El Litoral
Usuarios del transporte entre Paraná y Santa Fe afirman que sería un retroceso que permita viajar parados y sugieren que se agreguen coches para acortar los tiempos de espera. Desde la concesionaria entienden que eso implicaría encarecer el boleto.
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La decisión de la Comisión de Coordinación de Transporte Santa Fe-Paraná de proponer que pasajeros que viajan en colectivos hacia ambas ciudades lo puedan hacer parados cuando se supera el número de asientos provocó una polémica entre los usuarios y los empresarios. Mientras para los primeros se trata de “un retroceso” y sugieren que lo mejor sería la incorporación de más coches para evitar las largas esperas, los concesionarios dicen que sumar más colectivos encarecería aún más el boleto y afirman que permitir “10 o 12 pasajeros parados” en los horarios picos sería como agregar una unidad cada cuatro colectivos que parten desde la terminal.
Por lo pronto, el jueves a las 9 habrá una reunión en la Defensoría del Pueblo de Paraná en la que participarán la Federación de Estudiantes Universitarios del Litoral y otros grupos autoconvocados.
“Los estudiantes logramos tener un entendimiento unánime de que (permitir viajar parado) pone en peligro la vida de los pasajeros y en eso coincidimos con las defensorías del Pueblo de Paraná y Santa Fe, de que no es el camino correcto”, señaló Carla Mallo, representante estudiantil. Aún así, reconoció que esa medida puede resultar “más conveniente, porque viajan más cantidad de personas y se agiliza la cola. Pero si bien obviamente es una consideración a tratar y que podría ser un parche para las empresas para tener una mayor cantidad de ganancias y agilizar las colas, no es la solución que nosotros pretendemos sino que pretendemos que se haga un diálogo continuo y permanente provechoso entre Nación y las empresas para que se habilite a las empresas a comprar mayor cantidad de unidades o que se incorpore una nueva empresa para que solvente parte de la demanda”.
Remarcó luego: “Estamos hablando de empresas monopólicas que están tratando de encontrar mayor cantidad de ganancias y están poniendo en juego la vida de todos los pasajeros. Eso es peligroso. Esas son las miradas. Coincidimos en que no sería la mejor solución. Aunque reconocemos que la situación económica es difícil, decimos que la mejor solución sería comprar nuevos coches”.
Mas caro
En cambio, Roberto Albisu, gerente de la empresa ERSA, entendió que sumar nuevos coches encarecería el pasaje. “Incrementar unidades significa más choferes y más gasto de combustible. Aumentar todos los costos y por lo tanto la tarifa”, explicó.
Aseguró que este caso “es la única empresa del país que hace este tipo de servicio y que no nos permiten pasajeros parados. Si bien une dos ciudades tiene las características propias de un servicio urbano. Es menor de 50 kilómetro, el 70% del trayecto es urbano. El único tramo que no tiene urbanización es de la salida del túnel hasta Colastiné. Desde ahí empieza a ver tráfico de colectivos de línea urbanos”.
“Los días hábiles tenemos una franja horaria de dos horas en la que transportamos aproximadamente 1.000 personas. El caudal de coches de la concesión son 15 en el caso de Fluviales y 14 en el caso de Etacer. Sumar más coches a esa cantidad implicaría variar el costo inútilmente”, consideró.
La CNRT dispuso en 2013 que las empresas de colectivos que prestan el servicio interurbano entre Santa Fe y Paraná (y viceversa) no transporten pasajeros parados y que solo pueden vender la cantidad de pasajes hasta completar los asientos de los coches, de acuerdo a la normativa nacional que prohíbe pasajeros parados en micros que transiten por autopistas. Al limitar la cantidad de transporte de pasajeros por coche y no incrementar el número de unidades se producen filas que determinan esperas de hasta dos horas en las terminales.
Autopista o Autovía
Señaló después que la prohibición de llevar pasajeros parados es para los servicios interurbanos que circulan por autopistas, ya que las velocidades permitidas son más altas. Pero entendió que no es el caso entre Paraná y Santa Fe: “Los colectivos, hasta Colastiné tienen la misma velocidad comercial que cualquier otro colectivo. Podrán desarrollar mayor velocidad en tramos muy cortos” y agregó que entre las dos capitales “no hay una autopista sino una autovía. Las autopistas tienen cruces sobreelevados, Paraná-Santa Fe no tienen cruces sobreelevados sino que el ingreso a la ruta es al mismo nivel. La segunda cuestión es que el 70% del recorrido tiene una ocupación urbana. El único tramo que no es urbano es desde el Túnel hasta Colastiné, luego es ocupación urbana y circulación de colectivos urbanos. El tercer tema es que es muy puntual la alta demanda, en ciertos horarios. Se permitiría un máximo de entre 12 y 14 personas paradas que es la cantidad de filas de asientos. Eso permitiría que cada cuatro unidades tengamos una unidad más de personas transportadas que hoy tienen que esperar que venga otro colectivo. Cada cuatro colectivos podríamos sumar uno más. El trayecto no tiene más de 40 minutos, no creo que la gente tenga problemas para viajar así, incluso los usuarios nos dicen que no tienen problemas en ir parados”, concluyó.
Prohibición
La CNRT dispuso en 2013 que las empresas de colectivos que prestan el servicio interurbano entre Santa Fe y Paraná (y viceversa) no transporten pasajeros parados y que solo pueden vender la cantidad de pasajes hasta completar los asientos de los coches, de acuerdo a la normativa nacional que prohíbe pasajeros parados en micros que transiten por autopistas. Al limitar la cantidad de transporte de pasajeros por coche y no incrementar el número de unidades se producen filas que determinan esperas de hasta dos horas en las terminales durante los horarios pico y las épocas de mayor demanda.