Convivir con la basura: el futuro que nadie quiere en los barrios de la capital santafesina
A días de que finalice la gestión de Emilio Jatón queda claro que poco se hizo en materia de erradicación de basurales a cielo abierto.
Histórico. En Lavaisse y Pasaje Santa Fe, jurisdicción de Ciudadela Norte, hay un histórico basural a cielo abierto. Desde allí, dicen los vecinos, salen roedores y alacranes. Crédito: Guillermo Di Salvatore
De norte a sur, o viceversa. De este a oeste, o viceversa. Da igual. También da lo mismo si del norte se quiere ir al oeste o del este al sur. En toda la ciudad, en todos los barrios que componen la capital provincial, hay basurales a cielo abierto. Algunos denotan semanas, otros meses y otros, los más nauseabundos y grandes, hasta años.
Ramona Suárez es vecina de barrio Los Troncos, en el cordón oeste de la ciudad. Vive a 400 metros del bulevar Beruti, sobre calle Azcuénaga. Y por mala fortuna este es un problema recurrente en varios puntos de su barrio. Si bien es cierto que en varios domicilios faltan cestos de basura, el problema principal radica en que se hicieron populares muchas esquinas donde la gente va y deja su basura. El tema es que cuesta muchísimo que el camión pase a retirarla. La misma postal se repite en barrios del norte, sur y este.
Un ciclo sin fin
La de la basura es una problemática difícil de manejar pero no imposible. En muchos barrios de la capital provincial abundan esquinas con mini o macro basurales a cielo abierto. Y no son cualquier esquina. Son aquellas que forman parte de terrenos baldíos, casas desocupadas, lugares públicos como plazas, espacios verdes lindantes a las vías… Y eso, obviamente, porque a nadie le gusta vivir con la basura cerca ni mucho menos a la vista.
Hasta en las avenidas. En el cantero central de avenida Peñaloza al 7800 se está formado un mini basural a cielo abierto. Crédito: Guillermo Di Salvatore
¿En cuánto tiempo se forma un basural y en cuánto tiempo se erradica? La primera pregunta es de fácil respuesta: basta con que una persona saque a una esquina deshabitada tres bolsas de basura con restos de comida para que en dos minutos un perro la rompa y todo quede a la intemperie, dejando en evidencia que el que la arrojó tiene un bebé porque se observan pañales sucios, que le gusta tomar mate porque hay yerba mojada y que en algún momento sobraron fideos con salsa. Frente a ese panorama, otro vecino de la zona ve el escenario y recuerda que en su patio tiene una bolsa con escombros para descartar. Y entonces aprovecha "la esquina recientemente inaugurada por otro" y va a tirarlos allí total "otro lo hizo antes". Y así comienza una rueda que no tiene fin porque acto seguido irá otro vecino a tirar lo suyo.
La segunda pregunta es más difícil de responder porque no es el camión recolector de los residuos tradicional, ese que va con dos muchachos corriendo sacando bolsas de los cestos en altura y tirándolas en el camión, quien junta la basura de los basurales cielo abierto. Esa tarea se hace con una máquina especial, que primero junta todo al estilo de una escoba y pala ensambladas y luego sí deposita en el camión lo recolectado, que sale en ocasiones especiales o reclamos muy reiterados. Entonces pueden pasar semanas, meses y hasta años para que se erradiquen los basurales a cielo abierto.
"No tenemos otra". Por Aristóbulo del Valle al 9700, mano hacia el sur, los vecinos refirieron que es una de las esquinas elegidas para arrojar basura porque no vive nadie. Según dijeron lo hacen porque no pasa el recolector. Crédito: Guillermo Di Salvatore
El tamaño del mismo y el olor que emana de él serán los indicadores para poder estimar su tiempo de creación. La fórmula será: a mayor tamaño y olor, más tiempo de existencia.
Contenedores que rebasan
Otra situación que se observa en distintos barrios de la ciudad es la presencia de contenedores especiales para arrojar la basura ya que el camión recolector -esta vez sí en referencia al que va con dos muchachos arriba- no circula por todas las calles por diversos motivos. Entonces, para esos casos la Municipalidad colocó contenedores en puntos estratégicos.
Pero aquí se repite la misma situación: el camión no pasa seguido a vaciarlo. Entonces se acumula basura de todo tipo hasta que explota el contenedor y luego todo empieza a caer al piso.
Olores nauseabundos. Transitar por Malvinas Argentinas al 3700, en barrio Centenario, es insano. Allí hay contenedores para arrojar basura; pero están colapsados y los olores que emanan e invaden el sector descomponen. Crédito: Guillermo Di Salvatore
Estos contenedores están situados en muchos puntos de la ciudad, pero sus condiciones dependerá del lugar donde esté colocado. En este caso, la fórmula será: cuanto más lejos estén los contenedores de la zona de bulevares, mayor es la posibilidad de que se encuentren rebasados de basura, malolientes, con moscas sobrevolando arriba y refugiando roedores.
Es verdad que la producción de residuos domiciliarios en Santa Fe es excesiva. Según datos del relevamiento realizado por la Bolsa de Comercio de Santa Fe y la Municipalidad, en el marco del Programa Santa Fe Cómo Vamos, cada habitante de la ciudad genera 1 kilogramo diario de basura. Pero también es cierto que la respuesta de esta gestión municipal no acompañó el problema. Los anegamientos por lluvia también son consecuencia de este problema poco atendido. Si bien varias veces cayó mucha agua en poco tiempo, la presencia de basura en las calles contribuyó a los anegamientos de calles.
El relleno sanitario, tema aparte
En 2020, se cumplió el plazo de vida útil del actual relleno sanitario, pensado inicialmente para un período de 10 años. El actual intendente municipal, Emilio Jatón, asumió en diciembre de 2019.
Desde entonces a esta parte concretó tareas de reparación y refuncionalización del espacio en el que a diario se reciben los residuos que pueden reciclarse para evitar su disposición final y se prolongó la vida útil del lugar por unos 7 años más.
A minutos del centro. Así luce General López al 3800, en inmediaciones de la Estación Mitre; a pocas cuadras del microcentro santafesino. Crédito: Flavio Raina
¿Pero eso no es una forma de prolongar la agonía? ¿Jatón no debería haber tomado las riendas y como intendente intentar la concreción de un nuevo relleno sanitario antes de encarar una serie de obras de infraestructura para extender su uso?.
Definir estrategias para la gestión de los residuos urbanos, que rindan resultados beneficiosos al medioambiente y a la ciudadanía en general, es siempre una materia difícil de aprobar para el gobierno de turno y obliga a pensar políticas públicas para reducir lo más que se pueda la generación de basura. Sin embargo es clave para un mejor futuro y, sobre todo, más salud para todos los vecinos de la ciudad.
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