Los grandes carteles de obra que cercaron este jueves el acceso al Patio Catedral —1º de Mayo entre Tucumán y Primera Junta—, frente a Plaza San Martín, despertaron la curiosidad e intriga en quienes transitan a diario por la zona céntrica.
Habían vandalizado con graffitis las históricas columnas de mármol y encontraron ocupas en los antiguos vestuarios y boleterías, que serán demolidos. El espacio se destinará a celebraciones religiosas como San Expedito. “El proyecto de la Catedral Nueva está, pero hace falta mucho dinero y la demanda social es prioritaria, no es el momento histórico de llevarlo a cabo”, dijo el párroco Colombo.
Los grandes carteles de obra que cercaron este jueves el acceso al Patio Catedral —1º de Mayo entre Tucumán y Primera Junta—, frente a Plaza San Martín, despertaron la curiosidad e intriga en quienes transitan a diario por la zona céntrica.
El lugar permanece cerrado, con poco movimiento y hace años que se dejaron de realizar allí las habituales actividades culturales abiertas a todo público. “Hoy ya no se usa para ello. Por su belleza artística e histórica, se lo trató de incorporar al ejido urbano, pero al estar expuesto se fue degradando y arruinando”, dijo el párroco de la Sagrado Corazón, Ricardo Colombo. “Han ido pintando con graffittis las columnas de mármol, como ocurre en otros espacios públicos. También encontramos gente en lo que eran los vestuarios y boleterías”.
Colombo explicó que se tomó la decisión de colocar los carteles de obra para realizar algunas tareas de mantenimiento, “proteger y embellecer el patrimonio histórico y arquitectónico. La plaza fue remodelada y esto quedó deteriorado, entonces demanda tareas para recuperarlo”, dijo. “La idea es que luego la gente pueda ingresar para conocerlo, con la posibilidad de transformarlo en un espacio religioso externo para grandes celebraciones como San Expedito”, que se venera en esa parroquia.
Etapas
Para llevar adelante las obras, el sacerdote dijo que tienen un plan por etapas. La primera fue colocar los carteles, ahora se colocará una verja artística con puertas, luego se convocará a una empresa de demolición para retirar todas las obras extrañas a la original, que se levantaron en los últimos años (vestuarios, boleterías, baños, etc) para el Patio Catedral. “Esto es para que nada trabe la visual del lugar”, dijo Colombo.
El siguiente paso será el mantenimiento patrimonial del edificio, construir un empedrado, iluminar las columnas para embellecer el espacio, y utilizarlo para ceremonias litúrgicas celebrativas, como San Expedito. Finalmente se creará un nuevo acceso a la Parroquia.
“Los tiempos de cada etapa son difíciles de prever por la situación que atraviesa el país”, expresó el párroco que ocupa el cargo desde hace casi una década. “Es un espacio histórico, emblemático de la ciudad, y también sagrado”, reflexionó.
Su historia
El imponente edificio del Patio Catedral es parte de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, que tiene ingreso por calle 4 de enero, y ocupa gran parte de la manzana. Su historia remite a 1887, cuando el obispo Gelabert comenzó a hacer las gestiones para la construcción de una nueva Catedral que reemplazaría al antiguo edificio matriz.
El planteo original, de escala monumental, se resolvía con un esquema de tres naves y deambulatorio, interrumpidas por el crucero. El presbiterio era de gran profundidad y continuaba la solución espacial de las naves; el arranque de la bóveda se marcaba fuertemente con una cornisa de gran porte, por sobre la cual se ubicaban una serie de ventanas ojivales. La fachada (frente a Plaza San Martín) presentaba dos esbeltas torres, con dos torres menores en la contrafachada de calle 4 de Enero. Toda esta rica historia está documentada en Inventario, una obra publicada por la Universidad Nacional del Litoral.
Con dicho proyecto, el 17 de enero de 1897 se colocó la piedra fundamental y se iniciaron los trabajos, que se desarrollaron muy lentamente hasta 1930, año en el que durante la crisis económica mundial se detuvieron totalmente, y se decidió terminar el sector correspondiente a la iglesia Sagrado Corazón de Jesús. Varias columnas de mármol —de gran valor económico y patrimonial— quedaron varadas en la Aduana en Buenos Aires, hasta que pudieron ser trasladadas y depositadas en el interior de la obra inconclusa.
La nueva Catedral cerró el patio
Abandono
El fracaso de la obra ocasionó que, luego de concluida la erección del templo Sagrado Corazón, sobre calle 4 de Enero, el resto de lo edificado se convirtiera en un ruinoso y olvidado conjunto, oculto tras un largo tapial.
Hasta fines de los ‘80 la comunidad parroquial utilizó el espacio para encuentros de jóvenes. Incluso había arcos de fútbol en el campito central, donde los chicos del barrio jugaban por las tardes. Del 1991 al 1999 se recuperó el sitio como anfiteatro al aire libre para el desarrollo de actividades culturales, siguiendo un diseño del arquitecto Humberto Terrizzano. Luego, el lugar se cerró y permaneció por unos años en el olvido hasta que a comienzos del nuevo siglo, la Municipalidad puso en marcha las gestiones, derribó el muro que separaba este emblemático edificio del resto de la ciudad, y realizó obras de limpieza, parquización e iluminación.
El sueño de la Catedral
Sin embargo en los últimos años el lugar permaneció cerrado a la comunidad y apenas se realizaron algunos eventos. El sueño de concretar alguna vez la obra de la Catedral Nueva parecer ser un milagro. “Siempre lo fue. Hoy es algo muy difícil de realizar”, dijo el párroco Colombo.
Años atrás, el gobierno provincial aportó el dinero necesario para realizar el proyecto de obra, que ya está en manos del Arzobispado. “Pero hoy es inviable. Aunque tengamos los recursos no es un momento para presentarlo en esta Argentina, ante las necesidades concretas y básicas que tiene la gente en los barrios de la ciudad. Sería una falta de humildad, respeto y solidaridad para quienes necesitan lo básico para vivir. Sin embargo ese proyecto está listo, y como digo, si es de Dios prosperará”.
—¿Nunca se le presentó el proyecto al Papa Francisco?
—El arzobispo se lo iba a presentar. Seguramente el Vaticano tiene las finanzas que nosotros no tenemos. Pero creo que en este momento el pontificado de Francisco destina el dinero a cuestiones sociales, como son las necesidades de los migrantes y el hambre, no cuestiones edilicias como ésta, que pueden ser vistas como elitistas.