Sobre Fray Cayetano Rodríguez, a metros de la avenida López y Planes, está la herrajería Mario Laracca. Hoy es su esposa la que está a cargo del negocio, luego de que al hombre lo asesinaran en junio de 2007.
Del otro lado del mostrador, Valeria de Laracca recordó a su marido y padre de su único hijo como un ser especial que “por alguna razón tuvo que partir al cielo”. “A Mario lo mataron el 17 de junio, justo en el Día del Padre. Murió prácticamente en el acto, en la vereda. Después de lo que pasó, pensé en cerrar el negocio, pero como luchó tanto por esto supuse que la tristeza iba a ser mayor. Opté por dejar mi profesión de maestra y hacerme cargo de la herrajería”, contó la mujer que hoy tiene 34 años. Y agregó: “Una muerte así, tan injusta, te cambia para toda la vida. En mi casa no se miran más noticieros y a mi hijo, que ahora tiene 8 años pero que perdió a su papá cuando tenía 3, nunca lo vas a ver solo”.
Con un brillo especial en los ojos, Valeria relató que se casó con Mario a los 24 años, luego de 3 años de noviazgo. Disfrutó de su matrimonio 5 años. “Con mi hijo nos aferramos mucho a lo espiritual y entendimos que Mario, por lo especial que era, se merecía estar en el cielo. De todas maneras, cada comerciante que muere víctima de la inseguridad es volver a recordar lo que nos pasó”. A cinco años del asesinato de su marido, Valeria duda de que la instalación de cámaras mejore la situación. Asegura que “acá tienen que cambiar las leyes porque están hechas para beneficiar a los delincuentes”.