Viernes 28.8.2020
/Última actualización 19:20
La utilización medicinal del cannabis, como cualquier otro fármaco, requiere de exhaustivos controles que determinen, entre otras cosas, su calidad, identificación, pureza, potencia y estabilidad para garantizar su seguridad e indicar, por ejemplo, su dosificación. Tras un trabajo sostenido en el tiempo y la certificación del Ministerio de Salud de la Nación, estos vitales controles para la correcta utilización del cannabis como medicina comenzarán a ser desarrollados en el Laboratorio de Control de Calidad de Medicamentos (LCCM) de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (FBCB-UNL).
En este reconocido espacio se trabaja desde hace un tiempo en el desarrollo de una plataforma tecnológica destinada a la determinación de la composición química de aceites, extractos y otros derivados de cannabis para uso medicinal.
“El objetivo de este desarrollo es poder brindar, en un futuro lo más cercano posible, un servicio de control de calidad de estos productos”, aseguró Mercedes De Zan, directora del LCCM, e indicó: “Esto permitirá, entre otras cosas, verificar que los productos derivados del cannabis contienen los activos necesarios y son seguros para su consumo”.
La iniciativa fue propuesta en la edición 2019 del Capital Semilla con el proyecto denominado “Plataforma tecnológica para la determinación de la composición de muestras de aceite de cannabis para uso medicinal”, a cargo de María Silvia Cámara, responsable de Calidad del LCCM.
Gentileza Es de suma importancia que los productores, distribuidores y consumidores de productos derivados de cannabis tomen conciencia de que se trata de un producto farmacéutico , resaltó Mercedes De Zan, directora del Laboratorio.“Es de suma importancia que los productores, distribuidores y consumidores de productos derivados de cannabis tomen conciencia de que se trata de un producto farmacéutico", resaltó Mercedes De Zan, directora del Laboratorio.Foto: Gentileza
Para un consumo terapéutico seguro
“Este proyecto tiene como objetivo responder a una demanda de la comunidad y de las asociaciones civiles que vienen trabajando en el proyecto de legalización del uso de cannabis con fines terapéuticos, brindando servicios de control de calidad de los productos que se elaboren de manera particular, en agrupaciones o de manera industrial”, explicó Cámara.
De Zan resaltó que “nuestro laboratorio tiene más de 30 años de trayectoria trabajando en servicios analíticos y asistencia técnica a la industria farmacéutica a través de la realización de controles de calidad a las materias primas y los productos finales mediante ensayos de identificación, pureza, potencia, estabilidad, entre otros. Contamos con personal altamente calificado, el equipamiento e instrumental adecuado y con un Sistema de Gestión de la Calidad basado en normas farmacéuticas que pondremos a disposición para este nuevo servicio”.
En línea con lo expresado por Cámara respecto a la atención a las demandas de la comunidad, días atrás el Concejo municipal de la ciudad de Santa Fe sancionó una ordenanza que, una vez reglamentada, regulará el acceso al cannabis y sus derivados como recurso terapéutico. Actualmente, esta planta se autocultiva o se adquieren extractos o aceites cannábicos muchas veces de procedencia dudosa. El reglamento apunta a regular la producción y comercialización de estos productos, fomentando la investigación de nuevas aplicaciones y promoviendo la realización de controles de calidad para que los mismos puedan ser utilizados como fármacos. El cannabis, al contener sustancias psicoactivas, debe ser sometido a la investigación y control por parte de laboratorios debidamente habilitados y esto es lo que realizará el LCCM de FBCB-UNL.
El uso medicinal del cannabis
La composición química de los aceites y otros derivados de cannabis varía de manera importante según la variedad de la planta de la que se obtienen, como así también de las características del suelo donde haya sido cultivada, la temperatura, el tipo y la cantidad de luz, el momento de recolección, el proceso de secado, y el método que se usa para la extracción.
Estudios realizados determinaron que las plantas de cannabis producen al menos 90 compuestos conocidos como “cannabinoides” que pueden encontrarse en distintas cantidades y proporciones en los productos destinados al uso terapéutico.
Dentro de este universo de compuestos se sabe que, de los dos encontrados en mayor proporción, el tetrahidrocannabinol (THC) tiene una importante actividad como psicoactivo, mientras que el cannabidiol (CBD) es el responsable de las propiedades farmacológicas no psicotrópicas, actuando como analgésico, antiepiléptico y antioxidante, principalmente.
Una caracterización básica que debe hacerse entonces sobre los preparados derivados del cannabis, es determinar el contenido y la relación de concentración CBD/THC para establecer un correcto uso del mismo evitando efectos adversos inesperados. Si se quiere caracterizar más a fondo el producto además de estos dos compuestos principales, es importante conocer el contenido de al menos otros tres compuestos minoritarios: el ácido cannabidiolico (CBDA), el ácido tetarhidrocannabinolico (THCA) y el cannabinol (CBN), precursores y derivados de los activos principales, de los cuales se está aún estudiando su acción farmacológica.
Marco regulatorio y requisitos normativos
Para garantizar un uso seguro y eficiente de los productos cannábicos es necesario contar con una producción normatizada y controlada, lo que implica también realizar controles de calidad que permitan establecer, entre otros aspectos, el contenido y concentración de las sustancias activas para establecer la dosificación más conveniente para cada patología a tratar.
“Al contener sustancias psicoactivas los derivados del cannabis están considerados sustancias sujetas a control por parte de la Administración Nacional de Medicamentos Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Desde LCCM realizamos las gestiones pertinentes ante este organismo para acceder a la certificación que nos habilite como laboratorio y como grupo de investigación para trabajar con este tipo de sustancias y brindarle a la comunidad el servicio que necesita”, advirtió De Zan.
En el marco de sus políticas institucionales de investigación y compromiso con la salud pública, FBCB-UNL va a poner a disposición del sistema de salud, de las distintas organizaciones sociales (civiles y profesionales) y de la comunidad en general, un servicio analítico que brindará información sobre la composición química de los aceites cannábicos que están siendo utilizados. Esto permitirá conocer qué es lo que se está consumiendo y garantizar un tratamiento seguro y efectivo en aquellas personas que, padeciendo determinadas patologías, necesitan usar el aceite de cannabis a los fines de aliviar sus dolencias y mejorar su calidad de vida.
Además de la mejora en la eficiencia de los esquemas terapéuticos utilizados en la actualidad, permitirá suministrar información valiosa al momento de realizar los ensayos clínicos pertinentes, cuando en un futuro se ordene y se regule la producción nacional de derivados cannábicos, y se realicen los estudios necesarios para confirmar la efectividad y seguridad en las diferentes indicaciones clínicas.
“Es de suma importancia que los productores, distribuidores y consumidores de productos derivados de cannabis tomen conciencia de que se trata de un producto farmacéutico para el cual se debe garantizar su seguridad y eficacia, es decir que no sea tóxico y que tenga los activos en cantidad suficiente para lograr el efecto terapéutico deseado”, recalcó la directora.