Martes 28.7.2020
/Última actualización 17:08
La Cervecería Santa Fe se destaca por su continua inversión tecnológica y la calidad de sus productos. Sin embargo, el equipo va por más: ahora, renuevan sus metas ambientales con miras a 2030, según lo explicó a El Litoral Juan Pablo Barrale, gerente de Asuntos Corporativos de la firma.
Guillermo Di Salvatore Juan Pablo Barrale, Cervecería Santa FeJuan Pablo Barrale, Cervecería Santa FeFoto: Guillermo Di Salvatore
En el mismo sentido, Barrale recordó que en 2010 se plantearon las primeras metas que “tenían diez años de duración y tres objetivos: reducción de consumo de agua, reducción de emisiones de gases y valorización de residuos”. “Hoy estamos haciendo un balance de esa primeras metas...sobrecumpliendo lo que nos habíamos propuesto”, aseguró.
"Pasamos de hacer un litro de cerveza utilizando nuevo litros de agua y hoy utilizamos cuatro litros de agua o un poco menos".
"Estamos valorizando el 99.4% de los residuos".
"Redujimos entre 20 y 40% los consumos de energía térmica y eléctrica, que es lo que más o menos consumen 70 mil hogares en Argentina todos los años".
Sin embargo, estos logros no son suficientes para la empresa, que va por más: “ahora nos queremos proponer un plan más ambicioso para el 2030 en los mismos pilares: llegar a dos litros de agua por cada litro de cerveza, valorizar el cien por ciento de los residuos y seguir reduciendo las emisiones utilizando energías renovables; al mismo tiempo, con una visión muy orientada a que todos nuestros envases sean reutilizables, reciclables, o que en su composición tengan un alto componente de material reciclado”, anunció el directivo.
“Las mejores cervecerías del mundo están en esos estándares”, comparó, y añadió que la empresa hoy está “cerca”, “pero ese litro que tenemos que reducir es el más difícil de conseguir, no solo con inversión y tecnología sino también con capacitación y personas mucho más conscientes del uso del agua”.
Al respecto, explicó que -por ejemplo- “después de utilizar un tanque para envasar cerveza queda en el fondo la levadura con agua; antes eso se abría para que se purgara y se lavaba con agua; ahora tratamos de reutilizar esa agua a la máxima expresión”. En tanto, “la lata, cuando entra en la línea de envasado viene limpia y no requiere el lavado intenso de la botella -que viene sucia-, entonces este tipo de cosas van generando un ahorro importante”, detalló Barrale.