Lunes 15.8.2022
/Última actualización 13:28
En la calle de ingreso a Colastiné Sur ya empiezan a aflorar unos objetos que serían extraños al paisaje de cualquier otro barrio: tanques de cemento o de plástico y enormes bidones azules, ocupan los frentes de las viviendas, en lugar del habitual adorno de plantas y maceteros. Es que el acceso a estos recipientes desde la calle es clave: tres días a la semana pasa el "camión aguatero" a llenarlos del elemental líquido.
"A este le falta un poco, el otro está vacío, todos se llenan por igual hasta el tope", sostiene Zeballos -como prefiere que lo llamen-, que hace unos años viene cumpliendo la tarea de colocar, casa por casa, la manguera que conecta el camión cisterna hasta los recipientes. Hay días que los vecinos esperan su paso con más ansias que otros: cuando el calor del verano aprieta o después de un fin de semana largo. Aunque siempre es un rol indispensable para una comarca que históricamente careció de este servicio esencial y depende de la provisión externa.
Zeballos es uno de los "aguateros" del lugar. Casa por casa, el camión cisterna pasa a llenar los tanques y bidones de las viviendas. Foto: Flavio Raina"Son los últimos viajes que hacemos", dice Zeballos, que estaba en plena faena junto a otro trabajador y al conductor de uno de los camiones cisternas que transitan el lugar. Pronto dejarán de cumplir el oficio en Colastiné Sur, cuando se inaugure la nueva planta potabilizadora que la Municipalidad construyó en el lugar. "La gente siempre nos está esperando y nos lleva muchas horas recorrer todas las casas, desde temprano", cuenta el trabajador.
Serán 337 los domicilios que se conectarán a la red, es decir que unos 1.500 vecinos, que esperan por algo tan básico como abrir una canilla y que salga el agua que se puede beber. Sólo falta que avancen las pruebas finales técnicas para poner en marcha la planta, y el agregado de químicos, para que el líquido elemento tenga la calidad deseada. Luego vendrá el purgado de la red.
Hasta que se habilite el agua de red, la provisión del servicio sigue siendo manual. Foto: Flavio Raina"Estoy muy contento y la verdad es impresionante este avance. Es uno de los barrios más viejos de Santa Fe y no teníamos agua potable", dice Albino Peranzoni, vecino del lugar, que además es plomero jubilado. "Aún la conexión domiciliaria no está completa, pero ya tengo los materiales", adujo el hombre que se ríe por esto del refrán: "en casa de herrero, cuchillo de palo".
Por el momento y desde que compró esa casa en el '98, el camión deja el agua en el recipiente ubicado en la puerta del domicilio, luego con un sistema de cisterna sube al tanque elevado y se distribuye a las cañerías del hogar. "Aunque me crié en el centro de Santa Fe, elegiría mil veces vivir acá, porque la costa es más tranquila, nos conocemos entre todos", dice, sobre esa zona costera.
Colastiné Sur está compuesta por una calle principal y las perpendiculares, todas de piso natural. De casas bajas, algunas con rejas o mallas en los frentes tienen un hueco por donde el aguatero puede pasar la manguera. Hay mucho verde y un ritmo distinto al de la ciudad, aunque quede a menos de 10 km del casco urbano santafesino.
Dora Camargo, una histórica vecina del lugar, se pregunta cómo será eso de no tener que racionalizar el agua. "¿Ocuparemos mucha? porque hay que cuidarla también", dice. Foto: Flavio RainaConsumo consciente pero sin racionalizar
Dora Camargo, que hace 64 años que vive en el lugar, disfrutaba de unos mates y la compañía de sus hijas y nietos. "Es un hecho muy importante la llegada del agua para el barrio, y estamos esperando que en cualquier momento salga de la canilla", cuenta esta vecina, que se pregunta cómo será eso de no tener que racionalizarla. "Con el aguatero uno se acostumbra porque sabe que pasa tres veces por semana, te deja equis cantidad de agua y una va manejando cuánto gastamos. Ahora con esta agua corriente no sé. ¿Ocuparemos mucha? (se ríe). Porque nos dicen que va a haber que cuidarla también", agrega.
La vecina recuerda las protestas de antaño cuando no había provisión porque los camiones estaban rotos o venían una sola vez a la semana. "Eran veranos complicados porque el agua se necesita para todo: bañarnos, cocinar, tomar, lavar la ropa. Ahora eso no va a pasar más, es un logro para el barrio y quiero agradecer a los que lo hicieron posible", destaca.
Carla Romero, que vive en Colastiné Sur desde hace 6 años, asegura que los vecinos están todos "entusiasmados" por la llegada del servicio. "No nos vamos a quedar más sin agua, porque por ahí se rompen los camiones o los caminos están muy feos cuando llueve y se demora un poco el aguatero. Yo vivo detrás del Club Caza y Pesca y, sin ir más lejos, pasó este jueves pero estábamos esperándolo desde hacía varios días", señala. Y añade que en ese sector del barrio ya también está la red instalada. "Ojalá funcione todo", dice Carla, con relación a las pruebas técnicas que se están llevando a cabo.
La planta potabilizadora y el tendido de red están terminados. Ahora están haciendo pruebas técnicas, de químicos y calidad del agua. Foto: Flavio Raina"Este barrio tiene historia y ya tendríamos que haber tenido agua potable desde hace tiempo", considera Sergio Soperez, que apareció desde el fondo de una calle lateral para colocar la basura en el cesto. "El agua es fundamental en cualquier parte, y en la esquina también pusieron una toma para incendio", informa el vecino, que se mostró con conocimiento del tema porque participó de una reunión informativa que hubo hace poco.
"Estuvieron trabajando acá, probando la presión en las cajas. Nos dijeron que, una vez que habiliten la obra, van a tardar unos 15 días en purgar la red hasta empezar a consumirla porque necesitan que se limpie todo. Tal vez para fin de agosto se inaugure", comenta el vecino. Y agrega: "Yo tengo la instalación completa de agua caliente y fría en mi casa; después, a usar el agua a conciencia".
Los tachos de plástico o cemento forman parte de la fisonomía del barrio. Pronto comenzarán a desaparecer del paisaje. Foto: Flavio RainaCon un presupuesto total que supera los 56 millones de pesos, aportados de manera integral por la Municipalidad, la obra es realizada por la empresa Pilatti SA, luego de ganar la licitación pública.
Andrea Romero cuenta que tener agua potable fue siempre un anhelo de sus padres. "¡Es una felicidad muy grande!. Mi papá y mamá son nacidos y criados acá: mi papá ya falleció, tenía 60 años, y siempre peleó por el agua. Es fundamental el agua, tanto como un plato de comida", señala la joven, que agradeció al intendente Emilio Jatón por esta tan esperada obra, mientras a su espalda el camión emprendía la retirada, con la misión cumplida, el agua entregada y la ilusión de la gente que ve que falta muy poco para que se haga realidad un servicio de primera necesidad.
"Que no se olviden de las 5 viviendas"
Celeste Camargo estaba en casa de su madre cuando llegó El Litoral y aprovechó para plantear la situación de las viviendas que están detrás del terraplén defensivo. "Cuando Hidráulica hizo las defensas, recortó el barrio y esas casas quedaron fuera del anillo. Son 5 en total las casas históricas; la mía, por ejemplo, tiene 135 años porque allí vivían los abuelos de mis abuelos", explica. Y añade: "Hubo una reunión con la gente de la Municipalidad y nos prometieron que van a presupuestar la segunda etapa, luego de que se inaugure la planta, para que podamos tener agua potable nosotros también. Queremos la seguridad de que vamos a tener el servicio, y que no se olviden de las 5 viviendas".