Concejo y polémica con Perman: "Esto no es una sala de meditación", lo frenaron 3 ediles
El concejal por Mejor insistió con establecer cinco minutos para meditar en el ámbito del recinto. Su propuesta no se trató y la negativa cruza a varios bloques. "Es improcedente: en el Concejo se abordan los problemas reales de los vecinos", se le plantó Marcucci. Mastropaolo y Jerez, en la misma línea.
Concejo y polémica con Perman: "Esto no es una sala de meditación", lo frenaron 3 ediles
"Che, se picó un poco la última sesión", comenta un cronista por mensaje de WhatsApp. Comenzaba la última sesión ordinaria del año en el Concejo de Santa Fe. Aún los concejales estaban solicitando ingresar expedientes, y pidió la palabra Saúl Perman. Claro: el tema era su propuesta de meditar cinco minutos antes de comenzar la sesión deliberativa. Y luego de una larga exposición, se le plantó un concejal: fue el primero de tres.
El concejal de Mejor, que sesionó de manera virtual -pues no puede participar presencialmente de las sesiones al no estar vacunado contra el Covid-19-, comenzó dando una extensa explicación de por qué, según su criterio, la práctica de meditación es importante. Citó estudios de universidades norteamericanas y europeas y a políticos como Facundo Manes, diputado nacional y neurólogo, que se declaró a favor de la meditación.
"Es una práctica que ayuda al autoconocimiento, a mantener la conexión con el presente, a la salud mental, a mejorar los vínculos interpersonales, y a reducir el estrés y ansiedad, entre muchos otros beneficios", dijo el edil. Y luego habló del mindfulness, sobre la base de estudios de centros académicos y científicos internacionales, que es una actividad meditativa muy en boga hoy, y que se practica 30 minutos al día durante ochos semanas.
Así siguió, por más de 15 minutos, contando su experiencia personal en la materia; en el recinto los ediles lo miraban, chequeaban sus celulares... El expediente seguía en veremos y ahí quedó: pasó a comisiones y no se trató sobre tablas. Pero cuando Perman terminó, pidió inmediatamente la palabra Hugo Marcucci, del interbloque de Juntos por el Cambio. "Yo querría que se rechace este proyecto, por impropio. No creo que el Concejo tenga que convertirse en una sala de meditación", fustigó el edil.
Recordó que el Poder Legislativo local es, aunque la frase sea remanida, la caja de resonancia de los problemas de los vecinos. "En este sentido meditar no es el camino. Pero -aclaró-, esto no tiene relación con la temática, de la cual reconozco su valía para la salud psicofísica de las personas. El tema de la meditación amerita una discusión a nivel educativo, en campañas de difusión social sobre sus ventajas; pero no me parece apropiado que sea incorporado formalmente como una práctica habitual en este Concejo. Y además es impropio que se nos quiera imponer realizar meditación, una actividad que debiera ser parte de nuestro íntimo fuero personal", subrayó.
El Concejo tiene que abocarse a los temas problemáticos de la ciudad, "y meditar no resuelve nada, pues no tiene relación con las materias que debemos tratar. Pero esto no amerita un proyecto que ingrese a este Cuerpo", insistió Marcucci. Pidió que se trate sobre tablas para rechazarlo, algo que no pasó.
Y todo siguió
Como Perman volvió a pedir la palabra para responderle a Marcucci y ni siquiera había empezado el tratamiento sobre tablas, el presidente del Cuerpo pidió orden para "acomodar" un poco el recinto. "Sigamos por favor con la sesión, y en las manifestaciones los concejales pueden volver expresarse sobre este tema en particular", sugirió Leandro González. La instancia de manifestaciones se da al final del tratamiento de todos los despachos, incluidos los que están en el Orden del Día.
Y la sesión empezó, y se trató todo lo que había en el listado de despachos. Pero cuando llegaron las manifestaciones y parecía que la cosa desembocaba en el tradicional "No habiendo más temas que tratar" y el "Feliz Navidad y Año Nuevo", volvió a hablar Saúl Perman de su proyecto de meditación.
"Respecto a lo que decía el concejal Marcucci, la decisión sobre participar o no de estos cinco minutos de meditación es de cada uno de los concejales. Y lejos de dejar de lado las demandas y problemas de la ciudad, (con la práctica meditativa) la idea es comenzar a ver esas problemáticas desde otra perspectiva", añadió, como sugiriendo desde el Concejo "dar el ejemplo" para que la sociedad quiera empezar a realizar esa actividad.
Y otra vez Marcucci: "Es impropio, insisto, para este Concejo. Si bien la decisión pasaría por cada uno de los concejales, se quiere generalizar como una verdad revelada (a la práctica meditativa). Cada uno lo podría hacer a la mañana, a la noche, en su casa, frente a la Setúbal, en su fuero íntimo… Pero el Concejo no es una sala de meditación, sino de debate político y discusión".
"Una paradoja"
Su compañero de interbloque, Sebastián Mastropaolo, también rechazó el proyecto en ciernes. Consideró que la práctica debe realizarse en el ámbito privado de cada persona. "Este es un ámbito para tratar las problemáticas de la ciudad: inseguridad, iluminación, obras que faltan y todo aquello que a diario los vecinos nos piden. Poco puede ayudar esto meditar antes de cada sesión", subrayó.
Guillermo Jerez (Barrio 88) tampoco se quedó callado. "Nunca pensé que teníamos que discutir este tipo de propuestas, que hacen a las convicciones personales que cada uno tiene", dijo. Y cerró con lo que consideró una "paradoja", que sonó a diplomática chicana: "Perman insta a los concejales a que adoptemos la meditación, pero también nos insta a que 'demos el ejemplo', cuando en este momento él está sesionando remoto por no estar vacunado", remató.
"Chupate esa mandarina...", volvió a comentar por WhatsApp el mismo cronista del principio.