Sábado 21.8.2021
/Última actualización 11:44
El mundo habla de la variante Delta, una mutación del SARS-CoV-2 -nuevo coronavirus-, surgida en la India en diciembre de 2020. Incluso en países desarrollados con muy altos porcentajes de inmunización contra el Covid-19 -la enfermedad que produce este virus-, los nuevos contagios se reproducen bajo esta mutación declarada de Preocupación (VOC, por sus siglas en inglés). Algunos pronostican que es la punta del iceberg de una "segunda pandemia" superpuesta sobre la primera, que originó la cepa original detectada en Wuhan, China, a fines de 2019.
Qué pasa con la relación entre población vacunada parcial y totalmente y esta variante; cuáles son sus porcentajes de transmisibilidad y letalidad; su impacto en niños y adolescentes; la importancia de los testeos rigurosos y qué escenarios se evalúan ante la inminencia de una llegada masiva de esta variante en el país: sobre estos temas consultó El Litoral a un experto santafesino, el Dr. Daniel Claus, profesor de Virología de la UNL (ver Perfil), sobre la base de la evidencia científica disponible hasta el momento.
Transmisibilidad y letalidad
-A propósito de la contagiosidad de esta variante, la autoridad sanitaria británica estima que es entre 40 y 60% más transmisible que la cepa originaria del SARS-CoV-2. Y según el gobierno australiano, el R0 (número de reproducción) de la Delta es de 5-8, mientras que la de Wuhan es de 2-4/2-6. ¿Qué se sabe hoy sobre los niveles de transmisibilidad de esta variante?
-La información epidemiológica de que se dispone, obtenida en distintas localizaciones a las que ha accedido la variante Delta, indica que la misma alcanza niveles de transmisibilidad superiores a los de la cepa original y otras variantes. Por otro lado, se ha determinado que los niveles de multiplicación en la nariz y la faringe de la variante Delta también es significativamente superior cuando se la compara con la cepa original, característica que permitiría explicar su mayor transmisibilidad: a mayor multiplicación, mayor es el nivel de excreción y la capacidad de transmisión viral. Notablemente, se ha determinado también que algunos individuos vacunados con esquema completo para Covid-19 pueden ser infectados por Delta, pueden replicarlo activamente en la nasofaringe, y pueden transmitirlo y contagiar.
-¿Hay información científica sobre el nivel de letalidad de Delta en comparación con otras VOC?
-Hasta el presente no hay evidencias acerca de la existencia de un nivel de letalidad mayor de Delta en comparación con el aislamiento original de Wuhan, o respecto a otras variantes de preocupación de SARS-CoV-2. Es interesante apreciar que en algunas de las poblaciones en las cuales se ha producido una amplia diseminación de las infecciones con la variante Delta, como en Israel o en Gran Bretaña, el aumento de la incidencia de los contagios no ha sido acompañado por incrementos equivalentes de los niveles de hospitalización y de mortalidad. Si esta característica es consecuencia de la protección conferida por la vacunación en esas poblaciones, o si deriva de una menor virulencia intrínseca de Delta en relación con las otras variantes, es una pregunta que todavía carece de respuesta.
Flavio Raina Completar los esquemas de inoculación contribuiría a evitar cuadros severos e internaciones de infectados por esta mutación.Completar los esquemas de inoculación contribuiría a evitar cuadros severos e internaciones de infectados por esta mutación. Foto: Flavio Raina
-A propósito de la relación entre las campañas de inoculación y esta variante, las vacunas actuales disponibles en la provincia y el país, ¿siguen siendo efectivas contra la Delta, en términos de menores posibilidades de hospitalización ante una infección con esta cepa?
-La información epidemiológica proveniente de aquellos países en los cuales Delta se transformó en la variante predominante indica que la inmunidad conferida por una única dosis de vacuna no es suficiente para reducir significativamente la probabilidad de hospitalización, siendo ésta la razón por la cual esos países han modificado su estrategia de vacunación, acortando el plazo entre dosis que había sido estipulado anteriormente.
La inmunización con dos dosis de vacunas vectoriales o de ARNm (mensajero), por otro lado, sí parece conferir niveles de protección satisfactorios frente a la hospitalización, la enfermedad severa y la mortalidad asociadas a la infección con la variante Delta. No existe evidencia publicada en relación a la efectividad de las vacunas a virus inactivado para prevenir las hospitalizaciones asociadas a la infección con Delta, tanto con esquemas de inmunización parcial o completo.
-En USA, hay reportes que indican que más del 80% de los contagios totales se dan por esta variante, y que los sanatorios pediátricos se han llenado de pacientes. Esto a priori indicaría que Delta tiene incidencia sobre los niños en términos de contagios masivos, quizás porque ésta es la población menos vacunada contra el Covid. ¿Qué se sabe sobre la relación entre esta variante y los menores de edad?
-Es posible que la circulación de esta variante más transmisible en poblaciones donde una alta proporción de adultos están inmunizados y protegidos -pero aún pueden infectarse, replicar y transmitir activamente al virus-, termine aumentando la incidencia -relativa y absoluta- de contagios y casos en el sector no inmunizado de la población, es decir, los menores de 12 años o los adultos que no han accedido a vacunarse, como ocurre en USA. No existen hasta el momento evidencias concretas acerca de un nivel mayor de severidad clínica de las infecciones por Delta en poblaciones pediátricas.
La vacunación de los menores de 12 años no ha sido considerada una prioridad en la respuesta inicial frente a la pandemia, vista la necesidad de proteger inicialmente a los sectores de la población más vulnerables frente a la infección, claramente los adultos mayores. Sin embargo, superada esta primer etapa, la extensión de la inmunización a toda la población, incluso los niños, se hace necesaria para inhibir -o eventualmente interrumpir- la circulación viral.
Está claro que el SARS-CoV-2, tanto en su variante original como en las que emergieron posteriormente, es capaz de infectar a los niños y replicarse. Por lo tanto, mientras los niños no sean inmunizados el virus en cualquiera de sus variantes -las existentes o las que puedan emerger en el futuro-, continuará circulando y asechando a los más vulnerables. Por ello, la vacunación pediátrica parece ser una condición necesaria que deberá ser satisfecha para mantener bajo control la pandemia.
-Ante la inminencia de esta variante, ¿será necesario una tercera dosis de refuerzo en el país? ¿O quizás una reformulación en la composición de las vacunas hoy disponibles en el mundo, para que se vuelvan más efectivas ante Delta?
-Las evidencias existentes muestran que los esquemas completos de vacunación con dos dosis de vacunas vectoriales o de ARNm otorgan niveles de inmunidad satisfactorios frente a la exposición a la variante Delta, en términos de protección frente a la hospitalización, la enfermedad severa y la mortalidad asociadas a la infección.
No está claro aún cuál es el nivel de protección frente a Delta que confieren las vacunas a virus inactivado, de menor nivel de eficacia, y esa es la razón por la cual países como Uruguay y Chile, que inmunizaron a una amplia proporción de sus poblaciones con este tipo de vacuna, están ofreciendo una tercera dosis de vacuna a ARNm a aquellos individuos que fueron inicialmente vacunados con dos dosis de vacunas a virus inactivado.
Salvo esta situación, por el momento no parece justificarse la aplicación de una tercera dosis, sobre todo si esto limita la llegada de vacunas a aquellas poblaciones donde los porcentajes de vacunación, ya no con esquema completo, sino con una única dosis, continúan bien por debajo de la media mundial. La circulación viral en las poblaciones humanas no vacunadas será la fuente más probable para la emergencia de nuevas variantes, así que dilatar la inmunización de las poblaciones más postergadas no hará más que dilatar la resolución de la pandemia.
Las vacunas actuales se formularon sobre el molde la glicoproteína "Spike" de la cepa original (Wuhan) de SARS-CoV-2. Si se comprueba finalmente que la respuesta generada por estas vacunas es evadida por la variante Delta, o por cualquier otra variante que pueda emerger y tornarse predominante, entonces las ulteriores generaciones de vacunas deberán adaptar su formulación al molde modificado de la glicoproteína "Spike" de esa variante, adoptando una estrategia de vacunación con inmunógenos modificables, similar al que se utiliza en la prevención de la gripe.
-Las autoridades sanitarias nacionales han advertido que "será inevitable" que la Delta ingrese de forma comunitaria al país. ¿Considera también que será imposible detener el avance de esta cepa a la Argentina, más allá de la vigilancia genómica activa permanente que se está realizando?
-La penetración y predominio de una nueva variante es un evento de competición con las variantes circulantes previamente, en un contexto en el cual el nivel de inmunidad específica (contra una variante) y cruzada (entre distintas variantes) de la población humana juega un rol decisivo. Hasta el presente, Delta ha predominado sobre otras variantes en numerosas regiones, pero no todavía en Latinoamérica. Nuestra región, al mismo tiempo que atraviesa por una marcada reducción general de la incidencia de nuevos contagios con las variantes predominantes (fundamentalmente Gamma, Lambda y Alfa), se ve expuesta a la amenaza del ingreso de Delta, sin que, hasta el momento, esa amenaza se haya materializado en una circulación comunitaria sostenida.
Sólo el tiempo develará si estamos atravesando el preludio de un reemplazo de variante predominante, que eclosionaría en las próximas semanas con la circulación comunitaria de Delta, o si la combinación de la competencia de las variantes preexistentes y la inmunidad de la población, ya sea adquirida por infección natural o vacunación, es suficiente para impedir el predominio de la nueva variante. Lo ocurrido con Delta en Europa y USA parece indicar que este último escenario es menos probable.
"Mientras los niños no sean inmunizados el virus en cualquiera de sus variantes -las existentes o las que puedan emerger en el futuro-, continuará circulando y asechando a los más vulnerables. Por ello, la vacunación pediátrica parece ser una condición necesaria que deberá ser satisfecha para mantener bajo control la pandemia".
GentilezaEl Dr. Juan Daniel Claus es bioquímico de la ciudad egresado de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Es Doctor con Orientación en Virología de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente se desempeña como Profesor Titular de Virología de la FBCB-UNL.
Ojo con el "triunfalismo prematuro"
-¿Los cuidados preventivos deberán extremarse con esta variante ya instalada en el país? ¿Alcanzaría con los protocolos sanitarios hoy conocidos, o considera que deberán reforzarse con mayores medidas, como el uso obligatorio de barbijos de mayor filtración, más campañas de ventilación de ambientes cerrados, etcétera?
-Los medidas preventivas dirigidas a prevenir los contagios con SARS-CoV-2 no se deben modificar con la irrupción de la variante Delta, o de cualquier otra variante del virus, y se deben seguir cumpliendo a rajatabla. Más allá de la protección que confieran las vacunas, la mejor prevención radica en evitar el contagio mediante la práctica del distanciamiento, el uso apropiado de barbijos eficientes, el aseguramiento de una ventilación apropiada en los ambientes cerrados y la práctica permanente de las pautas de higiene respiratoria.
Finalmente, frente al escenario epidemiológico favorable que se ha instalado en nuestro país en las últimas semanas, es necesario remarcar que esto no puede dar lugar a una relajación anticipada de las pautas y medidas de prevención y control de la transmisión viral. De hacerlo, y frente a la amenaza que implica la potencial irrupción de Delta como variante predominante, correríamos el riesgo de entrar a un nuevo escenario de crisis sanitaria, que es posible prevenir si no practicamos un triunfalismo prematuro.