De aquel "romántico" sueño de la casa propia a la "estabilidad residencial": ¿cambia un paradigma?
Antes, ser propietario era de las principales metas aspiracionales. Y hoy se habla de elegir alquilar para estar cómodo, sin la presión de acceder a la vivienda. "Los hijos de personas con estabilidad residencial tienen mejores resultados educativos", dice un experto.
Edificios. La elección consciente de alquilar -en quienes pueden elegir, pues no todos desean eso- es una tendencia que se está observando a nivel global. Foto: Mauricio Garín
Antes, hace 40 ó 50 años, había un mandato social que se respetaba a rajatabla: a determinada edad había que ser propietario de una casa propia. Esa gran aspiración generacional, si bien se mantiene, ahora coexiste con otra tendencia quizás más relacionada -aunque no necesariamente- con los propósitos de las generaciones más jóvenes: la denominada "estabilidad residencial".
¿Qué significa este nuevo concepto? "La estabilidad residencial no implica ser propietario necesariamente. Es tener seguridad y autonomía de elegir dónde vivir, y que puede ser alquilando. Ejemplo: un inquilino que está mucho tiempo alquilando voluntariamente en un mismo lugar, puede tener estabilidad residencial. Es no estar pensando en dónde vivir mañana, quitarse esa presión. Hablo de quien puede elegir, pues no todas las personas pueden", le explica a El Litoral Federico González Rouco, experto en la problemática del acceso a la vivienda, en una visita a esta capital.
"En Dueños o Inquilinos (2021), la mitad del libro la dediqué a analizar qué impacto tienen las políticas de viviendas en las personas. Y haciendo comparaciones con lo que pasa en otros otros países, concluí que al lograr estabilidad residencial, el desempeño educativo de los hijos es mucho mejor, incluso hay menores tasas de embarazo adolescente", agrega.
Federico González Rouco: "Una buena política de viviendas relacionada con la estabilidad residencial tiene impactos muy positivos en resultados educativos y en empleos más robustos". Foto: Luis Cetraro
Además, tener mercados de alquiler muy desarrollados es un indicador de esta tendencia. "En nuestro país, el 75% de los hogares que se alquilan están en las principales ciudades: Capital Federal, Córdoba, Santa Fe, Mendoza. Son lugares donde hay más dinámica laboral y educativa (esta capital es polo universitario) son las que tienen más movilidad en los alquileres", dice González Rouco.
Pero a la par, ser propietario de una vivienda propia "implica que alguien tiene quizás todo su capital puesto en un lugar. Esto también es estabilidad residencial y se sintetiza en lo siguiente: promover una sociedad con muchos propietarios, incluso por encima de lo que se requiere, se traduce en mercados laborales rígidos", asevera el economista en Magíster en Políticas Públicas.
Entonces, una buena política de viviendas relacionada con la estabilidad residencial -tanto para quienes pueden ser propietarios como quienes deciden alquilar por mucho tiempo "tiene impactos muy positivos en resultados educativos, en empleos más robustos, incluso en la salud física y hasta emocional de las personas. Además, la gente se relaciona más con el vecino, se involucra con lo que pasa en el lugar, con esa parte del barrio", concluye el experto.
-La crisis de 2001, ¿nos dejó una generación de "inquilinos crónicos"?, le preguntó El Litoral a Federico González Rouco.
-Puede que sí, pero de ser así no creo que sea exclusivamente por la crisis. La Argentina es un país que históricamente tuvo muchos problemas con el crédito hipotecario. A fines de los 90, antes de que se desatara la crisis, el crédito representaba en el país el 5 ó 6% del PBI. Hoy en Chile, por ejemplo, ese porcentual representa el 27%.
De todos modos, la crisis del 2001 hizo que durante unos 15 años (hasta 2016) no haya crédito hipotecario en la Argentina. Un poco por la crisis y otro poco por la ruptura de contratos (debido a la pesificación asimétrica). Eso generó que las decisiones a largo plazo se cayeran. El 2001 rompió cualquier noción de largo plazo posible.
-¿Y qué pasó con el mercado de alquileres?
-La Argentina tiene un mercado de alquileres muy bajo. En nuestro país alquila menos del 20% de la población. Es bajo si se compara con otros países de la región. Y, yendo a casos particulares, es normal que en ciudades como Santa Fe haya aumentado la cantidad de gente que alquila (en esta capital se triplicó la tasa de inquilinato en los últimos 20 años), si pensamos que es un ciudad con fuerte núcleo universitario. Hay mucha gente que viene a estudiar, alquila y quizás luego se va: esa gente no va a comprar una propiedad.
Entonces, el alquiler es un estadio del desarrollo de proyecto de vida en las grandes ciudades. No hay que verlo como un problema necesariamente, sí hay que analizar por qué se está dando. El alquiler permite que mucha gente joven se emancipe, además: a los 25 años no vas a comprarte un departamento.
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