Atilio Rosso nació en Leones, Córdoba, hace 80 años. Llegó a Santa Fe con el sueño de estudiar Química. Y así lo hizo.
En medio de los turbulentos años de la lucha por la escuela laica o libre, cuando las ideas se dirimían a palazos, supo “debatir” con sus contrincantes.
Sin embargo, luego de diplomarse de doctor en Química, recibió un llamado que le cambiaría la vida. A partir de allí abrazó la vocación sacerdotal desde una óptica muy especial: debía trabajar por los pobres.