La referente de Juntos por el Cambio y la Coalición Cívica, Elisa "Lilita" Carrió, pasó por la provincia de Santa Fe y dejó un polvaderal de declaraciones cuanto menos polémicas. Se despachó contra el intendente rosarino Pablo Javkin, del que consideró: "Nunca se animó contra las mafias narcos. Es un inútil". Y al ex gobernador socialista Antonio Bonfatti lo acusó de "abrirle la puerta al tráfico de droga" durante su gestión al frente de la Casa Gris.
Estas declaraciones (de las cuales se rescatan apenas algunos extractos y se evitan los furibundos epítetos) tuvieron eco en el Concejo santafesino. Es que en el listado de los expedientes para ser tratados sobre tablas, había un pedido de repudio a las declaraciones de Carrió por parte de la concejala oficialista Valeria López Delzar, quien además pertenece al espacio Creo y es del riñón javkinista. Pero al llegar a ese punto, ocurrió algo llamativo: varios ediles pidieron la palabra dejando constancia de sus votos negativos a la iniciativa.
Votaron en contra Carlos Pereira, Adriana Molina e Inés Larriera (UCR-Juntos por el Cambio); tampoco Sebastián Mastropaolo (Pro-Juntos por el Cambio) y el bloque integrado por Juan J. Saleme y Jorgelina Mudallel (PJ). "Con seis votos negativos contra 11 a favor, no se reúnen los dos tercios para ser tratado este expediente sobre tablas", dijo el presidente Leandro González. Se hizo un silencio tenso.
Luego hubo un breve impasse con Saúl Perman (Mejor) hablando del Día de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía y otras yerbas; pero si bien el pedido de López Delzar había caído en saco roto, las declaraciones siguieron por dentro y por fuera del recinto -incluso por Twitter- y, así, la grieta política local se fue desnudando.
"Afrenta política"
"La seguridad (y la lucha contra el narcotráfico) tiene que darse en el marco de un debate serio, responsable y comprometido. (Los dichos de Carrió) dañan a la sociedad, y dañan a los jóvenes que estamos perdiendo por culpa de la droga", dijo López Delzar. Habló de "expresiones agraviantes y una afrenta política muy puntual" contra el intendente rosarino.
"Él fue de los pocos mandatarios que asumió fuertemente la conducción de la pandemia durante los meses más duros, poniéndole literalmente el cuerpo a la crisis sanitaria. Difícilmente se pueda tratar de cobardes a mandatarios políticos (como Javkin) que demostraron conducción real en tiempos muy difíciles", defendió la edila.
Las manifestaciones de Carrió "fueron egoístas y violentas, son parte del problema y no de la solución -prosiguió López Delzar-. La pirotecnia verbal a la que nos tiene acostumbrados no contribuye a mejorar el presente en el corto plazo, y la verdad es que sólo gana un titular. Pero no ayudan a prevenir el delito ni a crear políticas contra la inseguridad y el flagelo del narcotráfico".
"Preocupación selectiva"
La pregunta fue por qué no se acompañó este pedido de rechazo a la verborragia de Carrió por parte del interbloque oficialista. "Es que (desde el oficialismo) tienen preocupación selectiva. Si los atacan a ellos se preocupan, si atacan a referentes de otras fuerzas no. Propusimos manifestarnos en contra de la violencia y la agresión como forma de construir política, o consensuar un texto más amplio, pero no hubo acuerdo. En esos términos tan subjetivos, preferimos no darle tratamiento sobre tablas", le dijo a El Litoral el justicialista Juan J. Saleme.
Y puso un ejemplo de lo que considera esta "doble vara". "(Maximiliano) Pullaro (diputado provincial por la UCR) dijo días atrás en medios nacionales que en la provincia de Santa Fe había un 'pacto con el delito'. Es decir, está atacando a la gestión del gobernador Omar Perotti. ¡Es lo mismo que dijo Carrió! Nosotros estamos en contra de los agravios y de la agresión como forma de hacer política", agregó Saleme.
"Improcedente"
Carlos Pereira, algo más moderado, también dio sus argumentos de la negativa de su bloque a habilitar el tratamiento del repudio: "Es improcedente que el Concejo se manifieste en torno a declaraciones que algunos políticos hacen de otros. Porque continuamente hay expresiones y algunas en términos muy fuertes. Si cada vez que dos políticos se trenzan vamos a terminar emitiendo una declaración de preocupación o rechazo, el Concejo se distorsiona totalmente", le dijo a este diario.
Además, para expresarse sobre dichos de otros existe el momento de las manifestaciones (al final de cada sesión del Legislativo local), recordó Pereira. "Ése es el momento para que, si alguien considera la necesidad de manifestarse ante una situación que considera grave, lo haga y punto. Pero no corresponde que el Concejo Municipal se la pase opinando sobre lo que dicen unos u otros políticos", dio su opinión.
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