Redacción El Litoral
El área está muy descuidada: falta repavimentación e iluminación. También hay ramas caídas.
Redacción El Litoral
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La calle J. M. Gutiérrez, entre avenida Alte. Brown y Laprida, está “reventada”, minada de baches. Hay restos de un árbol caído (o que fue cortado) y quedaron ahí. Las veredas, en mal estado. Allí funcionan 7 carribares fueron reubicados en 2008 (antes estaban en la Costanera). Faltan baños públicos, bebederos, limpieza (se ve basura desperdigada). La iluminación es casi nula. Se ve una conexión eléctrica tapada artesanalmente.
Pasaron 10 años y no cambió mucho desde aquella relocalización. En ese año, el entonces intendente Mario Barletta firmó un decreto (el N° 01658, fechado el 17 de diciembre de 2008), donde se exponían “reiteradas denuncias de vecinos por ruidos molestos”, un “desordenado estacionamiento vehicular”, una “agresión a la tranquilidad de la zona”, etc.
Y se argumentaba: “La relocalización de estos comercios (carribares) fuera de Alte. Brown permitirá reordenar el número de vehículos particulares que interactúan en los espacios públicos de circulación, lo que será propicio a un tránsito menos conflictivo y a una convivencia más racional (en ese sector). Así, se decreta la creación de “Áreas de Servicios de Comidas al Paso y Pastelería”.
Pero en su artículo N° 6, el decreto encomienda a las secretarías de Control, Planeamiento Urbano, Obras Públicas y Recursos Hídricos y la Desarrollo Social a “reacondicionar esas áreas de servicios (donde funcionan hoy los carribares)”, con “adecuada limpieza, pavimentación, iluminación, señalización y demarcación”, y a “colocar baños químicos y cestos de residuos en forma suficiente”. Mucho de eso no se cumplió.
Desde el Municipio dijeron a este medio que hay un proyecto para reacondicionar toda esa zona de carribares, pero que se presentará oportunamente a todas las partes involucradas (titulares de carribares, referentes de la vecinal Siete Jefes, concejales).
Bajo promesa
Una concejala de la oposición, Marcela Aeberhard (PJ - Santa Fe es una Sola) tomó el tema. Ingresó un proyecto de resolución al Concejo solicitando que “se cumpla con estudios de factibilidad técnica y económica para la puesta en valor del área en cuestión”.
“Los titulares de esos carribares fueron trasladados a esa calle bajo promesa de estar en un lugar con las condiciones óptimas para el desempeño de sus actividades comerciales. Pero no hubo mejoras. Hay una deuda de parte del Municipio”, declaró Aeberhard a El Litoral. Allí se emplean unos 50 personas y son todas familias, estimó.
Los baches hacen “intransitable” la calle, consideró. Respecto de las veredas, “debiera haber una intimación a Vialidad Provincial (que está allí): no hay viviendas particulares en los alrededores. Y hay un espacio verde que también está en un estado lamentable. Falta colocar bebederos, cestos, baños públicos, lavabos de manos para quienes consumen en los carribares”, dijo.
También advirtió sobre las conductas ciudadanas: “Pasan autos y motos sin cuidado y, con la calle como está, representa un peligro y un caos vehicular, de viernes a domingos. Los dueños de los carribares nos pidieron que se peatonalice esa calle. Pero antes hay que poner en valor todo ese entorno”.
Apropiarse de lo público
“Se debieran garantizar las condiciones de higiene y salubridad (cuestión que está prevista en ordenanza, ver El Dato). Hasta se podrían colocar mesas y sillas, porque concurren muchas familias”, sugirió. La edila contó que días atrás hubo una reunión con referentes del área de Control y de Medioambiente. “Lo cierto es que a los titulares de estos carribares los dejamos como en el patio trasero”, puso como metáfora Aeberhard. “Pero lo primero sería reasfaltar toda la calle. Y colocar iluminación”, resaltó.
“Hay una tendencia de la gente a apropiarse de lo público. En muchos lugares del país estos comercios de comidas al paso, incluyendo los food trucks, son ya algo habitual: la gente para sentarse y comer allí en familia. Entonces, ese sector, si se le dan las condiciones adecuadas, puede mejorar mucho”, cerró Aeberhard.
Normativa
La Ordenanza N° 12.085, sancionada en 2014, estableció un marco regulatorio para la actividad de los carribares en la ciudad. El líneas generales, fija que quienes quieran ejercer esta actividad deberán estar registrados y contar con permiso de uso; se determinan determinados productos a utilizar, la obligación de garantizar la salubridad alimentaria, condiciones sanitarias y el buen estado estructural de las instalaciones, entre muchos otros puntos.