Tras el desmoronamiento de la barranca, la Provincia reactiva las obras en la Defensa Garello
Las tareas se habían detenido por la crecida del río. Ahora, con el nivel en condiciones aptas, se iniciará la etapa constructiva del terraplén.
Durante el año pasado se completó el dragado sobre la margen izquierda del río Colastiné. El paso siguiente será la protección en el terraplén. Foto: Fernando Nicola
Desde el pasado fin de semana se empezaron a registrar importantes desmoronamientos sobre la barranca de Colastiné Norte, en la Defensa Garello. A causa de estos movimientos naturales, que se dieron por el repentino descenso del río Colastiné, al menos tres casas sufrieron daños estructurales.
El Litoral consultó a la ingeniera en Recursos Hídricos Marcela Reynares, quien es directora de Obras Hídricas de la Provincia, para conocer qué sucedió con los trabajos que habían comenzado el año pasado para proteger este tramo de la costa santafesina.
Unas tres casas sufrieron daños estructurales por el desmoronamiento. Foto: Fernando Nicola
“La obra se está reactivando. Por proyecto está analizada la altura del río con la que se puede volver a trabajar y eso se está cumpliendo esta semana. Hay una parte que ya se hizo que fue el dragado del otro lado del río, ahora se comenzará la parte constructiva del terraplén”, indicó Reynares.
Los trabajos se habían iniciado durante el año pasado pero debieron frenarse durante la crecida del río. La directora de Obras Hídricas comentó que con un alto nivel hidrológico “el terraplén se vuelve frágil por lo que no se puede cavar. Además hay que rellenar, armarle una pantalla de hormigón y después cubrirla con mantas de bloque concreto adheridos a un geotextil, como la defensa que está en la Costanera (de la ciudad de Santa Fe)”, y agregó que “el terraplén está muy pegado al río, antes no estaba así, por eso es necesario trabajarlo con la obra que estamos ejecutando”.
Acerca de los tiempos previstos para recomponer la Defensa Garello, la funcionaria mencionó que “son variables en función de los inconvenientes que surjan en la medida que uno va trabajando en la obra. Inicialmente tenía un año, pero todos estos retrasos hacen que la fecha se vaya modificando”. A su vez aseguró que los fondos provinciales para completar la ejecución están a disposición.
“La margen está bastante cargada de agua, tiene mucho peso. En este caso particular una de las viviendas tenía una pileta en la cima de la barranca, todo ayudaba a favorecer estos desmoronamientos”, explicó Marcela Reynares, directora de Obras Hídricas de la Provincia. Foto: Fernando Nicola
Por qué suceden los desmoronamientos
“El río Colastiné tiene muchos meandros y estas curvas y contra curvas son cada vez más marcadas. El problema es que en ese sector, el río hace una curva muy marcada, casi a 90° si se mira desde Google Earth, toda la parte externa de la curva choca en ese sector (donde se desmoronó), donde el río recuesta las mayores velocidades y eso hace que se erosione más la margen”, explicó Reynares y ahondó que “la barranca se vuelve muy empinada al socavarse el fondo. El hecho de que el río haya estado alto ayudaba en cierta forma al generar presión, pero en el momento que empieza a bajar y, sobre todo cuando baja rápido, no favorece para nada y propicia que se generen estos fenómenos”.
Al mismo tiempo observó que ahora el río está bajando muy rápido, pero todos los terrenos lindantes no desagotan tan rápidamente, “la margen está bastante cargada de agua, tiene mucho peso. En este caso particular una de las viviendas tenía una pileta en la cima de la barranca, todo ayudaba a favorecer estos desmoronamientos”.
La obra de reparación de la defensa fue adjudicada a la unión transitoria Mundo Construcciones SA-Pentamar SA por un monto de contrato de $ 1.827.065.017,58 y un plazo de ejecución de 12 meses. Tras algunas demoras para iniciar los trabajos, el comienzo fue a finales de mayo del 2023.
Entre mayo y octubre se ejecutó la etapa de dragado sobre la margen izquierda del río Colastiné, aguas abajo del meandro del río, donde se intervino de forma parcial el albardón.
Foto: Fernando Nicola
Con la tarea de dragado completa, lo que se inicia ahora es la reconstitución del talud húmedo y protección del terraplén con bloques de hormigón adheridos a geotextil. Esta protección tendrá una longitud de 260 metros, paralelo al curso, y unos 50 metros hacia el centro del río, llegando hasta el talweg (línea que conecta los puntos más bajos de sucesivas secciones transversales de un cauce superficial) del mismo. Las mantas de bloques de hormigón sobre geotextil se colocarán en una superficie de 15.000 m².
También se hará un muro pantalla de hormigón armado, de 100 metros de longitud, que cubrirá el sector colapsado más una revancha, con una profundidad de 20 metros. Se ejecutarán 153 pilotes de hormigón de 80 centímetros de diámetro, de una longitud de 19,50 metros.
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