Que el cordobés tiene su fernet y su cuarteto y La Cañada; que el rosarino su “Negro” Fontanarrosa, y su café de mañana y tarde; que el porteño su tango, su Obelisco y su mítica Avenida Corrientes. ¿Y los santafesinos? Bueno pues, están “Juani” Saer, Ariel Ramírez y Horacio Guarany; está la cumbia, el mate fraterno en la Costanera, el alfajor, el paisaje isleño. Pero quizás por encima de todo eso, y sólo en términos de dispositivos identitarios fuertemente apropiados, aparece el liso.
¡Ah! El liso bien tirado, frío a punto, con los dos dedos de espuma y no más -medida cultural de cuyos secretos y orígenes sólo pueden hablar los maestros cerveceros- y, preferentemente, compartido con amigos con el sol ya bajando en el horizonte. Y a su lado, la bandejita con los ingredientes, el maní, el pochoclo salado, los lupines… Pero, ¿de dónde sale el liso? De una chopera, claro.
Iniciativas
Desde el Concejo de Santa Fe, los legisladores locales están atentos a las formas de construir identidad, o acaso fortalecer una suerte de soberanía cultural santafesina, tanto de bienes materiales como simbólicos. En este sentido, se aprobaron dos resoluciones donde básicamente se le solicita al Ejecutivo estudios de factibilidad para erigir dos monumentos: uno al liso, y otro a la chopera.
Estas dos resoluciones se sancionaron de forma glosada en el Legislativo local. Como se dijo, se solicitaron al Ejecutivo estudios de factibilidad técnica y económica para realizar e instalar dos monumentos (al liso y a la chopera) como partes neurálgicas de la tradición santafesina.
“Si esto pasara en Córdoba, ya sería una realidad...”, dijo, medio en serio y medio en broma, Lucas Simoniello (Interbloque “Unidos”), autor de una de las normas. La otra autora es Jorgelina Mudallel (Bloque PJ).
Choperas antiguas que abastecieron los bares de antaño en la ciudad. Crédito: Archivo El Litoral / Guillermo Di Salvatore
Se trata de darle más importancia “a cosas simples que nos atraviesan culturalmente, como es el liso, que es patrimonio inmaterial”, agregó. Y con respecto a la chopera, es una tradición muy arraigada en la costumbre local.
“Aunque a algunos les parezca gracioso esto, para nosotros es trascendente. Porque habla de nosotros, de nuestras costumbres y tradiciones, del desarrollo gastronómico, del turismo”, añadió el concejal radical.
Atracción turística
“Esto es sólo un estudio para que el municipio defina si es factible hacer estos monumentos, al liso y a la chopera, que sería como rendir homenaje a ‘la madre y al hijo’”, definió Mudallel a su turno.
“Hablamos de dos insignias santafesinas, de nuestra tradición y de nuestro ADN, y buscando estimular el turismo. Son símbolos que nos unen, que nos dan alegría y pertenencia, entre tantas malas noticias que recibimos a diario”, aportó.
Con todo, lo que se busca es que los monumentos “sean vías que abran no sólo el orgullo y el sentir santafesino, sino también la atracción turística a nivel nacional y, además, promover la producción de cerveza tirada”. Agregó Mudallel.
La concejala comentó que se convocará a artistas locales para que aporten ideas en la confección de ambos monumentos, siempre y cuando el Ejecutivo realice los estudios de factibilidad.
“Troesma”. Don Otto Schneider, el gran pionero de la cerveza santafesina. En bulevar hay un monumento en su homenaje. Crédito: Archivo El Litoral
En los textos sancionados se estima que, de resultar positivos los estudios, se daría prioridad a que los monumentos se erijan en el corredor de Bv. Pellegrini hasta Bv. Gálvez, “especialmente entre la Chopería Santa Fe y la Estación Belgrano, sector donde se encuentra uno de los bustos de Otto Schneider; o en el Paseo de la Costanera Este”.
“La Madre”
“El propósito principal es generar conocimiento, valoración e interpretación de la identidad santafesina mediante un monumento a la chopera. Se pueden mencionar las choperas más innovadoras y originales: ‘La choperfito’, que fue la parte delantera de un ‘Fitito’ y que se refuncionalizó en chopera”, puntualiza una de las resoluciones en sus argumentos.
En la ciudad, las choperas son parte esencial de la cultura cervecera: “Esta es la ciudad del país con mayor cantidad de choperas hogareñas por habitante. Por este motivo, se creó el Registro Único de Choperas (RUCh), primer registro en el mundo. El mismo consiste en conocer la historia de cada chopera, cómo surgió la idea, sus diseños”, añade el texto.
“El Hijo”
“Nuestra identidad santafesina está conformada en gran parte por la cultura cervecera en su totalidad, es la suma de consumir la bebida, ser polo cervecero industrial y artesanal, su historia y el significado inmaterial de la misma. Cuando se piensa en tomar una cerveza, automáticamente se relaciona con camaradería, con compartir con amigos o familiares, en reunirse y generar nuevas amistades”, dice en sus argumentos la otra factibilidad aprobada.
El liso “es el acompañamiento más elegido para celebrar logros personales, cumpleaños, casamientos y eventos sociales. El folclore cervecero representa a la sociedad en su conjunto, sin distinción de zonas barriales, costumbres, preferencias de clubes o gustos en general”, concluye.