ni el antiquísimo cuadro de la Virgen que descansa sobre la pared del ala derecha.
“Fue un mensaje, un emplazamiento: el edificio no podía esperar”. Así lo explica hoy Alberto Tosti, quien se acercó al santuario en 2004 como un feligrés y no se fue nunca más: desde entonces, es quien comanda las reformas de la Basílica. Con su formación de ingeniero civil egresado de la Universidad Nacional de Rosario y como Técnico constructor de la Escuela Industrial Superior, es quien comanda las obras del edificio construido en 1905.
El colapso del cielorraso fue el puntapié inicial de una obra que ya lleva 10 años y que por estos días le cambia la cara al santuario: si bien la fachada ya fue renovada al detalle, no habrá acto oficial. Panigo, como delegado episcopal en la Basílica, es celoso del momento: “Vamos a inaugurar la restauración cuando esté lista” responde el sacerdote a quienes piensan que las obras están por terminar.
Del suelo al techo
Fisuras en muros de 90 centímetros de ancho, que nacían en el suelo y continuaban su traza hasta el cielorraso. Esta fue la primera causa que alarmó al padre Olidio Panigo y a Tosti, y el primer indicio de la “patología estructural severa” diagnosticada. El instituto CECOVI de la Universidad Tecnológica Nacional controló la evolución de las fisuras y los asentamientos durante todo 2005.
Lo que pasó fue que el suelo donde se construyó la Basílica ya no tenía capacidad de soportar cargas. “Antes, el edificio no estaba rodeado de veredas ni terrazas y toda la lluvia que cayó durante casi cien años sobre el edificio erosionó el suelo de alrededor, que es arcilloso, se infiltró y fue a los cimientos: así se formaron ríos subterráneos que arrastraban el suelo”, explicó el ingeniero. La marca más evidente estaba en el sótano, donde hallaron hundimientos entre el piso y el zócalo de hasta 8 centímetros.
La solución fue la colocación de micropilotes que hacen de nuevos cimientos a 15 metros de profundidad, y que soportan todo el peso del edificio.
Mientras tanto, a la par de la estabilización de la Basílica, se comenzó con una exhaustiva restauración integral. Se cambió todo el techo de chapas y los tirantes de pinotea fueron reciclados en bancos que están en los laterales al altar.
El cambio de todas las chapas tuvo lo que Tosti llama una ayuda especial: fue un trabajo que se hizo entre abril y septiembre de 2008, en que no llovió ni una sola vez. “Para quien no cree fue una casualidad; para los creyentes, una ayuda de la Virgen”, por nombrar sólo una.
Lo que se intuye como el milagro mayor es que desde el inicio de los trabajos la obra jamás se detuvo por falta de fondos. “Siempre hubo un aporte, la gente ve el avance de los trabajos y colabora". Obra y vida En una década de trabajos, Tosti consultó a expertos e incluso apeló a sus dotes de ingeniero: “Más de una vez tuve que recurrir al ingenio para resolver un enigma”, contó. El detalle de los trabajos es extenso, más aún en el relato de Tosti: conoce cada rincón, sabe del crujir de la madera al calor de la siesta y del vidrio que hace un mes alguien rompió a piedrazos sin lograr dañar un vitral. Sus palabras crean imágenes, transmiten un sentimiento que nació en 2005 al reparar las primeras grietas como quien cura una herida. “Sabía que era un trabajo que iba a llevar tiempo, pero no tanto” dice entre risas. No cree que la historia santafesina le dedique un capítulo por guiar las obras que lo desvelaron. “No pienso en tanto, soy un ingeniero común que cayó acá y le tocó hacer esto”. Hoy, incluso con la fachada principal casi lista, el trabajo aún no termina. Las obras en las fachadas laterales se extenderán al menos hasta inicios de 2017. Antes, prevén cambiar todo el piso del interior -con restauración de los mosaicos originales y su inclusión en un piso nuevo-, hacer trabajos de albañilería en la Sacristía e incluso climatizar el templo con equipos de aire acondicionado. Pero el proyecto es todavía más ambicioso: contempla la transformación de la casa parroquial y Secretaría en un museo de arte sacro, y la mutación del galpón de calle Patricio Cullen en un “Salón del peregrino” donde los fieles tengan un espacio donde almorzar y sentarse a descansar. “Pero eso es otra obra” advirtió, entre sonrisas, el ingeniero. “Es la obra de mi vida”, dijo. Como si hiciera falta explicarlo.
•Intervención de albañilería en todo el perímetro exterior del edificio. Remoción de toda construcción contaminante visual de las fachadas.
• Demolición de los baños anexos a la Sacristía (reubicados junto a salas de catequesis) y el tapial sur, restituyendo la pared, la ventana y la columna original del templo. • Refacción de los baños públicos exteriores situados en el Suroeste, con demolición de la mitad anexa a la Basílica. • Remodelación de la escalinata de acceso a la Sacristía. • Demolición de canteros y tapiales, con nivelación de terreno, compactación de suelo y construcción de contrapiso perimetral en hormigón. • Remodelación de las explanadas principales, Este y Oeste, con rampas de acceso y barandas de acero inoxidable. • Colocación de rejas artísticas de hierro macizo forjado en el patio parroquial y en la fachada Sur, para seguridad y protección. • Construcción de un Cinerario común y público -único en Santa Fe- para depositar cenizas de difuntos, en el patio parroquial. • Colocación de 2.800 metros de piso de losetas graníticas en todo el perímetro de la Basílica. Con tres sectores de pisos temáticos, con motivos religiosos: en el ingreso principal “los caminos del peregrino” con citas bíblicas; en el ingreso Oeste al Camarín, frases de la Virgen; y en el sector del cinerario citas referentes a la Resurrección.
• Recambio total de la cubierta de chapas galvanizadas y zinguería de la nave central, presbiterio, crucero y camarín, que tenía filtraciones y goteras. • Limpieza del entretecho, tratamiento de la estructura de hierro y reemplazo de tirantería de madera. • Construcción de la nueva red de desagües pluviales horizontales para conducir el agua de lluvia de los techos y paredes, que se filtraban en el terreno adyacente a la Basílica.
Albañilería en azoteas
2008
RESTAURACIÓN Exterior: Azoteas, baños y perímetro
Reparación y cambio del techo
• Colocación de contrapiso alivianado y carpeta cementicia.
• Aislación térmica con espuma de poliuretano e impermeabilización con membrana y pinturas.
Restauración interior
• Demolición del revoque de la bovedilla y reconstrucción de los cielo rasos de yeso. • Iluminación cenital hacia las estaciones del Vía Crucis. • Reparación del cielo raso bóveda de la Nave Principal, el Presbiterio, el Crucero, frente al Retablo y el Camarín.Reconstrucción del sector caído en 2004, preservando las técnicas originales de construcción. • Restauración de revoques y molduras. • Construcción de rampas y barandas en accesos a los cruceros y reparación de escalinatas. Lo mismo en el atrio, entrepisos laterales, entrepiso sobre el atrio, caja de escalera, campanario y debajo de él, e interior de la cúpula. • Reconstrucción de molduras en el Camarín, reparación de los revoques y la marmolería de la escalera de acceso Oeste. • Pintura de paredes interiores y cielo rasos, destacando las molduras de la cornisa perimetral en el nivel medio y capiteles de columnas. • Pintura de barandas de escaleras interiores y balcón sobre el atrio. Colocación de pasamanos de madera lustrada. • Nueva instalación eléctrica e iluminación ornamental completamente embutida, preservando arañas y apliques de bronce. • Renovación del sistema de sonido y colocación de cámaras de seguridad. • Restauración de las aberturas de hierro y vitrales existentes, construidos en la década del ‘40, en el Camarín de la Virgen y la Nave Central. Protección de los vitrales contra impacto (con vidrio laminado doble, invención del Ing. Tosti). • Construcción de nuevos vitrales en la Sacristía, con imágenes de santos y beatos latinoamericanos, y de los sacramentos. • Restauración de las aberturas de madera. Recuperación de tallados manuales, remoción de lacas y lustres envejecidos y tratamiento con impregnantes especiales, con protección exterior. Reparación de herrajes.
Fachada Sur (desde febrero de 2012 a julio de 2013): Era la fachada más deteriorada ya que, por su orientación, sufre las mayores inclemencias climáticas. • Remoción de líquenes, hongos y musgo con cloro líquido. Limpieza profunda por hidrolavado. • Restauración del revoque existente, con sellado de fisuras y recomposición de las molduras y balaustras deterioradas. • Aplicación de pintura acrílica en la base y el revestimiento plástico. fachadas Este y Oeste (fachada Este desde julio de 2013 a enero de 2014, fachada Oeste del Crucero desde febrero de 2014 a la fecha. El resto de los trabajos está previsto para cuando finalicen los trabajos en la fachada principal): Ambas tienen un revoque bolseado de baja calidad que no se corresponde con la arquitectura de la Basílica. • Remoción del revoque viejo hasta el ladrillo original, en el Crucero Este, y ejecución de un nuevo revoque con molduras y detalles de ornamentaciones de idénticas características a la fachada Sur. • Realización de moldes especiales para las molduras de las columnas, cornisas y remates de los pináculos, que no tenían adornos. Aplicación de una base de pintura acrílica y revestimiento texturado símil piedra. Fachada principal Para los trabajos en la fachada principal, el campanario y la cúpula, se armaron andamios especiales para recubrir la cara de la Basílica hasta una altura de 50 metros (el alquiler del andamio se costeó con un subsidio del gobierno provincial). Si bien contaba con material de frente de muy buena calidad de terminación la polución, las inclemencias climáticas y el paso del tiempo afectaron sustancialmente las molduras, cornisas, apliques y ornamentos. • Reparación de la cruz de hierro, herrumbrada y con desprendimientos de detalles de herrería artística. • Reposición de elementos de mampostería, desprendidos con el paso del tiempo. • Remoción de helechos ubicados en las fisuras, que denotaban el ingreso de humedad que generalizaba el deterioro, introduciéndolo dentro de los muros de mampostería. • Limpieza de la superficie, recomposición de revoques, sellado de fisuras, reparación y reemplazo de ornamentaciones y balaustras. • Tratamiento superficial (pintura base y revestimiento texturado). • Instalación de un nuevo pararrayos de tecnología de última generación. • Creación y colocación de nuevos vitrales, con motivos de la Virgen de Guadalupe: de un lado la local, y del otro la mexicana, San Juan Diego y Francisco Javier de La Rosa, Jesús el buen Pastor, el Espíritu Santo y otros símbolos religiosos. Pendiente: Instalación de la iluminación de la cúpula, especialmente diseñada para la Basílica.
Restauración de las cuatro fachadas de la Basílica
Datos curiosos
40 vitrales fueron restaurados, 15 del camarín y acceso al camarín que sólo se protegieron y 22 que se hicieron nuevos. 4 contenedores de estiércol de palomas que se habían acumulado en el entretecho fueron retirados por los obreros, que limpiaron las cabriadas de hierro de la estructura del techo con cepillos de acero, convertidor de óxidos y esmaltes sintéticos para protegerlas. 8.600 toneladas es el peso estructural del edificio de la Basílica que soportan los 403 micropilotes colocados a un estrato inferior con mayor capacidad portante. Fueron colocados en la parte sureste, suroeste y sur del camarín; la sacristía; las galerías este y oeste del templo y el frente.