Ante la crisis social y económica que afronta el país desde los últimos años, con índices alarmantes de pobreza e indigencia, El Litoral entrevistó al Padre Olidio Panigo, párroco de la Basílica Nuestra Señora de Guadalupe, para analizar la realidad que percibe en el último tiempo.
“Los pedidos se han multiplicado acá en Guadalupe. Nosotros tratamos de que cada Cáritas de la parroquia atienda las distintas necesidades. La demanda por parte de la gente ha crecido y nos encontramos con la dificultad de no tener los medios para responder”.
Según el Observatorio Social de la UCA se calcula que la Argentina tiene un 57,4% de pobres. Foto: Flavio Raina
Al mismo tiempo remarcó que las dificultades trascienden a los que llegan hasta Guadalupe a pedir asistencia. “En contacto con otros sacerdotes que están en barrios periféricos sé que también se encuentran con esta problemática”, indicó Panigo.
-Creo que esto nos tiene que hacer reflexionar dentro de la realidad política que estamos viviendo, cuando faltan alimentos quiere decir que algo no funciona bien. Esto no es consecuencia de este gobierno sino de años en los que no se ha trabajado de una manera responsable para atender a esta realidad de la pobreza buscando soluciones de fondo.
El argentino en general votó por un cambio pero también es bueno tener en cuenta que ese cambio no lo paguen los más pobres, los que más dificultades tienen para afrontar el día a día y que falten los alimentos en la mesa de todos los argentinos.
Es un llamado para que todos pongamos lo mejor, pero también para que en las decisiones no se piense solo en los números sino también en las personas, que no nos enorgullezca tener un superávit fiscal si se hace a costa de un déficit social.
-¿Qué pasa con la asistencia que llega?
-Cáritas es quien recepciona los pedidos, en algunos casos se trabaja con convenio por acción social, lo que pasa es que las partidas que normalmente se dan a Cáritas no han aumentado y sí han aumentado los alimentos.
“Que no nos enorgullezca tener un superávit fiscal si se hace a costa de un déficit social”, señaló el Padre. Foto: Mauricio Garín
Solidaridad
-¿Hay colaboración de la gente en estos momentos?
-Sí, por ejemplo en el Festival Folclórico de Guadalupe nosotros contabilizamos entre pañales y alimentos no perecederos alrededor de 4 millones de pesos que la gente trajo como colaboración y es lo que estamos dando. Si bien esa solidaridad se hace ver, la demanda por parte de la gente se hace cada vez mayor porque se les hace difícil llegar a fin de mes. Esto lo vemos todos porque aún la gente que no tiene problemas económicos cuando va al supermercado se encuentra buscando precios, sobre todo la clase media. Es una realidad general la que estamos viviendo y tratamos de responder de acuerdo a las posibilidades que uno tiene.
-¿Qué le provoca internamente no poder darle una mano a alguien que viene a pedir asistencia a la iglesia?
-Una gran impotencia porque uno desearía ayudar, tratamos de que la ayuda sea responsable porque a veces nos encontramos con personas que en momentos de crisis están acostumbradas a pedir y van deambulando y pidiendo en todos lados, por eso tratamos de que la ayuda sea de cada Cáritas, de cada barrio que conoce la situación en la que están las distintas familias. De tal manera que la ayuda que brindamos llegue a las familias que realmente lo necesitan.