1 / 12 A machetazos, volvieron a intentar abrir paso en el embalsado hacia la Setúbal. Foto: Fernando Nicola
2 / 12 Son un grupo de amantes del río que pretenden acceder a la laguna para disfrutar la navegación. Una pared compacta de extensa vegetación acuática impide el ingreso. Foto: Fernando Nicola
3 / 12 Llevan varios días, jornadas de machetazos, grampines y guadañazos bajo el sol, parados sobre camalotes, canutillos y otras especies, saltando entre embarcaciones, para tratar de abrir paso hacia el precioso espejo de agua que es emblema de la ciudad. Foto: Fernando Nicola
4 / 12 Las tareas continuaban este martes a la siesta, pero comenzaron días atrás y se intensificaron durante el descanso de Semana Santa. Foto: Fernando Nicola
5 / 12 Los navegantes llegaron en lanchas, yates y botes y comenzaron de a poco, con paciencia, vegetal por vegetal, horas y horas, días y días. Poco a poco se fue abriendo un surco entre la gran pared verde y natural. Foto: Fernando Nicola
6 / 12 Navegantes abren paso sobre el gran embalsado de la Laguna Setúbal. Foto: Fernando Nicola
7 / 12 En embarcaciones privadas, un grupo de santafesinos puso manos a la obra para retirar parte de la vegetación y poder llegar al sector norte. Foto: Fernando Nicola
8 / 12 Con grampines y mucha fuerza, las embarcaciones privadas se dispusieron a abrir una especie de pasadizo para poder seguir hacia el norte. Foto: Fernando Nicola
9 / 12 La vegetación acuática se instaló en donde están los viejos pilotes del puente ferrocarril que supo atravesar la laguna para llegar al desaparecido puerto de Colastiné y San José del Rincón. Foto: Fernando Nicola
10 / 12 Con el correr de los días y semanas, el embalsado creció en tamaño y se acopló a la vegetación de ambas márgenes de la Setúbal, llamada también “bosques nativos”. Foto: Fernando Nicola
11 / 12 Los habituales navegantes de la Laguna Setúbal no esperaron a que actúe la naturaleza y pusieron manos a la obra para desbloquear el paso por donde está el gran embalsado. Foto: Fernando Nicola
12 / 12 Un "manto" verde que se desplegó de orilla a orilla en la laguna, lo que se transformó en una curiosidad para los habituales visitantes del paseo. Foto: Fernando Nicola