En la ciudad de Santa Fe la colocación de alarmas comunitarias aumentó un 68% en dos años y medio
De 144 pasaron a ser 243 los dispositivos de alerta que están vinculados al centro de monitoreo municipal. En barrio Los Ángeles colocaron tres alarmas al que están conectadas 80 familias. "Cada vez que se acciona, a los pocos minutos, llega la policía", comentó una vecina.
En la ciudad de Santa Fe la colocación de alarmas comunitarias aumentó un 68% en dos años y medio
La inseguridad que aqueja a quienes viven en la ciudad de Santa Fe no es ninguna novedad. Los reclamos son constantes y los ecos vienen desde cada punto cardinal. Una de las medidas para paliar esta problemática que encuentran los vecinos es la instalación de alarmas comunitarias.
Desde el municipio indicaron a El Litoral que "cuando ingresamos a la gestión se monitoreaban 144 alarmas comunitarias. Hoy el Centro de Monitoreo municipal está monitoreando 243. Es decir que la Municipalidad hoy monitorea un 68% más de alarmas comunitarias, respecto a diciembre 2019".
Uno de los barrios que en el último tiempo adoptó esta medida fue Los Ángeles. Cansados de que les roben o sentirse intranquilos por curiosos que merodean sus casas, en febrero de este año colocaron tres alarmas, ubicadas en distintas esquinas del barrio del norte santafesino.
"El resultado de la alarma es espectacular. Cada vez que se acciona, a los pocos minutos, llega la policía", contó Perla, vecina de uno de los Pasajes del barrio. Al consultarla si fue necesario el uso del control mencionó que "varias veces".
Los dispositivos se instalaron entre Avenida French, Diagonal Aguado, Azopardo y Alberdi, en un rango donde 80 familias aceptaron la colocación de este sistema. En su momento (febrero 2022) cada vecino pagó unos $ 3.500 para recibir su control y costear la conexión de las alarmas.
Los vecinos que están unidos al sistema comunitario comparten un grupo de WhatsApp por donde se comunican y precisan cuáles son los motivos por los que accionan la alarma.
La luminaria deficiente, junto al estado de las calles, son otras de las dificultades que preocupan a los vecinos en B° Los Ángeles. Crédito: Flavio Raina
Jorge, quien vive sobre Av. French al 4600, el pasado fin de semana fue víctima del robo del portón de su casa "me lo levantaron el sábado de madrugada. Me enteré al otro día cuando me levanté", dijo angustiado. Más allá de este episodio, opinó acerca de la alarma comunitaria y sostuvo: "Para mí la alarma está muy bien porque es una ayuda, que no soluciona el problema pero estamos un poco más protegidos".
Al consultarlo sobre la presencia policial que patrulla el lugar mencionó que "pasa una o dos veces a la semana el patrullero. Entiendo que no se pueda pasar siempre por todos los hechos de inseguridad que pasan".
"Cada vez más barrios periféricos piden las alarmas"
Lazzarino Ingeniería es una de las empresas que provee sistemas de alarmas comunitarias en la capital provincial hace más de 25 años. Su titular y responsable técnico, Marcos Lazzarino, dialogó con El Litoral y comentó el crecimiento en la demanda que observaron en el último tiempo.
"Hace unos 15 días teníamos unos 6 o 7 solicitudes por semana", mencionó. Sobre los sectores de Santa Fe que piden los dispositivos, indicó que "cada vez más barrios periféricos piden las alarmas. Por ejemplo en Villa Hipódromo y hacia todo el cordón del oeste, en barrio San Lorenzo, Chalet, donde antes no eran habituales que se pidan. En Guadalupe Norte y en Colastiné siempre pidieron".
El responsable de la empresa ejemplificó que en barrio Sargento Cabral, las estadísticas marcaron que tenían dos hechos de intento de robo, o robos que se concretaban, por semana. "Llegaron a tener solo dos intentos o robo en un año, es decir que el mapa del delito se va corriendo por lugares donde el sistema de alarmas comunitaria no está instalado", y agregó: "Tiene un poder disuasivo muy interesante".
En referencia a los valores que se cobran para la instalación de un equipo, Lazzarino explicó que "tenemos un combo básico que incluye la bocina tipo marinera que tiene una sirena; se coloca un reflector que se usa sobre todo para ese poder disuasivo. El equipo tiene un costo que ronda actualmente los $ 70.000, el cual se divide entre todos los vecinos que quieran contar con el sistema".
Además de las 243 alarmas comunitarias que están conectadas al sistema de monitoreo del municipio, en la ciudad (al 1° de agosto) hay 183 alarmas institucionales colocadas en entidades educativas y deportivas.
En este sentido, fuentes del gobierno local indicaron a este medio que "el municipio usa esta herramienta para colaborar con la seguridad preventiva en la ciudad de Santa Fe. Del mismo modo qué ha implementado el patrullaje de la GSI, de manera experimental, en tres barrios; y en el transcurso del año tendrá recorridos de cuatriciclos en los grandes espacios públicos: Garay, Sur, Federal y Costanera".
Otras dificultades
En B° Los Ángeles, también conocido como 21 de Octubre, la inseguridad no es el único inconveniente a resolver. La mayoría de sus calles interiores son de tierra y los días de lluvia "son un desastre", lamentó Perla.
La vecina señaló que para que la traza sea lo más transitable posible, algunos vecinos traen escombros y rellenan como pueden. "Acá hace falta, por lo menos un mejorado asfáltico", sostuvo, ya que al no contar con un sistema de drenaje acorde, las cunetas que sirven para desagotar muchas veces se tapan y el agua inunda rápidamente las calles de tierra.
La iluminación también presenta sus dificultades en varios puntos del barrio. "Los focos se rompen y no los reponen", precisó la vecina al enumerar las dificultades que encuentran a diario.
¿Cómo funcionan las alarmas comunitarias?
Por cada dispositivo que se coloca, se cargan los datos de todos los vecinos que están asociados a esa alarma en particular, teniendo en cuenta que cada alarma tiene un alcance de 100 metros para cada punto cardinal (norte, sur, este y oeste). Cada vecino que se suma al sistema de alarma comunitaria recibe un control (tipo llavero), que tiene cuatro botones con diferentes funciones:
Opción 1: Enciende el reflector. Es una opción que permite aumentar la iluminación en la calle en situaciones como cuando una persona está llegando a su casa.
Opción 2: Sirve para activar la sirena de la alarma, con un fin disuasivo. Esta función se usa ante una situación sospechosa en la zona que obligue a un llamado de atención y estado de alerta entre vecinos.
Opción 3: Se utiliza ante un hecho de gravedad. Es el botón que enciende la luz, activa la sirena y da aviso al centro de monitoreo municipal. Desde el centro de monitoreo se hace lo mismo con el servicio de emergencias 911 para que envíe el móvil policial más cercano. Además, un sistema de georreferenciación permite saber desde qué casa se activó la alarma. Así, y como segundo paso, el Centro de Monitoreo municipal se contacta con la persona que lo accionó.