El Covid, las escuelas "reales" y la mirada científica de dos pediatras
La reanudación debe mantenerse pero con los protocolos bien estrictos. Hay que mejorar la ventilación en las aulas, por la transmisión aérea del coronavirus. Exhortan a cumplir con el calendario de vacunación anual.
Flavio Raina Ambientes bien ventilados, barbijos bien puestos, distanciamiento y sanitización, las claves para sostener las aulas abiertas.
Dos pediatras de la ciudad divulgaron un pormenorizado documento -con datos, bibliografía científica, casuística y comparaciones de variables sanitarias de otros países-, sobre el impacto que ha tenido en Niños, Niñas y Adolescentes (NnyA) la no presencialidad de clases durante casi un año. El panorama que se muestra no es fue bueno: hablan de afectaciones en el aprendizaje, la salud y la equidad de los niños, un "creciente aislamiento social" y la "interrupción de los planes de vacunación". Pero el trabajo no se quedó en esa "foto", y fue más allá.
El Dr. Juan Carlos Beltramino, pediatra de reconocida trayectoria (hoy jubilado, aún integrante de la Sociedad Argentina de Pediatría) y la Dra. María Elena Malachevsky (médica pediatra y neonatóloga, Mat. 5165), ponderan en el documento -llamado "Algunas consideraciones sobre la Covid y los escolares"-, la necesidad de sostener la presencialidad, y recuerdan que las escuelas no son focos de contagio del SARS-CoV-2 ("los casos en las escuelas aumentaron cuando aumentó la transmisión en la comunidad, y no al revés"), dicen.
"El cierre de escuelas debe ser una medida siempre de último recurso, después de que se hayan considerado todas las demás opciones. Se deben evitar los cierres de escuelas a nivel nacional, y sólo considerar esta posibilidad en aquellas ciudades con altos niveles de transmisión comunitaria; aún así, en estos casos extremos, se debe mantener la educación en las aulas para los niños que están en riesgo de violencia en sus hogares, los que dependen de las comidas escolares y los hijos de los trabajadores esenciales", coinciden los especialistas.
Pero a la par del sostenimiento de la presencialidad, alude a varias otras cuestiones: primero, extremar (y mejorar) los protocolos de bioseguridad en las escuelas, con estrategias de mitigación (ver Relacionada); con más ventilación interclaustro escolar y barbijos de doble capa bien ajustados, y atendiendo a los "brotes de resfríos" (con tos, dolor de garganta y/o fiebre), causados por el virus del resfrío común. En este punto, exhortan a que los padres de alumnos a que éstos cumplan con el calendario de vacunación anual (ver más abajo). También, explican cómo debiera procederse en la modalidad de cierres transitorios.
El Litoral dialogó con el Dr. Beltramino, quien hizo referencia a los muchos problemas que generó y aún genera la no presencialidad el desarrollo tanto educativo como de desarrollo social sobre los chicos. "Esta es una situación excepcional (la pandemia); ahora bien, cabe preguntarse sobre el alto impacto que tiene en la salud (tanto fisiológica como mental) de menores y adolescentes", dijo.
Más ventilación
-Las clases presenciales volvieron bajo un esquema de alternancia y con módulos de 90 minutos y sin contraturnos. ¿Le parece correcto el protocolo diseñado? ¿Es suficiente la ventilación cruzada en las aulas, ya que hay información científica contundente sobre la transmisión aérea por gotículas microscópicas (aerosoles) de nariz y boca?
-En un principio se le daba mucha importancia a la desinfección de superficies, por la eventualidad de estar contaminadas. Limpiar está bien (al igual que el lavado de manos), pero sí: hoy se sabe que hay que darle más importancia a la transmisión aérea (gotas y aerosoles). Así, es clave como barrera de filtración el uso del barbijo y, fundamentalmente, la ventilación: abrir las puertas y ventanas de las aulas. Y cuando las condiciones climáticas lo permiten, dar clases al aire libre. Es posible enseñar de otra manera.
Sobre llegar al ideal de estar el 100% de las clases presenciales en marcha, eso dependerá mucho de los controles que se hagan y cómo evoluciona la pandemia (en su curva de contagios). Es evidente que a todas las normas de bioseguridad hay que ir revisándolas y mejorándolas.
"Las autoridades deben dictar los lineamientos básicos para que luego, en cada establecimiento escolar, se termine de diagramar el mejor protocolo posible. Son quienes trabajan en las escuelas los que pueden aportar las indicaciones más adecuadas y, además, reevaluarlas semanalmente. Es razonable que ante la pandemia, los trabajadores de la educación planteen dudas y temores, pero para lograr que los niños retornen a las escuelas, ellos deben ser parte de la solución", sugieren los pediatras en el documento.
Cierres transitorios
"Puede ocurrir que en algunos lugares puntuales, el número de contagios crezca exponencialmente; a lo mejor aquí sea necesario hacer cierres transitorios de las escuelas", dijo Beltramino. Lo transitorio no implica por definición lo total, todo lo contrario: en el informe, los pediatras explican este concepto.
"Cuando en una región se disparen los casos de Covid, la posibilidad de cierre transitorio debería limitarse a ese lugar. Por ejemplo, si en la provincia ocurriese un pico de contagios en un barrio de Rosario, pero las tasas de contagios fueran bajas en los departamentos del norte provincial, parecería poco razonable interrumpir las clases (presenciales) en Gato Colorado (a más de 600 km.) o cerrar todas las escuelas rurales (que tienen baja matrícula, baja conectividad, comedores escolares y la posibilidad de desarrollar actividades al aire libre)", sostienen en el texto.
Además, "conviene que los hijos e hijas de los trabajadores esenciales del sistema sanitario estén en las escuelas de forma presencial. Y lo mismo respecto de los chicos con trastornos del desarrollo y aquellos de situación social muy vulnerable que necesitan protegerse de la violencia y la malnutrición", subrayó Beltramino en la entrevista con este diario. Para éstos, la escuela sigue siendo un "resguardo".
El problemas de los otros virus
El año pasado, desaparecieron virus respiratorios que siempre están presentes en el otoño-invierno (la gripe común, incluso el virus sincitial respiratorio, que produce bronquiolitis, etcétera). Con ello, disminuyeron mucho las infecciones respiratorias. "Cuando se abren las escuelas y vuelven los chicos a clases, reaparecen estas infecciones: se ha visto en otros países", advirtió el médico pediatra.
Gentileza Es muy importante recalcar la necesidad, más allá de la escuela en sí, de que los chicos tengan el calendario de vacunación actualizado, que estén vacunados , insistió Beltramino.
"Es muy importante recalcar la necesidad, más allá de la escuela en sí, de que los chicos tengan el calendario de vacunación actualizado, que estén vacunados", insistió Beltramino - Foto: Gentileza
Puede darse que con el comienzo del otoño haya chicos con fiebre, dolor de garganta o tos, sin que necesariamente esos síntomas respondan a un cuadro de contagio de coronavirus. "¿Cómo saber si hay un caso de Covid (y si por eso es necesario cerrar la burbuja áulica), o si es un resfrío o laringitis?", se interrogó el pediatra.
Sobre este punto, creyó necesario que el Ministerio de Salud provincial haga testeos, no sólo para Covid-19 sino también algunos de otros virus. "No hace falta que se testeen a todos los alumnos: con tres o cuatro alcanza para saber si se trata de un rinovirus (el llamado virus del resfrío). Esto (los testeos diferenciados) ayudaría a hacer los cierres transitorios o aperturas en tiempo y forma", enfatizó Beltramino.
En el documento se cita lo siguiente: "Como se comprobó en Hong Kong, las medidas implementadas contra el nuevo coronavirus no son eficaces para evitar los contagios por el rinovirus, o virus del resfrío".
Pero hay otro punto clave que destaca el especialista: "Desde la Sociedad Argentina de Pediatría, una de las mayores preocupaciones es que cayó enormemente la cantidad de chicos vacunados (con vacunas de calendario anual). No es un dato menor: si un lactante enferma de Covid, lo más probable es que curse un cuadro leve pero si no tiene las vacunas de calendario, hasta puede padecer enfermedades como meningitis. Tengamos cuidado con esto", pidió Beltramino.
"Es muy importante recalcar la necesidad, más allá de la escuela en sí, de que los chicos tengan el calendario de vacunación actualizado, que estén vacunados", insistió.
-Cuando llegue la segunda ola (habrá que ver cómo se comportan las variables epidemiológicas), ¿se podrá mantener la presencialidad a las escuelas?, consultó el El Litoral al Beltramino.
-La segunda ola va a llegar, y lo peor es que nos va a "agarrar" sin la cantidad de gente vacunada suficiente contra la Covid-19. Si la segunda ola tiene la virulencia que muestra en Brasil, y si en la Argentina hay un gran aumento de casos, a lo mejor habrá que volver a cerrar las escuelas. Ahora, yo creo que el mensaje final a subrayar es la frase de Unicef: que las escuelas "sean lo último en cerrar y lo primero en abrir". No se se justifica que en Latinoamérica hayan estado casi durante un año el ciento por ciento de las escuelas cerradas.