La ola de calor que sobrevive a duras penas y como puede la ciudadanía santafesina no es cualquier ola: es excepcional -así se la denomina técnicamente-, y no ocurre todos los años, es decir, puede darse de forma espaciada en el tiempo. La ciudad de Santa Fe marcaba este viernes y sábado temperaturas entre los 41°C y 42°C (al haber muy baja humedad relativa, no hay sensación térmica), según los registros del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), pero los termómetros seguían "detonados" en todo el país.
¿Cuál es la explicación de este evento tan extremo, más allá de las quejas permanentes (y entendibles) de la gente al tener que salir a la calle con sus botellitas con agua? Hay tres factores: primero, un centro de alta presión por el cual el aire desciende más "caliente" a la atmósfera; segundo, el cielo estuvo todos estos días despejado -en una época de radiación elevada-; y tercero aparece una sequía muy prolongada y ardua para toda la región.
"También hay que considerar lo extenso de esta ola excepcional, que ya lleva seis días", pone en contexto Cindy Fernández, meteoróloga del SMN, en diálogo con El Litoral. Y adelanta que habrá tras semejante "martirio térmico" un alivio -pequeño y breve, se apresura a aclarar-, recién desde este domingo para el lunes. Luego, otra vez temperaturas bastante altas.
Esta ola de calor excepcional se diferencia de otras, primero, porque como se dijo es muy extensa en días. Afecta a la Argentina y a algunos países vecinos. Empezó en la región de Cuyo y la Patagonia, y luego se extendió a todo el territorio nacional. Y es excepcional porque, como la gente nota, son temperaturas muy elevadas. "Prácticamente todas las provincias registraron más de 40°C", dice Fernández.
Coincidieron así varios factores que justifican de excepcional a esta ola de calor: "Hay un centro de alta presión que está afectando el Centro y Norte del país, que se desplaza muy lento y hace una semana está sobre nosotros. Los centros de alta presión producen un efecto que se denomina 'subsidencia' (el aire desciende a la atmósfera y cuando esto ocurre, a medida que baja, se calienta mucho)", precisa.
Esto se conjuga con días de cielo limpiamente despejado, y en una época con radiación alta, lo cual favorece que aumenten las temperaturas. "Además, no hay que olvidar que estamos en una sequía muy extensa y extrema desde hace mucho tiempo, con lo cual el suelo está muy seco, tiene muy poquita humedad. Un suelo seco calienta mucho más que un suelo húmedo. Estos elementos contribuyeron a que registremos temperaturas muy elevadas", clarifica la meteoróloga.
La especialista dio algunos datos comparativos sobre los registros con muy altas temperaturas que hubo en Santa Fe, y que están en los archivos del SMN. Las olas de calor más largas duraron seis días: una fue en enero de 2016; otra en marzo de 1980; en 1983, 1987 y en 2003, tuvieron lugar otras olas de calor muy prolongadas que duraron cinco días. "En todas estas olas, se alcanzaron temperaturas que estuvieron entre los 38°C y los 41°C".
La actual ola excepcional supera a aquéllas en la comparación de temperaturas máximas. Pero no es la temperatura más alta que se registró en Santa Fe. "Por ejemplo, en 1986, la ciudad capital alcanzó una temperatura de 45,6°C. ¿Ésta es la peor ola de calor vivida? No todavía, pero se destaca por su duración y sus registros tan altos", aclara Fernández.
Y en los próximos días, ¿qué pasará con el clima? Van a haber ciertos cambios en las condiciones meteorológicas, "pero debo decir 'alivio' entre comillas" -advierte Fernández-. Sábado, mucho calor otra vez; domingo, aparece un frente frío que estará activando algunas lluvias y tormentas en toda la región santafesina.
El lunes, precipitaciones intermitentes con nubosidad y vientos del sur: habrá máximas de 30°C, y esto se prolongaría miércoles y jueves de la semana entrante. Es decir, vuelven a subir las temperaturas, pero no a los valores actuales.
-El actual fenómeno de calor excepcional, ¿tiene relación estrecha con el cambio climático y el calentamiento global?, le preguntó El Litoral a Cindy Fernández.
-De momento no es posible atribuirlo al cambio climático. Porque las olas de calor, incluso las excepcionales, son algo común. Habría que hacer un estudio específico una vez que este evento termine para ver cuánto tiene que ver el cambio climático.
Pero hay cosas que sí sabemos. Un ejemplo: por el cambio climático se está observando que estos eventos tan cálidos se empiezan a volver cada vez más frecuentes y son cada vez más intensos. No obstante, sería precipitado atribuir esta ola de calor al proceso de cambio climático que experimenta el planeta.