Decibeles altos: "malestar" del municipio con la vecinal 7 Jefes por la movilización
El gobierno local argumenta que no se cumplió la “reserva” en la instancia de mediación realizada en la Defensoría del Pueblo. En contexto, el plan de nocturnidad en ciernes: los decibelímetros, la insonorización y el uso del espacio público.
Decibeles altos: "malestar" del municipio con la vecinal 7 Jefes por la movilización
Hace unos días, se realizó una mediación en la Defensoría del Pueblo. La secretaría de Control del municipio estuvo presente, al igual que las vecinales y los titulares de paradores. “La Defensoría pidió reserva a todas las partes en tanto dure la mediación. Ahora nos encontramos con esta movilización de la vecinal 7 Jefes, y nos sorprende. Pero bueno, seguimos apelando al diálogo”, expresó su malestar Guillermo Álvarez, subsecretario de Control y Convivencia del Gobierno local, en diálogo con El Litoral.
Pero el contexto de toda esta tensión -por así llamarla- entre los vecinos y el municipio local es el plan de nocturnidad, un proyecto de ordenanza que se está elaborando y que intentará ordenar la actividad nocturna, desde hace años caótica. Ya hubo reuniones con vecinales, con dueños de bares, incluso se hicieron encuestas.
En este marco, “aún no se avanzó en las reuniones con la gente de 7 Jefes sobre el tema de los paradores y ruidos molestos, porque el primer paso (del nuevo plan de nocturnidad) se dio con la problemática de los bares en Candioti. Los vecinos (de 7 Jefes) van a ser convocados para discutir la nueva ordenanza de nocturnidad”, aseveró Álvarez.
Regular para convivir (lo mejor que se pueda)
Pero, ¿en qué va a consistir el plan de nocturnidad que está “craneando” la Municipalidad con los actores involucrados? “Primero, que se les permita a las actividades gastronómicas y nocturnas poder desarrollarse bien, pero en un marco de convivencia con los vecinos. Segundo, rever y solucionar cuestiones que no están reguladas: por ejemplo, no hay ordenanza que prohíba a un bar poner parlantes afuera. Al no estar regulado esto, no puede ser sancionado”, pone como ejemplo el subsecretario.
Otro caso: si un local comercial (de la nocturnidad) tiene que hacer inversiones en insonorización para poder funcionar y causar las menores molestias posibles, esto tampoco está regulado, salvo para Clubes de Música (hay sólo dos en la ciudad), y además integran otra categoría. “Al no estar regulado este punto, tampoco se puede sancionar”, reiteró. “También, el uso del espacio público: ¿será libre de horario o no? Estas cuestiones tratamos de resolver”.
“Siempre atendimos los reclamos por ruidos molestos, sobre todo durante el verano por la cantidad de paradores. Tomamos medidas, hasta se efectivizaron multas y clausuras. Decidimos asignar inspectores de control en Costanera (una suerte de verificadores de ruidos molestos)”, aseguró el funcionario.
Cabe recordar que en la ciudad rige la Ordenanza Nº 9623 de 1992 y que regula la problemática de los ruidos por encima del “umbral”. Cómo se actúa para controlar si un ruido (la música que se emite desde un parador o bar, por ejemplo) pasa ese umbral permitido es el siguiente: cuando hay una denuncia por ruidos molestos, un inspector va al domicilio de la persona denunciante, se hace una verificación con un decibelímetro calibrado y homologado.
“Si antes de las 22 horas, el aparato da más de 55 decibeles, le corresponde a ese bar o parador un acta; y si después de esa hora da más de 45 decibeles, corresponde una segunda acta de infracción”, explicó el subsecretario.
-Circula la versión de que en el nuevo plan de nocturnidad que están elaborando se analiza autorizar a bares a instalarse en 7 jefes y Villa Setúbal para descomprimir Candioti. ¿Esto es así?, consultó este diario a Álvarez.
-No, no está pensado esto en la nueva ordenanza de nocturnidad. Porque esto implicaría una modificación en el Reglamento de Ordenamiento Urbano (ROU), que determina (entre muchas otras cuestiones urbanísticas) dónde puede desarrollarse una actividad económica. Estamos pensando en una ordenanza que regule todas las actividades nocturnas, en el marco de la mayor convivencia posible con los vecinos.