El Litoral
Relevamiento entre una quincena de personas que se dedican a la actividad de cuidar coches en la zona del macrocentro desde Av. Alem, San Luis, 4 de enero y calle Calchines.
El Litoral
Según un relevamiento propio que hizo El Litoral entre una quincena de personas que se dedican a la actividad de cuidar coches —en la zona del macrocentro desde Av. Alem, San Luis, 4 de enero y calle Calchines—, la radiografía social es compleja, intrincada entre “territorios” cuidados y eventuales “jefes” o “regentes” de zonas que piden a los cuidadores dinero para dejarlos trabajar. Todas las consultas fueron realizadas en horario de Seom. A pedido de los entrevistados, este medio reservará sus nombres y ubicaciones para evitar eventuales represalias.
Un joven de 26 años que hace 5 años se dedica a la labor de ser cuidacoches —trabaja con un compañero— admitió que recurrió a esa actividad informal “por no haber encontrado otro trabajo más digno” luego de haberlo buscado. Aseguró que pide colaboraciones “a voluntad” y que la gente “lo trata bien”.
“En mi zona sólo yo puedo trabajar pero no en otra, porque hay ‘cuidadores’”, declaró. Lo que reúne de dinero (unos 200 pesos) “queda para mí y mi hija, porque lo que hago es ‘hacer el día’ para poder comer”, dice.
Otro muchacho de 31 años, que vive con su concubina y 4 hijos, hace tres años que se dedica a la actividad. Lo mismo: es cuidacoches porque no encontró un trabajo estable. También trabaja con otro “socio” en una determinada cuadra o “parada”, “de 8 hasta las 20”. Estimó que por día reúne unos 250 pesos, “siempre a voluntad la propina”, asegura. También lava autos por un monto de 50 pesos. La frase coincidente fue que trabajan “para hacer el día”, es decir, para juntar lo suficiente para comer.
“Es preferible cuidar este laburo que salir a robar o hacer cualquier delito. Esto es digno”, aseguró una mujer de unos 55 años, que comparte la actividad de cuidar vehículos con otro muchacho muy joven, de no más de 25. Sacan por día un entre 200 y 250 pesos. Ambos admiten que “la parada (cuadra) se cuida”, porque es el lugar que tenemos para trabajar”, de lo cual se infiere que hay un código de territorialidad. “Si viene otro cuidador acá, le decimos que se vaya”, coincidieron.
Esto podría ser un elemento que explique las situaciones violentas que se han sucedido desde hace un tiempo.
Del relevamiento, en tres ocasiones se constató la ingesta de alcohol entre cuidacoches. No se observó el consumo de estupefacientes, como marihuana o similares.