Qué se recomienda hacer ante la presencia de humo por incendios forestales
La dirección municipal de Gestión de Riesgo de la capital provincial brindó una serie de consideraciones a tener en cuenta para evitar que la salud sea afectada frente a estos casos de quema de pastizales.
Imagen ilustrativa. Crédito: Archivo El Litoral
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En el marco de los incendios forestales que se registran en varios puntos de la zona litoraleña del país, la dirección de Gestión de Riesgo de la Municipalidad de la ciudad de Santa Fe emitió una serie de recomendaciones para que los vecinos de la capital provincial no vean su salud afectada.
En primera instancia, se recordó que el humo es el resultado de la combustión incompleta de un material. Dependiendo del tipo de material combustible, será más o menos tóxico. Del mismo modo, se indicó que el humo contiene una mezcla de gases con partículas sólidas (hollín) y líquidas (gotitas y vapores).
En particular, el humo proveniente de la quemas de pastizales, es tóxico y puede resultar irritante y asfixiante para la salud humana y de los animales. En ese sentido, se mencionó que en su composición se encuentran diversos tipos de gases como monóxido de carbono, amoníaco, cianuro, benceno, óxido nitroso, óxido nítrico y formaldehído, entre otros. Al entrar en contacto con el aire que se respira, el mismo se propaga por todo el organismo a través de la sangre, principalmente ingresando por vía respiratoria en el intercambio gaseoso que se produce a nivel alveolar en los pulmones. Allí las partículas arrastradas van quedando a lo largo del tracto respiratorio generando sintomatología local aguda.
Precisamente respecto de la sintomatología, desde la dependencia municipal se aclaró que afecta más gravemente a embarazadas, adultos/as mayores, niños/as, y personas con patologías crónicas preexistentes, principalmente del tracto respiratorio, ya que son esas personas las que tienen mayor susceptibilidad a la exposición. De este modo, se señaló que la exposición al humo tiene consecuencias, ya sea generando afecciones o complejizando las ya prevalentes en la población.
En este sentido, se enumeraron los síntomas más frecuentes a corto plazo: aumento de las secreciones como moco, lagrimeo, goteo nasal, tos, etc.; y ardor e irritación en las vías respiratorias, los ojos y las mucosas. Según se advirtió, se puede generar en mayor o menor medida a mediano y largo plazo, enfermedades respiratorias, cardiovasculares o en la piel.
Durante los incendios
Debido a la gran magnitud de dichas quemas, en muchas situaciones se vuelve inevitable respirar aire contaminado con humo, por lo que se deben tener en cuenta algunas acciones para disminuir las consecuencias negativas de dicha exposición:
Prestar atención a los informes del clima, sobre todo en la calidad del aire
Utilizar el sentido común para realizar las actividades cotidianas: si hay humo, no se recomienda realizar actividad física y mucho menos al aire libre. Los síntomas son un indicador de que necesita reducir la exposición
Las máscaras contra el polvo más efectivas son las N-95, siempre y cuando estén muy bien colocadas. Las demás formas de máscaras como barbijos quirúrgicos, bufandas, o bandanas, sean secas o húmedas, no son suficientes y no evitan que las partículas pequeñas ingresen a los pulmones
Se aconseja permanecer dentro de los domicilios y tomar medidas para mantener el aire interior tan limpio como sea posible. Del mismo modo, se recomienda mantener las ventanas y puertas cerradas
En caso de que se encienda la calefacción o el aire acondicionado, es necesario mantener el filtro limpio para evitar el ingreso del humo. Cuando mejore la calidad el aire, se deben abrir las ventanas para ventilar los inmuebles
Para mantener bajos los niveles de partículas en el interior de las viviendas, es necesario utilizar objetos inflamables, como estufas a leña, a gas, hornos a gas y hasta velas
No fumar, debido a que produce aún más contaminación
Si se padece alguna otra enfermedad pulmonar, es necesario seguir indicaciones médicas
Por otra parte, se pide especial atención a la población para evitar inconvenientes. En caso de que resulte imprescindible encender fuego al aire libre, se deben tomar las siguientes precauciones:
A la hora de encender fuego:
Hacerlo sólo en lugares habilitados
Nunca debe perderse de vista
Tener a mano un recipiente con abundante agua
Delimitar la zona del fuego con arena, ladrillos o una zanja para impedir que se propague
Nunca se debe encender fuego debajo de los árboles, el lugar debe estar despejado de cualquier elemento que pueda arder
Controlar que el viento no arrastre chispas a árboles y pastizales cercanos
Utilizar sólo leña seca y caída que pueda cortarse con la mano, nunca usar ramas verdes
Al apagar el fuego:
Hacerlo con abundante agua
Remover las cenizas para verificar que no queden brasas encendidas
Echar agua sobre la fogata y sus alrededores
Asegurarse de que los restos de la fogata queden fríos
Por otra parte, es necesario
Llevarse siempre la basura, ya que las latas y los vidrios pueden actuar de lupa y provocar incendios
No arrojar colillas de cigarrillos ni fósforos encendidos sobre el suelo de zonas rurales y áreas protegidas
En caso de residir cerca de descampados, es necesario mantener los alrededores de la vivienda despejada de arbustos y desechos
Si se desata un incendio
Ante todo, es imprescindible mantener la calma para actuar correctamente. Lo primero es evacuar inmediatamente el área, cubriéndose boca y nariz con un paño, para no inhalar humo. Además, mientras se concreta esta acción, se debe observar permanentemente el comportamiento del fuego.
Si hay cursos de aguas abiertas poco profundos en las inmediaciones (ríos, lagos o lagunas), se recomienda caminar hacia ellos, ya que podrían servir como vías de evacuación.
En caso de que haya autoridades a cargo del operativo, se deben acatar todas sus indicaciones.
Jamás se debe volver a un área quemada, ya que los sitios calientes o recientemente apagados pueden reactivarse en segundos.