Se sabe que este es un verano récord de casos de dengue.
Los yuyos altos y el agua estancada son causa directa de casos de dengue. Esta situación se da en un barrio de la capital santafesina.
Se sabe que este es un verano récord de casos de dengue.
Hay 17 jurisdicciones del país que están en alerta por un brote de esta enfermedad y que Santa Fe forma parte de una de ellas.
En el país se registran cifras inéditas que representan un aumento del 2500% con respecto al año anterior. Ya son 38 las personas muertas en Argentina, entre ellas un bebé y dos adolescentes.
Según el reporte epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, hasta la última semana se registraron 57.210 casos de dengue: 52.770 sin antecedentes de viaje (autóctonos), 2.497 importados y 1.943 en investigación.
Frente a este escenario, preocupante, hay acciones que deberían ser cotidianas y por qué no obligatorias. Entre ellas mantener libre de malezas espacios públicos, sectores lindantes a las vías del ferrocarril, plazas… ¿Por qué? Porque allí podría haber recipientes tirados y acumularse agua de lluvia, que servirá de criadero.
Alertados por vecinos de Guadalupe, El Litoral recorrió el sector donde se sitúa la plaza Chaplin (Vélez Sársfield y Lavaisse).
“Los yuyos tienen 2 metros de altura. Es tremendo el abandono que hay en la zona de las vías”, dijo una vecina. Y agregó: “En la plaza Chaplin vinieron a cortar un poco y dejaron gran parte sin cortar”.
En el lugar, se corroboró las malezas en varios espacios públicos y en los espacios verdes lindantes a las vías del ferrocarril. Tal fue el caso de Vélez Sársfield al 6100 y Avellaneda a la misma altura, Lavaisse y Vélez Sársfield y Lavaisse y Dorrego.
También se observó a un vecino cortando con una máquina el césped cerca de las vías. “Estoy jubilado y lo hago hace meses. Es todo un tema el de las malezas altas en este barrio, donde hay muchos casos de dengue”, alertó.
De hecho mostró la notificación que recibió a fines de febrero desde la Municipalidad donde le avisaban que lo habían visitado en su domicilio para poder fumigar y no habían encontrado a nadie.
Para combatir el dengue, la única receta es la prevención. Y una de las acciones clave en este sentido es evitar que el mosquito vector de la enfermedad (es decir, el que contagia a través de la picadura), pueda reproducirse. Para esto, es fundamental minimizar la acumulación de agua en recipientes de cualquier tipo, ya que la hembra del Aedes aegypti pone los huevos en las paredes de los mismos y ahí comienza el ciclo, que demanda entre 5 y 8 días, con tres de las fases de desarrollo en el agua (huevo, larva y pupa).
Esta acción es prioridad. Fumigar es un complemento necesario, ya que combate a los mosquitos adultos pero no a los huevos ni a las larvas, por lo que evitar el agua acumulada que le sirve de criadero a este insecto es el paso clave.
Sin embargo, en la ciudad de Santa Fe proliferan los ejemplos de lugares públicos con agua estancada, ya sea por mal mantenimiento de plazas y parques o por desidia al dejar que se formen microbasurales (lo que permite que en caso de lluvia cualquier cosa sirva como recipiente para que el mosquito ponga sus huevos).
Todo suma para la prevención, pero la pregunta que surge es si mientras el municipio le pide al vecino que revise su casa y remueva cualquier circunstancial envase donde se pueda acumular agua, si el mismo municipio está realizando lo suficiente para despejar el espacio público de estos focos de reproducción del mosquito (es decir, basura acumulada, cunetas o cordones en mal estado, fuentes abandonadas, yuyos altos, entre otros).
No es casualidad que en un barrio donde hay casos de dengue, muchos sectores poseen malezas que superan los dos metros de altura.
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