Martes 8.2.2022
/Última actualización 9:48
La Municipalidad de Santo Tomé tiene previsto comenzar el próximo mes de marzo con la pavimentación del grupo Nº 5 del plan de pavimento por administración, sorteado el pasado 6 de enero. Así lo hizo saber la intendenta Daniela Qüesta, además de manifestar su anhelo de poder sortear un nuevo grupo de calles en octubre o noviembre del presente año, más tardar, "siempre y cuando el buen tiempo acompañe".
"Este año queremos ver si podemos cubrir dos grupos", resaltó. El cálculo está fundado en que, si no la demoran las lluvias o algún imprevisto ligado al clima, la cuadrilla municipal de pavimento puede ejecutar hasta una cuadra y media por mes. Y el grupo Nº 5 está compuesto por siete cuadras, situadas en el sector identificado como Favaloro Norte, dentro de la jurisdicción de Vecinal Dr. René Favaloro, en las cercanías del Club Alianza. El que se terminó en diciembre, el Nº 1, era de catorce y abarcaba distintos sectores de la ciudad ("parecía eterno", mencionó la intendenta),
A propósito del tema lluvias y de las demoras que en su momento complicaron la continuidad de este emprendimiento, Qüesta quiso dejar bien en claro que la obra de pavimento con hormigón "nunca, nunca, nunca", estuvo en riesgo por problemas de financiamiento, porque a este último "lo garantiza" y "siempre lo va a garantizar" el Estado municipal. Además, señaló que una vez reanudados los trabajos del plan de pavimento -en agosto del año pasado-, solo el factor climático generó alguna demora en la ejecución de los mismos.
En cuanto a las interrupciones que perjudicaron el normal desarrollo de la obra desde sus comienzos en 2016 hasta 2021 -cuando se cumplió el plazo del proyecto original, que era de 67 cuadras, después se agregaron 9 y finalmente otras 4-, Qüesta puso énfasis en "los casi siete meses perdidos a causa de la emergencia hídrica", ocurrida al principio de su gestión (en enero de 2016, justamente).
Además, siguió recordando, "en todo 2020 el equipo de pavimento solo pudo trabajar un mes", porque los empleados de la cuadrilla estuvieron en sus casas, al tener que cumplir con las disposiciones adoptadas por el gobierno nacional y el provincial en el marco de la pandemia. Como es sabido, acotó, aquellos trabajadores que tenían determinadas patologías no podían presentarse en sus puestos de tareas.
"Este plan no se puede caer"
Al analizar el recorrido de la obra de pavimento en los meses más complicados, Qüesta hizo notar al momento que se consideraron de riesgo las personas que tenían presión alta, el municipio había podido hacer únicamente una cuadra de pavimento, Chacabuco. A la semana siguiente, dijo, "la cantidad de personas disponible no permitía seguir con la obra, porque se necesita como mínimo un equipo para hacerla, no se puede trabajar con tres operarios".
Si se pudieran restar los dieciocho meses perdidos por la emergencia hídrica y por la pandemia, prosiguió Qüesta su descripción, "se estaría en un promedio de poco más de una cuadra por mes", que es el ideal propuesto para avanzar en 2022 con el plan de pavimento. "Como promedio de ejecución de obra es un buen ritmo. La meta en los próximos dos años es achicar esa brecha o atraso, que se puede computar en meses pero que tiene que ver con todo lo sucedido", añadió.
Atento a lo anterior, cuando se le preguntó si el plan de pavimento podría correr riesgo, o podría dejar de ejecutarse en caso de haber un cambio político en las próximas elecciones municipales, la intendenta fue muy clara. "No se puede caer porque está por ordenanza", subrayó. Para que el plan se caiga, aclaró, "tendría que derogarse la ordenanza". Y para que esta se derogue, especificó, "debería contar con el acompañamiento de una mayoría del Concejo Municipal, y no creo que eso suceda".
Estoy convencida, dijo después, que con la gestión anterior, la de Fabián Palo Oliver (2007-2015), "hemos instalado el plan de pavimento como política de Estado", por lo que "ningún intendente, cualquiera sea su signo político, podría tirar abajo este concepto". Lo firmo, enfatizó, "ningún intendente".
"Hemos dejado instalado que la Municipalidad de Santo Tomé puede hacer pavimento de hormigón por administración", señaló luego. Cualquiera que diga lo contrario, advirtió, "va a tener que demostrarlo". Salvo que llueva, dijo, o que aparezca una pandemia como la que atravesamos, "estamos en condiciones de hacer pavimentación en los tiempos de obra comprometidos cuando salió el proyecto inicial", argumentó también.
Tanto la gestión anterior como nosotros, siguió explicando la jefa municipal, "planteamos programas de pavimentación que exceden los cuatro años de cada mandato, logrando una continuidad en la ejecución de pavimento que es histórica, porque antes no se hacía". Se hizo pavimento, acotó, "pero en forma esporádica". El municipio no se embarcaba en este tipo de obras, agregó, "excepto en algunas épocas en que lo hizo por autoahorro, o por licitación".
"La garantía es el Estado"
A partir de la gestión de Palo Oliver, prosiguió Qüesta con su análisis, se retomó la idea de conformar un equipo municipal que haga pavimento, "porque es la forma de hacerlo más accesible al vecino". Luego explicó que "el Estado puede dar mayor flexibilidad de financiamiento que cuando se licita, porque en este caso las condiciones de financiación están muy condicionadas al tiempo en el que el municipio tiene que pagarle a la empresa la ejecución de la obra".
Después el municipio hace los convenios, dijo, y en ese devenir, con el correr del tiempo, va recuperando. "Pero no es un ahorro previo, donde si el vecino no paga no se ejecuta la obra, porque en realidad el Estado garantiza la ejecución de los trabajos", amplió. Asimismo, señaló el "doble desafío" que implica poder hacer la obra y a su vez generar una gestión de cobro, en la que se necesita "una acción de confianza", de parte del vecino, a través del pago, "que es lo que permite dar continuidad al plan".
"Nosotros tenemos que responder a esa confianza, transmitiendo seguridad al vecino con la realización de los trabajos,… pero la garantía siempre es el Estado municipal", insistió Qüesta. De lo contrario, subrayó, "si hacemos una cuadra, recuperamos lo invertido, y recién después hacemos otra cuadra, tendríamos que estar pavimentando mes por medio, viendo qué es lo que se ha recuperado para poder ejecutar el plan".
La garantía está, resaltó, "porque no hay un problema financiero de parte del municipio para hacer la obra". Además, dijo, "tenemos el personal capacitado para hacerla, por eso se consiguió el ritmo necesario". Es un plan municipal, continuó, "que se ejecuta con empleados municipales y el aporte de materiales que compra el municipio, que considera a la de pavimento como una obra esencial y prioritaria", aclaró.
Gentileza Daniela Qüesta, intendenta de Santo Tomé. Brindó detalles sobre la obra de pavimento, la que considera prioritaria para su gestión.Daniela Qüesta, intendenta de Santo Tomé. Brindó detalles sobre la obra de pavimento, la que considera "prioritaria" para su gestión.Foto: Gentileza
A través del sistema de contribución de mejoras, alegó la intendenta, el Estado recupera lo que va invirtiendo, pero esa es una segunda etapa. Es por eso que cuando se proyecta una obra bajo esa modalidad, especificó, "nunca el parámetro inicial es el recupero, ya que en el tiempo de la ejecución de la obra el municipio debe tener el dinero para comprar hormigón, por ejemplo".
Si el vecino elige el plan más largo, prosiguió, "no se puede esperar a que termine de pagar el plan para poder comprar ese material". En definitiva, concluyó, "el Estado municipal lleva adelante la obra, financia su ejecución y ofrece planes de pago a los vecinos para hacerla accesible".
Los tramos por ejecutar en el grupo Nº 5 del Plan de Pavimentación de 80 Cuadras son los siguientes: Santiago del Estero, entre Azcuénaga y Entre Ríos; Aristóbulo del Valle, entre Azcuénaga y Av. Luján; Crespo, entre Santiago del Estero y Aristóbulo del Valle, y Entre Ríos, entre Santiago del Estero y Aristóbulo del Valle. Siete cuadras en total.
Daniela Qüesta destacó en varias ocasiones que la de pavimento, es una obra que sienta un precedente y que obliga a las futuras gestiones a una continuidad, porque es una planificación que ya queda como política de Estado. Atento a ello, se la consultó respecto a si la entusiasmaba la posibilidad de ir por un tercer mandato en 2023.
En una primera instancia contestó: "¡Qué difícil decirlo!" Después manifestó que en realidad recién empieza 2022 y "no es momento de hablar de candidaturas", porque es "como ponerse objetivos antes de tiempo". Es muy pronto para hablar de eso, insistió, "porque no estoy pensando en otros cuatro años en la intendencia". No obstante ello, también expresó que ella, después de seis años al frente del municipio santotomesino, se siente "fuerte y bien" en la gestión pública.
"No me siento agotada ni cansada, nada de eso… además, tengo un equipo que me acompaña", dijo. La decisión la vamos a tomar como equipo, repitió, "porque nadie es dueño de las candidaturas y siempre es sano el recambio". Somos parte de equipos de trabajo, volvió a remarcar. "Lo ideal es que haya nuevos nombres, porque el recambio implica enriquecer esos equipos y renovarse, para evitar relajamientos en la gestión, que es cuando se cometen errores, justamente por no cambiar a tiempo", observó.
No siempre sale todo perfecto, aseveró, "y a veces cuesta mucho resolver las cosas". De todas maneras, subrayó Qüesta, "con todo lo que nos pasó, el saldo es positivo". Somos "muy autocríticos" de cada una de nuestras gestiones y acciones, destacó a continuación, "pero aun así hemos llevado adelante un plan de obras muy importante, que solo se frenó por las contingencias que mencionamos antes".
"Siendo gráficos, juramos un jueves y el viernes ya estaba lloviendo. Tuvimos tres meses de lluvias", describió. "En Adelina Oeste el barro nos llegaba hasta las rodillas y los vecinos no podían mandar los chicos a la escuela. Nosotros empezamos así la gestión", amplió. Y encima, resaltó, "lo que faltaba", surgió la pandemia, "así que de las plagas de Egipto, nos tocaron todas". "Pero son los tiempos en los que nos toca estar y donde tenemos que ser útiles, por eso estamos absolutamente comprometidos a afrontar cada dificultad, poniendo la cara y escuchando a los vecinos", completó.
Sobre las cuadras agregadas
En otro pasaje de su diálogo con El Litoral, Daniela Qüesta se refirió a los cambios que sufrió el plan de pavimento de 67 cuadras, para convertirse en el actual, que es de 80. Primero se agregaron 9 cuadras para incorporar al sector identificado como Favaloro Centro y después otras 4, para sumar a Favaloro Sur. "Sabemos que los vecinos piden, necesitan y requieren el pavimento, pero el problema de ir agregando cuadras es que también hace que se demore la obra, que es lo que tratamos de transmitir al Concejo Municipal cada vez que aprobó una de estas incorporaciones", reconoció la intendenta. "No vamos a discutir las decisiones del Concejo y, de hecho, no las vetamos, pero si hubo un vecino que hace dos años pagó el plan, nos gustaría que sepa que se hay trece cuadras más que cuando nosotros dijimos que íbamos a hacer el pavimento", se explayó. "Aún si hiciéramos poco más de una cuadra por mes, es un año más en el plan de obras", redondeó.