El viernes al mediodía una casa flotante que estaba amarrada en el Dique II del Puerto de Santa Fe comenzó a hundirse. La situación alertó a los que frecuentan el lugar y sorprendió a propios y a ajenos.
El viernes al mediodía una casa flotante que estaba amarrada en el Dique II del Puerto de Santa Fe comenzó a hundirse. La situación alertó a los que frecuentan el lugar y sorprendió a propios y a ajenos.
24 horas después El Litoral recorrió la zona y recogió el testimonio de uno de los empleados de la guardería náutica que allí funciona. Ese sábado la principal sospecha fue que la casa se había varado por la bajante del río (registraba esa jornada 2,55 metros), y que ingresó agua por la escora —inclinación hacia una de las bandas— de la casa.
Este martes, Jorge Luis Rico, propietario de la casa hizo una publicación en redes sociales a manera de explicación sobre lo ocurrido. “Cuando el río comenzó a bajar este año a partir de mayo, solicitamos colaboración al Ente del Puerto de Santa Fe para la restitución del fondeo sur, sabiendo el problema que la casa enfrentaría en la bajante, ya que debíamos retirarla hacia atrás unos 5 metros hacia una zona un poco más profunda, pero no tuvimos respuesta favorable a nuestro pedido”, pública Rico.
En otro fragmento de un extenso manifiesto, el responsable de la vivienda que se hundió explicó: “En consecuencia, y a pesar de haber podido ir corriendo la casa con esfuerzo desde costa, llegó un momento que la bajante del río, fue tan rápidamente y pronunciada que la casa quedó varada sin posibilidad de ser movida debido a que su base es hueca de Hormigón Armado con un peso cercano a las 50 toneladas”.
En ese sentido, agregó Rico: “A medida que el río bajaba la casa se inclinaba cada vez más hasta que el día del naufragio, se me avisa que la casa estaba muy inclinada, y cuando entro a la casa para ver la situación noto que está ingresando agua por la zona de la cocina, inundando también el sector de baño, en forma creciente... este peso que ingresó por el nivel superior de la base de flotación que hasta el momento estaba vacía, y dada la esbeltez de la casa con sus dos niveles de altura, hizo que el punto de gravedad se trasladara demasiado hacia atrás, comenzando un proceso irreversible de escora”.
Finalmente, contó: “Salí de la casa hacia afuera intentando reforzar los cabos que la sujetaban al pontón de acceso pero el peso fue demasiado y corto estos cabos produciéndose el vuelco total. La casa embarcó agua en la planta de acceso y posteriormente comenzó a llenarse el pontón de flotación quedando a medio hundir debido a lo poco profundo de las aguas”.
La publicación completa