Sábado 2.7.2022
/Última actualización 18:13
En el acceso al distrito costero de Alto Verde se consolida un caserío de precarias viviendas ilegales ubicadas sobre la orilla del río Santa Fe. Se trata de la zona en la que la calle de acceso al barrio, Demetrio Gómez, se bifurca con Demetrio González (al oeste), con un pequeño lago, reservorio o cava entre ambas manos. El bloque de ranchos y otras viviendas de material fue levantado en los últimos meses en la margen oeste del sector. Y pareciera ser que nadie lo controla, regula o impide.
Es en ese contexto que muchas familias ya habitan esa zona del acceso a Alto Verde. Es que encontraron allí un terreno a donde levantar sus viviendas. En una recorrida por el lugar se pueden observar a familias numerosas, con niños y con animales de cría. La gente vive allí en precarias condiciones, a la buena de Dios. Y como ocurrió históricamente en esa zona de la ciudad, muchos de los habitantes arrojan residuos sobre la orilla del río Santa Fe para ampliar y consolidar sus terrenos, con el consecuente problema medioambiental que ello ocasiona.
Tan rápido creció el caserío en el acceso a Alto Verde que la imagen satelital actual que ofrece Google Maps todavía no muestra la presencia de las viviendas. Pero al recorrer la zona se pueden palpar. También se observan desde la otra orilla, sobre la nueva costanera construida en la zona del Puerto de Santa Fe.
Hasta el momento nadie ha impedido que el caserío siga creciendo a gran velocidad en esa zona de riesgo hídrico, sobre el albardón de Alto Verde. / Luis CetraroPese a estar expuesto a la vista de todo el mundo, pareciera ser que los organismos encargados de regular la planificación urbana no lo ven. Porque nadie impide que el caserío siga creciendo a gran velocidad en esa zona de riesgo hídrico, sobre el albardón de Alto Verde.
Impacto
El mayor problema que ocasiona este tipo de asentamientos son las condiciones de vida de sus habitantes. En la mayoría de los casos, la gente vive sin acceso a los servicios esenciales, como agua potable, y las conexiones eléctricas suelen ser muy precarias, con el consecuente riesgo.
Otro de los problemas tiene que ver con la infraestructura urbana y la planificación del espacio público. Al levantarse este tipo de asentamientos todo queda fuera de control. Y luego surgen los inconvenientes ocasionados por cuestiones medioambientales como intensas lluvias e inundaciones, o las cuestiones de salubridad e higiene que afectan a los vecinos que habitan estas viviendas, entre otros. También se le suman los problemas de convivencia entre los antiguos vecinos y los nuevos pobladores, y las disputas del suelo.
El Litoral consultó a la Municipalidad de Santa Fe al respecto pero hasta el momento no hubo una respuesta.
La semana pasada, el bloque de concejales de Juntos por el Cambio, opositores a la intendencia de Emilio Jatón (FPCyS), denunciaron la falta de control y el crecimiento de los asentamientos irregulares en distintas zonas de la ciudad, y presentaron un pedido de Informes al Ejecutivo. A lo que el intendente los acusó luego de "politizar" un problema de larga data, que trasciende su gestión, y pidió "racionalidad". También dijo que la reubicación no es tarea sencilla. "Primero hay que lograr el consentimiento de las familias, luego conseguir los terrenos y tercero, conseguir el dinero para la reubicación, que tampoco debe ser lejos del lugar donde habitan".