Luciano Andreychuk
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Hace exactamente un año, El Litoral advertía que las condiciones edilicias del Cementerio Municipal era muy precarias, y el estado de abandono era muy preocupante (edición 12/01/2014). Ayer se derrumbó la sección 126: cayó hacia un costado, como si fuera una biblioteca vieja que se desmorona, vulnerada por su propio peso. Pero no eran libros: era 130 nichos de restos humanos, historias del pasado de seres que aún recuerdan sus familiares. Hoy el predio sigue clausurado. Sólo se habilita para inhumaciones.
La noticia conmocionó a la opinión pública. Esta mañana, familiares y vecinos cortaron Blas Parera reclamando saber por qué se produjo el desmoronamiento. Concejales de la oposición mostraron sus críticas, también, por el episodio. “Esto se pudo haber evitado”, dijo un referente del justicialismo.
En una entrevista con El Litoral, Roberto Celano, subsecretario de Ambiente de la Municipalidad, dijo que como consecuencia del derrumbe de ayer en la sección 126, “se deberán desocupar y luego demoler las secciones aledañas, porque están unidas por una misma losa”.
“La 126 se cayó hacia un costado y se vieron afectados entre 120 y 130 nichos. Ahora se tendrá que demoler completa toda la sección, luego de desocupar los nichos allí ubicados, que son en total 942. De ésos, 698 están vencidos, y por lo tanto los restos están en condiciones de ser cremados”, dijo el funcionario.
Los restantes se reubicarán en otros sectores; también están vencidos pero está en curso el trámite de comunicación (a los deudos). “Es decir, se debe comunicar que los nichos están vencidos, luego viene la notificación y hay un plazo de 30 días para que los familiares decidan qué hacer con los restos”, precisó.
Celano aclaró que la sección 126 se cayó en bloque, y que los restos que estaban en los nichos afectados no se esparcieron. Por lo tanto, no será necesario realizar un trabajo de identificación forense. “Están todos los restos identificados, y se comunicó a los familiares damnificados sobre la situación”, aseguró.
Interrogantes
Hace casi un año (fue el 7 de febrero pasado), el intendente José Corral anunciaba un “plan de rescate” financiero y edilicio de la necrópolis local. Pero los objetivos trazados en ese proceso de recuperación de un lugar muy caro para los sentimientos de muchos santafesinos parecen estar lejos de alcanzarse. Así lo muestra el episodio de ayer.
Celano admitió sin dudar que “falta muchísima inversión y tiempo para poder poner en valor, como corresponde, al Cementerio. Estamos hablando de 30 ó 40 años de falta de inversión, y recuperar la necrópolis no se hace de un día para el otro”.
—¿Se pudo haber evitado el derrumbe, de haber tomado las medidas edilicias a tiempo?
—La sección 126 sufrió el agravante de las inundaciones de 2003 y 2007. Allí llegó a haber 80 centímetros de agua. La parte inferior de ese sector tiene 100 años de antigüedad y la superior 40 años. Además no fue construida de la mejor manera. Hablamos de construcciones muy antiguas;si bien se está tratando de identificar las causas del derrumbe, lo antiguo de las construcciones debió haber influido.
—¿Por qué hay un mes de demora en las solicitudes de cremaciones?
—Actualmente hay un solo horno crematorio funcionando, que trabaja en dos turnos porque hay una gran demanda. Se está haciendo el llamado a licitación para la compra del segundo horno.
—¿El municipio va a brindar algún tipo de contención o asistencia a los familiares damnificados por el derrumbe?
—Por ahora pusimos a disposición de estos familiares el listado de los nichos afectados. Les permitimos entrar, de a uno o dos, para que vean lo que sucedió. No ocultamos nada.
“Esto se pudo haber evitado”
El concejal justicialista Ignacio Martínez Kerz había presentado en 2012, en el Concejo, un pedido declaración de emergencia edilicia del Cementerio Municipal, dado su mal estado. Su proyecto no prosperó, y hoy critica a la actual administración municipal.
“Nos cansamos de denunciar que la necrópolis local está en un estado de abandono profundo desde 2007. El derrumbe de ayer se pudo haber evitado si el municipio hubiese realizado mejoras edilicias en los sectores de nichos más afectados”, fustigó, en declaraciones a El Litoral.
Por su parte, el presidente del bloque de concejales del Frente Renovador (que derivó de 100 % Santafesino), Cristian Huser, solicitó al Ejecutivo que cree una unidad de atención familiar para contener a los familiares de las personas fallecidas, afectados por el derrumbe.
Funciona un solo horno crematorio
La mitad de los santafesinos que mueren son cremados en el Cementerio Municipal, el 25% es sepultado en alguno de los cementerios privados de la ciudad y sólo el 25% restante ocupa algunos de los nichos del cementerio. La estimación surge de un relevamiento que realizó El Litoral entre el sector funerario.
La tendencia a elegir la cremación se impuso en los últimos años, pero en la actualidad se demora hasta un mes para cremar a una persona fallecida en el Cementerio, porque sólo hay un horno operativo, una situación que estira la compleja etapa del duelo entre los familiares.
El municipio aclaró que se están realizando turnos dobles en el horno que funciona y que se va a licitar la compra de un nuevo horno para evitar las atrasos en los turnos de cremación.
Además, conseguir un nicho en el Cementerio Municipal no suele ser sencillo. A veces, hay que esperar que se desocupe alguno o utilizar sectores que no están en buen estado por la falta de mantenimiento.
La angustia de los familiares: “Ahora tenemos que volver a sepultar nuestros seres queridos”
Florencia Arri
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Unos cincuenta familiares que tienen los restos de sus deudos en la sección 126 exigieron ver el estado de los nichos. Hoy, cortaron la avenida hasta que les permitieron ingresar, de a uno por familia, con custodia y en grupo.
“Quiero ver si está bien”. Las flores en las manos contrastaban con las lágrimas de una mujer que acudió ayer, como cada domingo, a visitar los restos de su hijo difunto. Allí, se enteró de que la sección 126, donde está el nicho de su familiar, se derrumbó en la madrugada. No dijo más, no pudo. Se sentó en un banco a la sombra a esperar que el personal del cementerio se fijase. Nadie lo hizo, pero no importó. Ella necesitaba verlo.
El caso que pareció aislado se repitió esta mañana. En la puerta del Cementerio, medio centenar de familiares —enojados y muy angustiados—, que tienen a sus deudos en la sección 126, reclamó que los dejen entrar. No querían esperar las 48 horas que les pidieron las autoridades municipales para informar el estado del nicho. “Queremos entrar a ver cómo están”, dijeron.
Ante la negativa, hoy a las 8 cortaron con quema de cubiertas el tránsito de la avenida Blas Parera. La protesta se levantó cuando se abrió la reja del acceso norte de la necrópolis para dejar entrar a los familiares, de a uno por nicho, y en grupos reducidos.
Puertas adentro
La impaciencia fue más y la gente se abrió paso a los empujones. Dos religiosas de la congregación de San Agustín buscaban información por el estado de la tumba de un sacerdote. “El estado del cementerio es de abandono”, dijo una de ellas. Había también oportunistas que sin llorar a nadie tomaron fotos.
Con las manos vacías, los familiares dieron con lo que buscaron. Unos encontraron el nicho intacto. Otros, sólo escombros.
Al salir, Ariel Cristanto contó a sus dos hermanas que la tercera, fallecida en 1999, estaba donde debía. “No puedo creer que me alegre al ver que no se cayó el nicho de mi hermana”, dijo, con una sonrisa trunca en lágrimas. “Son sensaciones encontradas”, alcanzó a agregar. A su lado, Cintia Pérez esperaba tomar valor para ver el estado de la tumba de su papá que visita cada semana desde 1999. “Si lo puedo encontrar lo voy a hacer cremar y me lo voy a llevar a mi casa”.
Miriam Aguirre entró acompañada por dos policías. “Vi que la sección donde están mi abuela y mis sobrinos está derrumbada, pero está completo, no se salió ningún féretro del nicho, está intacto”. Dijo sentirse un poco más tranquila, pero muy triste: “Ahora, tenemos que pensar que tenemos que volver a sepultar a nuestros seres queridos”.