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Es una anomalía en la formación del corazón y sus vasos que se produce en el período de gestación en el útero materno. En Argentina, nacen 7 mil bebés por año con esta patología. Ayer se conmemoró el Día Mundial de la enfermedad.
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En el marco del Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas, que se conmemoró ayer, médicos cardiólogos de la provincia de Santa Fe buscan concientizar sobre la problemática que, diagnosticada y abordada precozmente, logra que algunas puedan resolverse.
“Las malformaciones cardíacas producidas durante la vida fetal son consideradas un defecto congénito común. Al respecto, debemos hacer hincapié en la importancia que tiene la detección temprana, siendo esencial que estos bebés nazcan en maternidades seguras, con especialistas cercanos y con la tecnología suficiente para asistirlos”, señala el subdirector del Hospital del Centenario de Rosario, Rodolfo Leiva.
La cardiopatía congénita es una anomalía en la formación del corazón y sus vasos que se produce en el período de gestación en el útero materno.
El Ministerio de Salud de Santa Fe, a través de las Áreas de Cardiología de los hospitales de Niños Orlando Alassia, en Santa Fe; el Hospital del Centenario, y el de Niños Víctor J. Vilela, en Rosario, adscribe al Plan Nacional de Cardiopatías Congénitas. A tal efecto, en ellos evalúa, diagnostica y otorga seguimiento a través de lugares especializados para la asistencia de niños nacidos con alto riesgo.
“Desde la provincia venimos fortaleciendo la formación de los médicos especialistas, además se invierte constantemente en equipamiento y se incorporan acciones para posibilitar el mejor de los diagnósticos que acontece cuando es precoz. Además la derivación oportuna de las embarazadas provocó que la situación no sea tan drástica, logrando una rápida disminución en la mortalidad infantil de los recién nacidos”, agrega el especialista.
Leiva explicó algunas medidas a tomar que se deben conocer sobre la patología con la que nacen siete mil bebés por año en la Argentina.
“Los avances de las técnicas de diagnóstico y las nuevas terapéuticas lograron mejorar la sobrevida de los pacientes con cardiopatía congénita, llegando a un alto porcentaje de ellos a la vida adulta, con una mejor calidad de vida”, asegura el especialista.
Medidas a tomar
Diagnóstico prenatal a través de ecografías: mediante la ecografía cardíaca fetal pueden detectarse las anomalías congénitas cardíacas más complejas. De esta manera, el embarazo continua con controles periódicos y se organiza la realización del parto para brindar al recién nacido los cuidados y tratamiento adecuado.
Tratamiento médico: si bien algunas cardiopatías sólo necesitarán un tratamiento farmacológico y controles periódicos, la mayoría de los casos deben ser intervenidos quirúrgicamente al menos una vez durante los primeros años de vida, con el fin de reparar su malformación. Un número menor de casos requiere intervenciones menos invasivas de tipo hemodinámico (por cateterismos).
Enfermedades respiratorias: algunos niños con cardiopatías son pacientes de alto riesgo frente a las enfermedades respiratorias, como la infección por el virus sincicial respiratorio, el principal responsable de la bronquiolitis.
Para reducir la exposición al virus, es prioritario el lavado frecuente de manos, especialmente antes y después de atender al niño. Se recomienda restringir las visitas y las salidas en época invernal para evitar la exposición a los virus de la comunidad.
Además, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) recomienda cumplir con el esquema completo de inmunización pasiva, un anticuerpo monoclonal que actúa como barrera en la protección de la población vulnerable.
Controles de curva, peso y talla: “Los niños que presenten insuficiencia cardíaca, en ocasiones, necesitan el apoyo de especialistas en nutrición infantil, ya que el requerimiento energético es mayor que el de un niño sano. Es muy importante que los niños que crecen con esta enfermedad puedan mejorar su calidad de vida conociendo qué pueden hacer”, destacó el Dr. Leiva.
Cuidado dental: una boca limpia y sana es importante para todos los niños, sin embargo, para un niño con una enfermedad del corazón es aún más importante. Si los gérmenes que viven normalmente en su boca consiguen pasar a la sangre, pueden alcanzar el corazón e infectarlo.