Una concejala comparó precios de un menú escolar
"tradicional" y de otro saludable, e impactó a todos
Valeria López Delzar demostró, en vivo y en directo, que un menú con frutas y jugo exprimido es más barato que el alfajor y la leche chocolatada. Escuelas y colegios de la ciudad deberán incorporar “progresivamente” productos bajos en grasas y azúcares.
Una concejala comparó precios de un menú escolar
"tradicional" y de otro saludable, e impactó a todos
La última sesión del Concejo estaba llegando a su fin. Nada trascendente había sido tratado, y los expedientes con preferencia se aceleraban. Era cerca de la hora 13.30 y el almuerzo de varios esperaban. De repente, pidió la palabra una concejala; había acomodado prolijamente a la derecha de su banca tres o cuatro productos del menú escolar “tradicional”: un alfajor (con cuatro sellos, “excedido” en todo), un jugo de soja, una leche chocolatada.
Y a su izquierda, estaban los alimentos saludables que pueden llevar los alumnos a la escuela -o lo ideal; que la escuela se los ofrezca-. Estos fueron una pera, una banana, una manzana, una botellita con jugo de naranja exprimida y un tupper con una pequeña porción de granola, que sólo llevó para exhibir y aclaró que ese producto es muy caro. Cada alimento tenía una etiqueta con su precio por unidad.
La situación, muy poco habitual, llamó la atención y generó impacto entre los concejales, incluso en los cronistas legislativos que seguían la sesión. Los precios del menú “tradicional” eran los siguientes: el alfajor valió 399 pesos: el jugo de soja, 179,90 pesos, y la chocolatada 329,99 pesos. El monto total: 908,89 pesos.
Por otra parte, la mandarina costó 140 pesos, la banana 259 y la manzana 121 pesos. “El jugo de naranja exprimido lo hice yo, y costó 150 pesos. Las frutas fueron compradas en el día (de la sesión, el jueves 28) y en un supermercado céntrico de la ciudad; tenían ese precio por unidad. En una verdulería mejora el precio”, le dijo a El Litoral Valeria López Delzar, la protagonista de esta breve historia. Total del menú saludable: 670 pesos.
Contra las críticas
“¿Saben por qué hago esto? Para echar por tierra las críticas infundadas respecto de que un menú saludable es muy caro, y que por eso no se compra. No sólo es más barato que el tradicional, sino que claro, es más sano. Es necesario ir desterrando progresivamente de las escuelas a los productos que no cumplen con la Ley Nacional Nº 27642 (conocida como Etiquetado Frontal)”, declaró en el recinto.
El consumo diario de alimentos con exceso de grasas totales y saturadas, azúcares y calorías “se puede traducir, en la etapa de crecimiento y desarrollo de las infancias y adolescencias, en enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, hipertensión, sobrepeso y obesidad. Lo importante es ir progresivamente desterrando de las cantinas escolares este tipo de productos”, enfatizó.
Lo que aprobó el Concejo
En contexto, lo que se sancionó en el Legislativo local fue una ordenanza modificatoria de un artículo de la norma que regula la alimentación en las cantinas escolares de los establecimientos educativos de la ciudad.
Mientras menos etiquetas negras tenga un producto en góndola, menos pernicioso para la salud es. Archivo El Litoral
“La autoridad de aplicación articulará con las cantinas de los establecimientos que imparten enseñanzas de educación inicial, primaria y secundaria de esta capital, para que progresivamente reduzcan la comercialización de productos que se encuentren incluidos en la Ley Nacional 27.642 (Promoción de Alimentación Saludable y de Etiquetado Frontal)”, dice el nuevo artículo.
Asimismo, “se coordinarán acciones para la difusión y concientización de la Ordenanza 12.697 de reducción progresiva de plásticos de un solo uso en estos establecimientos”, completa. Lo que busca esta iniciativa es empezar a que, dentro de las escuelas y colegios de la ciudad de Santa Fe, se reduzca el consumo de productos con exceso en grasas, azúcares y sodio en niños, niñas y adolescentes.
En rigor, la ley nacional alude a la alimentación en escuelas y colegios. En este punto, dice la norma: “El Consejo Federal de Educación deberá promover la inclusión de los contenidos mínimos de educación alimentaria nutricional en los establecimientos educativos de nivel inicial, primario y secundario del país.
“Los alimentos y bebidas analcohólicas (sin alcohol) que contengan al menos un sello de advertencia o leyendas precautorias no pueden ser vendidos ni promocionados en los establecimientos educativos de los niveles inicial, primario y secundario”, concluye la letra de ese apartado de la ley.