Hay panteones "pelados" y otros que apenas tienen una de las tantas placas de bronce que tuvieron originalmente. Debieron correr esculturas al ingreso de la necrópolis para su resguardo. La advertencia de un arquitecto de la Comisión de Patrimonio.
El patrimonio escultórico e histórico del Cementerio Municipal de la ciudad de Santa Fe está en riesgo ante la incesante ola de robos que sufre el lugar desde hace un tiempo. Al parecer, la necrópolis es una "mina de oro", o mejor dicho, de bronce.
Una especie de "fiebre" por la aleación de cobre y estaño hace visible un mercado ilegal en el que cotizan las piezas que originalmente fueron pensadas para permanecer para todos los tiempos como recordatorio de los difuntos.
En este contexto, la investigación de un arquitecto y docente de la ciudad pone de manifiesto el problema. Hay panteones y tumbas "pelados", le dijo a El Litoral Juan Ortíz quien además forma parte de la Comisión de Patrimonio de la Municipalidad en representación de la Universidad Católica de Santa Fe.
"Empecé en 2017 con un trabajo de doctorado tomando fotos. Repetí en 2019 y 2020. Fue entonces que empecé a notar la faltante de placas, algo que ya es muy visible. Si uno camina por el cementerio observará el vacío que deja. Al comparar fotos de 2017 con las más actuales, se aprecia la falta de obras de arte, placas, etc de bóvedas familiares", explicó Ortíz. Cabe señalar que en la actualidad, el trabajo de investigación está financiado por la UCSF.
Para fundamentar su advertencia, el docente explica que en el cementerio local hay un patrimonio escultórico de mucho valor que está en riesgo permanente. "Una obra de Juan Carlos Oliva Navarro, quien diseñó el Monumento al Brigadier López de la Costanera; otra de Baldomero Banús (que hizo la Fuente de la Cordialidad) y tres esculturas de José Sedlacek", son algunos de los ejemplos que grafica el entrevistado. "Al mismo tiempo, hay bóvedas que llegaron directamente desde Italia", agregó.
Particularmente, con las esculturas de Sedlacek ocurrió que debieron correrlas de su lugar original y llevarlas al pórtico de ingreso por miedo al robo. De ello dio cuenta El Litoral en una crónica de octubre de 2011. Se trata de la obra "Mi madre", elaborada en bronce, cuyas medidas son 1.30 metros de alto por 0.70 metros de ancho y estaba ubicada en el frente del mausoleo familiar, detallaba la nota.
-¿Qué escultores tienen trabajos en el Cementerio Municipal?
-Todos los escultores que ves en las plazas de la primera mitad del siglo XX, todos tienen obras en el cementerio. Tenemos artistas locales, de Argentina y europeos que enviaron escultores de Italia, son trabajos en mármol los que las hacen más difíciles de robar.
Hay bóvedas que directamente no podés determinar de quién es, porque las "pelaron". Muchas son tumbas de principios del siglo XX y es muy difícil contactar a familiares descendientes. Algunas están abandonadas, nadie las visita e incluso tienen un nivel importante de mora en el cementerio.
En su valioso testimonio, el arquitecto Ortíz señaló: "No hay bóveda que no haya sido atacada. Algunas tienen sus placas salidas, producto de un intento de barreteada que no pudieron sacar".
En 2020, El Litoral dio cuenta de hechos vandálicos dentro del camposanto local. En enero este diario puso en agenda, incluso con imágenes de los hechos, cómo se producían las profanaciones. Meses más tarde, en julio, un informe especial multimedia hizo foco en el problema.
Consultado al respecto, el docente aseguró: "Más allá de las placas de bronce, acá estamos hablando de obras de arte y podría encuadrarse como tráfico de piezas. No sé si las robaron por el bronce o el valor artístico".
En ese sentido, Ortiz amplió: "El estado es de evidente deterioro. Es muy difícil recuperar la placa de bronce que se robó. Uno intuye que debe haber un circuito comercial que no debe ser difícil de identificar. Un claro ejemplo es lo que ocurre en la bóveda familiar de los Sarsotti. Está "pelada", sólo quedó una placa que pienso que no la sacaron porque es muy 'finita'. Esa placa es de Bardonek, un artista muy conocido en Santa Fe; es un trabajo de autor".
Ante la ola de robos dentro del cementerio, se han colocado cámaras de seguridad en el sector del Oratorio. "Pero no alcanza porque se siguen robando placas", aseguró el entrevistado. "Creo que mucho de lo que se robó, lo hicieron entre 2017 y 2019", añadió. "Estamos buscando que se declare patrimonio escultórico o artístico para volver a poner el foco en la cuestión" argumentó.
Según la mirada del arquitecto, se "debería trabajar fuerte para preservar lo poco que queda a como de lugar. Estableciendo un perímetro de seguridad, para reforzar el sistema de cámaras. Hoy todos los países avanzados, en las ciudades más importantes tienen en el cementerio un recurso turístico extraordinario. Nosotros tenemos muchas cosas de valor".
Perfil
Juan Ortíz es arquitecto, docente y miembro de la Comisión de Patrimonio de la Municipalidad en representación de la UCSF.