No hay marcha atrás. Los cambios de recorridos de varias líneas de colectivos urbanos de la ciudad de Santa Fe dispuestos por el Municipio desde el pasado 7 de febrero se mantendrán tal como están funcionando, pese al reclamo de varias vecinales.
Tras un monitoreo del servicio, el Municipio asegura que se redujo el tiempo de espera en las paradas. Expusieron los resultados de un estudio ante los vecinalistas. Persisten las quejas.
No hay marcha atrás. Los cambios de recorridos de varias líneas de colectivos urbanos de la ciudad de Santa Fe dispuestos por el Municipio desde el pasado 7 de febrero se mantendrán tal como están funcionando, pese al reclamo de varias vecinales.
La decisión fue tomada por el Ejecutivo luego de realizar una profunda evaluación del servicio, desde aquel 7 de febrero a la fecha. Se controló la frecuencia, la cantidad de pasajeros, el estado de las paradas, y el servicio en general. Y se decidió ratificar las modificaciones que afectan a varios barrios populosos de la ciudad, como el Centenario, Chalet y San Lorenzo, y El Pozo, entre otros.
La Municipalidad entiende que los cambios de recorridos mejoraron la frecuencia, es decir, que los colectivos pasan más seguido y la espera en las paradas es menor. "Pero también le dio un acceso más rápido y directo a la línea 4 en barrio San Lorenzo y a la línea 5, en Centenario", le dijo la directora de Movilidad Urbana del Municipio, Andrea Zorzón, a El Litoral.
Según el estudio, el promedio de tiempo de espera de la línea 4 en las paradas en horario pico del mediodía -por ejemplo- era en noviembre del año pasado de 19 minutos. Mientras que en febrero de este año se redujo a 14 minutos. Y en marzo se alcanzó un tiempo de espera de 13 minutos. Lo mismo en la línea 5, que en noviembre demandaba 11 minutos de espera y en febrero y marzo se redujo a 9. En la línea 2, pasó de 18 minutos a 11. Y en la línea 9, de 30 a 14, según la Municipalidad.
Aunque la frecuencia mejoró, la autoridades admiten que el servicio de colectivos de la ciudad es en la actualidad deficitario, está en emergencia y debe ser modernizado. Para ello se decidió comenzar un proceso que pretenden finalizar en una nueva licitación del mismo. Mientras tanto buscan mejorar el servicio actual para tratar de que los problemas impacten lo menos posible en los usuarios, que son los vecinos. Y son los que se quejan y se quejan, cada vez más.
Pero también están, del otro lado del mostrador, las quejas de los empresarios del transporte. Ellos son los que muchas veces no reciben a tiempo los subsidios del Estado y deben responder ante los trabajadores con el pago de sueldos; y ante el Municipio, con la eficiencia del servicio. Al tiempo que todos los costos de los insumos y el combustible trepan alocadamente por la inflación.
En esta encrucijada están parados en las garitas los pasajeros que necesitan el servicio, esperando saber "cuándo pasa" el colectivo para ir a trabajar o a estudiar.
"Estamos en una situación de emergencia", dijo Zorzón este viernes. "Estos cambios se dan porque sabemos que el sistema no funciona bien, tiene sus dificultades", admitió la funcionaria. "Dificultades que tenía antes de la pandemia y que luego se acrecentaron", describió en la entrevista.
En ese marco, existe una "falta de confianza en el servicio, producto de la frecuencia que tienen los colectivos", dijo Zorzón, ya que es ineficiente. "Por ello, este es uno de los puntos en el que nos enfocamos para trabajar a corto plazo, mientras se espera una nueva licitación de todo el servicio de colectivos".
Eso fue lo que "nos llevó a transparentar los datos de la frecuencia (ver gráficos), algo que ninguna gestión anterior lo hizo", se quejó Zorzón. Y esa es la información que les ofreció este viernes el Municipio a los vecinalistas, en las tres reuniones que se llevaron a cabo desde la mañana hasta entrada la tarde.
¿Cómo controlaron la frecuencia durante estos últimos meses? A través del Centro de Monitoreo, más allá de lo que hace el Órgano de Control dispuesto por Ordenanza. Ese monitoreo es minuto a minuto sobre los colectivos que circulan, encuestas y un sondeo con vecinos en las paradas, un control de las frecuencias y a través de las cámaras del Centro.
A su vez, también se analizaron las denominadas "transacciones" (cantidad e pasajeros), a las que antes les llamaban "corte de boleto". Para ello se le solicitó la información al sistema Sube. "Nos enviaban la información mensual y ahora les pedimos un corte quincenal", explicó Zorzón. "Y también tenemos acceso ahora a un seguimiento diario".
En base a esto, el Municipio pudo comprobar que desde implementados los cambios de recorridos, "las transacciones no se redujeron, sino que aumentaron", anunció la funcionaria de Movilidad. "Es decir que la gente se adaptó, pese a los entendibles reclamos por los cambios".
"Los cambios los vamos a mantener", ratificó Zorzón, "lo que no implica que dejemos de dialogar con los vecinos. Todo el tiempo lo hacemos y los seguiremos escuchando", dijo. "Tenemos que seguir ajustando la frecuencia y la cantidad de coches en calle", admitió luego. "Debemos garantizar que se cumplan los recorridos".
Por último, la funcionaria dijo que los vehículos de la Guardia de Seguridad Institucional realizan un acompañamiento de los vecinos para controlar las paradas de colectivos, y que les reclaman de forma permanente la presencia policial a las autoridades de Seguridad. Y en cuanto a la infraestructura, están realizando bacheo de calles, mejorando el entorno de cada garita y la iluminación pública. "Los vecinos nos dijeron que entienden la situación de crisis y emergencia, pero que necesitan esperar el colectivo en condiciones. Por ello nos comprometimos a mejorar el entorno", finalizó Zorzón.