Siete Jefes, el coqueto barrio residencial de la Costanera, hoy amaneció con un sol diáfano y la tranquilidad de todas las mañanas, con la gente haciendo footing y paseando sus perros de raza, y las empleadas domésticas lanzadas a paso rápido hacia las compras del día. Fue un alivio después del recital Música en el Río, que congregó a miles de personas en la Costanera Oeste. El sector era limpiado hoy por personal municipal, y el escenario estaba casi desmantelado. Sólo quedaban los baños químicos que ya emanaban efluvios desagradables.
Ante semejante masa humana que se atestó durante tres días para ver en forma gratuita artistas de primer nivel nacional, las quejas vecinales eran de esperarse: ruidos que hacían vibrar las ventanas desde el horario de prueba de sonido (que empezaba a las 14); olor y manchas de vómito y de orina al pie de las casas, sobre Avda. Siete Jefes y Grand Bourg, entre otras; testimonios que narraban de jóvenes que, durante el recital, se reunían en las esquinas a tomar alcohol en exceso y a drogarse. Y hasta actos de vandalismo: varios cestos en altura fueron rotos, según pudo saberse.
Norma salió de su lujosa casa y se asomó a través de las rejas. “Las pruebas de sonido empezaban a la siesta. Me temblaban hasta los vidrios de las ventanas”, contó a El Litoral. “El otro problema era el olor a orina en las entradas de las casas. Algo asqueroso. Los chicos orinaban como si nada, pese a que pusieron más baños químicos que para el recital del año pasado”, dijo.
La vecina planteó algo que, a primera vista, no parece ilógico: “Yo no estoy en desacuerdo con que se hagan este tipo de eventos, que son lindos sobre todo para los más jóvenes, pero, ¿Por qué no lo hacen en la Costanera Este, donde no hay viviendas ni personas a la que le moleste el sonido alto ni el aglutinamiento de gente?”, preguntó en voz alta. Otros vecinos consultados plantearon lo mismo.
Claudio también estuvo de acuerdo con esa sugerencia. Pero él y Lionela, su mujer, volvieron sobre la queja más reiterada: “Nos orinaron la entrada de nuestra vivienda. Y a otros vecinos les pasó lo mismo. No sé cómo se controla eso, pero es un inconducta, y es muy desagradable para nosotros”, coincidieron ante este diario.
Un usuario de Facebook que vive en Siete Jefes hizo catarsis con la bronca sin filtro y a flor de piel: “No me parece mal que se organicen espectáculos en la Costanera. Lo que sí me parece mal es que al otro día tengas que ver tu barrio con las veredas meadas, cagadas y vomitadas. Los tachos de basura y las señales de las calles están todas dobladas”, escribió en la red social.