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Ya no se podrá aplicar este herbicida en entornos domésticos (jardines, cintas verdes de veredas), en quintas ni en otros espacios con vegetales de la ciudad. Tampoco lo podrán utilizar privados para desmalezamientos. Y se prohibió su venta minorista y mayorista.
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En una sesión a la cual varios de los concejales calificó de “histórica”, el Deliberativo local prohibió el uso (en todos los casos) y la venta minorista y mayorista del herbicida glifosato, dentro de los límites jurisdiccionales de la ciudad. Esto implica que este producto no se podrá aplicar en ámbitos domésticos (para la fumigación de patios o jardines, cintas verdes, etc.), y tampoco en los desmalezamientos por parte de privados.
La ordenanza sancionada surgió de una iniciativa particular “militada” por vecinos y —principalmente— por la Multisectorial Paren de Fumigarnos (que reúne a ONGs ambientalistas). Muchos de sus integrantes presenciaron la sesión, y festejaron la sanción de la nueva norma desde las barras del recinto de calle Salta 2943.
En rigor, esta nueva norma modificó una ordenanza que ya existía (la N° 11.462, de 2008), donde ya se prohibía el uso de este herbicida. En su artículo 2 se prohibía la aplicación terrestre de las clases toxicológicas I y II (“altamente peligroso” y “moderadamente peligroso”, según la clasificación del Senasa).
Igual prohibición se aplicaba para el caso de los agentes municipales cuando hacen control de malezas: en este caso se impedía el uso de fitosanitarios de las clases toxicológicas III (el glifosato está dentro de este grupo, “ligeramente peligroso”) y IV (“que no presenta peligro”). Pero la vieja norma sí seguía habilitando a particulares y empresas privadas la aplicación terrestre del herbicida glifosato en la ciudad.
Lo que plantea la nueva ordenanza es una ampliación de alcances normativos: primero, prohíbe el uso aéreo de productos fitosanitarios de las cuatro clases toxicológicas, “y en especial la utilización y aplicación del herbicida glifosato en todas sus variantes dentro de la ciudad”, dice taxativamente.
Así, prohíbe la aplicación terrestre de aquellos fitosanitarios de Clase I y II (los más peligrosos) y del glifosato (Clase III) en todas sus variantes dentro del ejido urbano; la misma prohibición se extiende al uso de fitosanitarios clases III y IV para la Municipalidad local (para casos de desmalezamiento). En limpio: no se podrá aplicar este herbicida en ningún caso, siempre dentro del ejido urbano.
Una edila adelantó en el recinto que ya hay reuniones con la secretaria Ejecutiva de Áreas Metropolitanas, Adriana Molina, para evaluar la posibilidad de aunar criterios y que está prohibición se extienda en jurisdicciones cercanas, como el sector de la Costa, Recreo y Monte Vera.
La venta
Además, la norma sancionada prohíbe la venta al por mayor y menor del compuesto glifosato en todos sus formatos y presentaciones comerciales dentro de la ciudad. Aquí, “quedan exceptuados de la prohibición las personas físicas o jurídicas encuadras en el artículo 17 de la Ordenanza N° 11.551”.
Esa norma legisla sobre la regulación de los sistemas y empresas de prevención y control de plagas. Y el artículo en cuestión alude a quienes se dediquen —dentro de la jurisdicción local— a la elaboración, comercialización, fraccionamiento de plaguicidas para uso agropecuario, y que estén encuadrados dentro de la Ley de Plaguicidas provincial. Es decir: el herbicida glifosato ya no se podrá vender en ningún comercio de la ciudad (viveros, ferreterías), salvo en aquellos que están dentro del rubro fitosanitarios para usos exclusivamente agropecuarios.
Multas
Será autoridad de aplicación la Secretaría de Ambiente y Espacios Públicos del Municipio, “o el organismo que en el futuro la reemplace, siendo la responsable de llevar a cabo las acciones de difusión, prevención, control y sanción como así también de la promoción de medidas alternativas para el control de malezas y plagas, en armonía con el ambiente, la salud humana y los derechos de la naturaleza”, dice el texto votado.
También se incluyen (en el Régimen de Infracciones y Penalidades de la ciudad) sanciones por incumplimientos de la norma, con multas de 500 Unidades Fijas (UF) de mínima (unos 11 mil pesos) hasta 30 mil UF de máxima (unos 665 mil pesos). Estas sanciones dinerarias podrían duplicarse cuando el infractor sea reincidente.
En el recinto
“El glifosato hoy se puede comprar en una ferretería, en un vivero, en un supermercado... Cualquier persona puede acceder a este producto y usarlo para esparcirlo en su casa o en espacios públicos. Esto cambia ahora. Éste es un momento muy importante para la ciudad”, declaró Juan C. Cesoni (PJ).
Franco Ponce de León (FPCyS) consideró que la sanción es “muy simbólica”. “Las dos ciudades más importantes de la provincia (la capital y Rosario, que ya prohibió el uso del compuesto herbicida hace tiempo) le dicen ‘no’ al glifosato”. Habló de garantizar “derechos fundamentales a la salud pública” y de “respetar la diversidad biológica, impulsando un cambio de paradigma”.
Su par de bloque, Emilio Jatón, mencionó que la decisión del Concejo “va más allá de un cambio de paradigma, e implica una toma de conciencia social sobre el impacto (del herbicida) sobre los seres humanos. Muchas personas de la ciudad compran el glifosato para ‘matar’ los yuyos del patio de sus casas. Esto ahora va a cambiar, hacia allí va esa toma de conciencia”.
Carlos Pereira (UCR-Cambiemos) fue quien había impulsado aquella vieja ordenanza de 2008. “No logramos consensuar algunas cuestiones terminológicas (en el despacho final)”, aclaró. Por eso, todo su bloque se abstuvo de la votación.
“Alejarlo de la sociedad”
Facundo Viola, integrante de Paren de Fumigarnos, declaró a la prensa que la ordenanza sancionada “es todo un logro en función del resguardo de protección de la salud pública. Y es todo un logro simbólico ya que vivimos en una provincia que es unos de los polos sojeros más importantes”.
La norma “va a permitir que al glifosato lo alejamos de la sociedad. Esto es lo más importante”, subrayó. “Nosotros detectamos que el herbicida se vende en ferreterías, viveros, hasta kioscos. Y es un compuesto tóxico, con efectos en los niños y otros grupos de riesgo. Todos los agrotóxicos deben ser alejados de la población, son peligrosos. Éste es todo un gesto político que dio el Concejo”, resaltó Viola.