Jueves 2.3.2023
/Última actualización 11:59
Claudia Damiani vive en barrio 7 Jefes hace casi 15 años. Concretamente, en calle Regis Martínez al 900, a una cuadra de la Costanera. Frente a su casa, se encuentra una de las manzanas que corresponde al extenso espacio verde existente donde, entre otras cosas, está el famoso “Parque de la Locomotora”.
Pero esa franja frente a la casa de Damiani, que tiene una cancha de fútbol, se convirtió desde hace varios años en “zona de nadie”.
“Me cuesta mucho ser escuchada por alguien. Vivo presentando notas y nadie hace nada. Por eso recurro a los medios”, fue la primera frase de Damiani con El Litoral, a quien le hizo llegar el reclamo y su profunda preocupación.
“Lo que ocurrió data de 2019. En el Barrio 7 Jefes, a una cuadra y media de la Costanera, hay un terreno que es provincial y depende de la Secretaría de Vivienda. Todo lo que pasa en ese terreno lo concesionan desde ahí y la gestión política de turno. Pero está dentro de un barrio que tiene sus normas, y debería controlar la municipalidad . Pero ellos se niegan. Se tiran la pelota uno a otro y los vecinos quedamos a la deriva”. Esta frase de la vecina, lamentablemente es algo que se replica en muchos lugares donde las autoridades no se hacen cargo porque aducen que “le corresponde a otro”.
Damiani aclara, en otro tramo de la charla, que ella no está en desacuerdo con la utilización del parque público, pero que debe estar regulado lo que pasa en el lugar “porque la verdad es tremendo y nosotros sufrimos las consecuencias. Fundamentalmente de la inseguridad, de la falta de limpieza y el abandono”, asegura.
“En 2019, construyeron un baño. Un día a la siesta, vino la gente de Aguas y me dijeron que les pidieron un favor desde la Municipalidad. Rompieron el pavimento, hicieron una conexión a las cloacas, y a partir de entonces, el pavimento empezó a hundirse porque hay una pérdida. Hice el reclamo en Aguas, pero me dicen que le corresponde a la Municipalidad”, explicó la vecina quien además aclaro (y los enviados de El Litoral pudieron constatarlo) que “es un baño a cielo abierto, no cumple con ningún tipo de norma establecida para construir en un área urbana, nadie lo mantiene y no tiene ninguna habilitación como tal”.
Esa pérdida de agua que tiene el baño, a la cual se refirió Damiani, generó un socavón en el pavimento. Cuando empezó una obra en una casa lindante a la mía, los albañiles, con la mejor buena voluntad, rellenaron el socavón. Luego pasaron con el plan de bacheo municipal y le tiraron el material negro que corresponde, pero la calle se está volviendo a hundir porque la pérdida de agua es grande y nadie la arregló.
Inseguridad. Uno de los tantos robos padecidos por los vecinos de la zona. Crédito: El Litoral.Inseguridad
Además de los inconvenientes que viene generando el baño, está lo referido a la inseguridad, un lamentable denominador común del cual ninguna zona de la ciudad está exenta.
“Estamos sufriendo muchos robos porque hay gente acampando en el parque. Con el correr de los años, se fue concesionando el terreno a distintas agrupaciones, pero sin ningún control. Primero fue a La Carbonilla, un club de fútbol. Vendían alcohol y otras cosas por la noche hasta las 3 de la madrugada. Los vecinos llamábamos al 911 pero mucho no hacía”, detalló Damiani.
El "asentamiento gitano" en el parque es una constante. Según los vecinos, la mayoría de las cosas que comercializan son las que a ellos les roban. Crédito: El Litoral.“Después hubo un campamento gitano, por el cual también llamamos muchas veces y nada. Hasta que le vaciaron la casa a mi vecino. Ahí se hizo un allanamiento por parte de la Municipalidad. Los Gitanos aducían que compraban y vendían cosas usadas. Cuando en realidad, esas cosas eran las robadas en nuestros domicilios. A mi vecino le robaron hasta los cuchillos de la cocina. Ahora hay una nueva concesión de un club de fútbol, donde el ambiente parece ser mucho mejor. Pero el tema es que nadie lo regula, nadie controla, ni hace la limpieza y el baño sigue perdiendo agua”.
Sobre el final, Damiani contó que juntó firmas de los vecinos y que ya la presentó el listado a la Dirección de Vivienda, en Casa de Gobierno y en la Municipalidad. “Como esto empezó en 2019, hay algunos firmantes que se mudaron o incluso murieron. Una vecina era la que me acompañaba siempre a hacer los reclamos. Seguimos esperando, pero lamentablemente, ella ya no está”, finalizó su relato en espera de una respuesta a tantos reclamos.