Crece la preocupación de vecinos por el accionar de motochorros en las calles de barrio Roma

"La verdad es que no sé qué hacer. Si arranco el taller de la memoria en el Centro de Jubilados seguro que me va a beneficiar en muchísimos aspectos. ¿Pero si en el camino me asaltan, me hacen caer y me quiebro la cadera? Al final va a ser peor el remedio que la enfermedad". La frase de Yolanda es muy de las abuelas. Y ella lo es. Tiene 73 años y es vecina de barrio Roma desde cuando en la zona había zanjas y las casas estaban alejadas unas de otras.

Los vecinos de Yolanda la escuchan, y no saben qué decirle. Porque la mujer tiene razón: el accionar de motochorros en el barrio se volvió común y nadie está exento. Entre los últimos hechos figuran el robo a una mujer de 80 años que fue arrastrada por dos motochorros que lograron quitarle la cartera, el asalto a mano armada sufrido por una adolescente que se dirigía al gimnasio, el robo de las ruedas traseras de un auto estacionado, la rotura del blindex de un negocio que vende electrodomésticos y la entradera a un matrimonio de personas mayores durante la madrugada a punta de pistola.

"Todos esos hechos ocurrieron en el período de dos meses, entre otros que desconocemos. Y a éstos podemos sumarle la tragedia del hombre que vino de Sancti Spiritu a comprar una supuesta moto y cayó en una estafa que le costó la vida en el límite de nuestro barrio con Santa Rosa de Lima", contó Roberto, un vecino de La Rioja al 4000.

Además de lo injusto que es que te roben dinero, celulares y objetos personales que uno puede llegar a tener consigo en la calle -algunos de valor, otros no y otros de gran importancia como un DNI, las llaves de casa o un estudio médico- preocupa la violencia con la que se llevan a cabo los hechos de inseguridad.

"Ya no se conforman con llevarse tu bolso. Vos vieras cómo le quedó la cara a la señora que dos motochorros arrastraron 20 metros para sacarle la cartera. Toda golpeada, llena de moretones. Ni hablar del susto que tuvo y del cual todavía no puede sobreponerse. ¿Con qué necesidad te roban y te pegan?", manifestó Liliana, vecina de Catamarca al 3800.

Que vuelvan los caminantes

Una acción que piden los vecinos de barrio Roma, jurisdicción emplazada hacia el oeste de avenida Freyre hasta Lamadrid, porque había sido efectiva a la hora de prevenir y disuadir el delito, es el regreso de policías caminantes.

"Uno los veía siempre de a dos, caminando por las calles. Y uno como vecino se sentía más tranquilo; hasta sabíamos sus nombres y les ofrecíamos algo para tomar o comer sobre todo en días de calor agobiante", manifestó la encargada de una despensa. "Pero ahora estamos librados a la suerte de Dios", sentenció.

Alarmas comunitarias

Aunque los hechos de inseguridad no cesan, gran parte del barrio cuenta con alarmas comunitarias. Basta con alguna acción sospechosa que alguien advierta para que oprima un botón y comience a sonar la alarma. "Es una práctica que ya tenemos arraigada. Cuando alguien hace sonar la alarma avisa en el grupo qué es lo que sucede y se actúa en consecuencia. Gracias a eso hemos evitado muchos robos, entraderas domiciliarias y hasta usurpaciones de casas", contó Esteban.

Para finalizar, los vecinos dejaron en claro la necesidad de acciones urgentes tendientes a combatir el delito en este barrio de la ciudad porque "así no se puede vivir más".

Y con respecto a Yolanda, la abuela del comienzo que no sabía si arrancar el taller de la memoria en el Centro de Jubilados del barrio o quedarse en su casa, El Litoral pudo saber que luego de escuchar a sus vecinos desistió de ir. "No me animo. Prefiero seguir en casa y ejercitar la cabeza con sopas de letras y crucigramas. Me da mucha tristeza por los chicos de ahora. Mi patio siempre fue la calle cuando era niña. Pero ahora es el patio de los delincuentes".