Santa Fe: en el Concejo, las memorias de la inundación se volvieron un cruce polémico
Un edil oficialista dijo hoy "nos seguimos inundando con la inflación". Enojado, otro opositor le pidió que deje de hacer "política berreta y partidaria". Tras el temblor en el recinto, primó el pedido de memoria y justicia.
Santa Fe: en el Concejo, las memorias de la inundación se volvieron un cruce polémico
A un día de que se conmemoren los 20 años de la inundación de 2003, la mayor catástrofe hídrica que sufre la ciudadanía santafesina, las sensibilidades están a flor de piel, hay heridas y duelos que no cerraron, hay un íntimo llanto contenido en la garganta y las memorias de la tragedia aparecen, como flashes de recuerdos dramáticos.
En su última sesión y en la víspera de esta fecha evocativa, el Concejo sesionó y aprobó una declaración institucional donde manifestó su acompañamiento a las actividades a realizarse en el marco de la conmemoración del 20° aniversario de la inundación de 2003, "sosteniendo la necesidad de memoria, verdad y justicia", enfatiza el texto aprobado por unanimidad.
Quien ofició de vocero de ese pronunciamiento institucional fue, claro, el propio presidente del Deliberativo, Leandro González. "Nunca más. En Santa Fe, nunca más debe ocurrir lo que pasó los últimos días de abril de 2003. Las obras hídricas son y deben seguir siendo una política de Estado, y las planificaciones en esta materia deben actualizarse todo el tiempo", resaltó.
La inundación de 2003 fue previsible y evitable, enfatizó González. "Y este Concejo, en los últimos 7 ú 8 años, se manifestó reclamando justicia en la causa Inundación, para que no quede impune la tragedia. Hubo responsabilidad del Estado en aquel entonces. Pasaron 20 años, más de 22 jueces... El Salado avisó, y pasó lo que pasó". En sus palabras dio un fraterno agradecimiento a quienes tendieron una mano solidaria en esos momentos tan difíciles.
Pero todo este clima protocolarmente solemne, respetuoso e incluso sentido que se había generado en el recinto se quebró de repente, de manera inesperada, en mil pedazos. Pidió la palabra el concejal oficialista Julio "Paco" Garibaldi. Recordó que el 29 de abril de 2003 fue martes, y que el domingo anterior había sido 27, día de elecciones. "Se votó antes (de la inundación); la gente iba a votar en camiones, en autos, porque de otra manera no podía llegar", rememoró.
Impactante registro gráfico de la gente inundada buscando refugio tras perder todo por el avance del agua. La foto fue tomada un martes 29 de abril de 2003. Crédito: Archivo El Litoral / Alejandro Villar
"O sea, hubo inteligencia electoral para ver de qué manera mediante la Ley de Lemas se podía continuar en el poder, pero no la inteligencia para avisar a la gente lo que iba a ocurrir para prevenir este hecho terrible que padecimos los santafesinos". Y más adelante agregó, haciendo un parangón con la actualidad: "Con la inseguridad, con la inflación, nos volvemos a inundar todos los días".
Estos dichos desataron la intempestiva reacción del concejal Federico Fulini (UC). por partes: primero, elogió las palabras dichas por Leandro González, "de manera muy respetuosa con una altura democrática"; segundo, recordó cuando se inundó la casa de sus padres: "Fue muy doloroso ver cómo se te iba tu vida, tus recuerdos, con el agua. Se veía una suerte de escenario de guerra, porque la gente se iba con la mirada perdida por ver cómo perdía todo".
Y tercero, el "dicho todo esto" de Fulini fue la calma que antecedió la tormenta. El edil fustigó sin anestesia por sus declaraciones a Garibaldi: "No voy a tolerar la falta de respeto que este señor concejal acaba de hacernos a todos los inundados, dándole un tinte de político 'berreta' a una causa que nos toca en lo más profundo", bramó.
"¡Esto me duele como inundado, no como dirigente político, y no voy a tolerar que se use políticamente algo que le causó dolor a miles de familias, para venir a hacer política partidaria!", le espetó a Garibaldi. Se refería a la comparación de la inundación de 2003 con los problemas actuales, tal así lo había expresado su par socialista.
Moderación y calma se buscan
Terminó de hablar el concejal kirchnerista y se hizo un silencio de al menos cuatro segundos, que es bastante en el tiempo de las dinámicas legislativas. Hugo Marcucci (UCR-JxC) habló primero de la solidaridad por aquellos días fatídicos, y luego puso paños fríos al cruce: "Creo que hay que evitar golpes bajos o cuestiones partidarias, políticas... Por supuesto, se entienden los sentimientos que en muchos, en todos nosotros, abre este tema".
Carlos Pereira (UCR-JxC) prefirió hablar de las enseñanzas que dejó la catástrofe hídrica: "Hemos aprendido mucho en la ciudad; todos los sectores políticos han puesto su parte para que hoy tengamos una ciudad más preparada en materia de gestión hídrica".
"No hay que abandonar esta senda de trabajo que no son sólo obras, pues hablamos de un montón de acciones que deben implementarse para que, cuando estas cosas nos pasen, mitiguemos de la mayor forma posible sus efectos", dijo el edil. Pidió luego reactivar el viejo proyecto del Memorial de la Inundación, que estaba planteado y pensado en el Reservorio 5, el lugar donde entró el agua del Salado. "Ojalá podamos concretarlo".
Siguieron hablando casi todos. Valeria López Delzar (Creo), por ejemplo, eligió la expresión "crimen hídrico". "No hubo nunca un reconocimiento por parte del Estado, veinte años después. Digo que el Estado debería reconocer que tuvo responsabilidad, y que no diga más que fue una catástrofe natural. Cuando eso ocurra, es cierto que no vamos a recuperar los muertos que dejó la inundación, pero será al menos un resarcimiento histórico por la memoria de esta tragedia".
Pidió la palabra el concejal Juan J. Piedrabuena., que en realidad fue una solicitud a Garibaldi y Fulini. "Simplemente pedirles que por favor traten de no tocar así el tema de la inundación. Duele mucho recordarlo, porque se perdieron muchas vidas, criaturas.... Y que se llevó la vida de mi abuelo".
El "que no se mezcle la política con una desgracia que nos pasó a la gente que nos tapó la casa del agua", expresado así en crudo por el concejal y cantante de cumbia, y que sonó como un suplicio -Piedrabuena, dicho sea de paso, fue la primera vez desde que asumió, en diciembre de 2019, que pidió la palabra en el recinto y habló- quizás fue la mejor lección de la sesión. Y dejó al desnudo los finísimos límites que tienen determinadas palabras y comparaciones.