Lunes 12.7.2021
/Última actualización 18:12
Imagínese esta escena: una cabaña sanitizada a diario para una familia tipo que deberá moverse preferentemente en modo "burbuja"; el mate caliente por la mañana y las tostadas recién hechas; el óleo ribereño en su paleta de colores tenues al atardecer; el fogón afuera, las brasas crepitan, llega el asado y el vino generoso; las aves autóctonas para avistar; una iglesia antigua que esconde misterios y que están ahí, esperando ser conocidos. Un caminito perdido entre la vegetación. Una fuga a la locura de la gran urbe.
Algo de eso ofrece Santa Fe, a lo largo, a lo ancho y a los bordes de su "bota", en lo que se llama "turismo de cercanía o de proximidad". Esto es, aprovechar las vacaciones de invierno en la provincia -que van del 12 al 23 julio- dentro de sus márgenes, sin salir a otras jurisdicciones. Y es lo que están recomendando las autoridades provinciales, sobre todo sanitarias.
Un dato: según supo El Litoral, la mayoría de los complejos de la Costa santafesina mantienen los precios de enero pasado. Muchos están haciendo promociones: si una familia alquila por tres días, se le regala de cortesía un cuarto día de hospedaje. En general, para una cabaña -esos cuatro días-, una familia con dos hijos pagará unos 12 mil pesos. Y más cerca de Rosario, ocurre algo parecido: entre 3 y 4 mil pesos por noche. Es una forma de estimular la llegada de visitantes.
En recientes declaraciones públicas, la Ministra de Salud, Sonia Martorano, desaconsejó los viajes interprovinciales -hacia Córdoba, por ejemplo-, y recomendó "hacer turismo de cercanía". "La gente no tiene que ir a buscar al virus, se deben evitar las aglomeraciones, no hay que relajarse", pidió.
Si se analizan sus expresiones en el contexto del coronavirus, hay dos elementos a mencionar: primero, que si bien los indicadores que muestran cómo se mueve la pandemia en la provincia se mantienen altos, muestran una tendencia hacia la baja desde hace varias semanas, lo que permitió "abrir el grifo" y rehabilitar actividades (presencialidad escolar, navegación recreativa, horarios de locales gastronómicos).
Entonces, si los protocolos no fueran respetados por quienes viajarán en estos días y si la situación se relajara, la tendencia favorable podría cambiar para mal.
Pero a su vez, hay preocupación por el ingreso desde otras jurisdicciones de vacacionistas que eventualmente sean portadores de las nuevas variantes Delta y Épsilon. Vacaciones sin cuidados e ingreso de estas nuevas cepas, en resumen, modificarían el cuadro de situación epidemiológica en Santa Fe.
"El año pasado, para esta época, estábamos todos encerrados. Hace algunas semanas teníamos muchas dudas con respecto a lo que podía ocurrir con la temporada de invierno en todo el país. Hoy la pandemia nos encuentra en una fase de gran velocidad de vacunación anti Covid, y los casos lentamente están bajando", puso en contexto el secretario de Turismo, Alejandro Grandinetti, en declaraciones a CyD Litoral.
Las recomendaciones de hacer turismo de cercanía "son muy válidas" -remarcó el funcionario, en línea con lo dicho por Martorano-. "Además, habrá un 30% de descuento en turismo con Billetera Santa Fe: es un cuidado al bolsillo también", adelantó. "Ésta es la gran oportunidad para evitar los grandes aglomerados de gente, y disfrutar de la naturaleza que ofrece la provincia", invitó otra vez a la salidas de proximidad.
Grandinetti mencionó un dato curioso: según el motor de búsqueda Google -dijo-, la provincia de Santa Fe es el sexto destino más buscado por los vacacionistas en toda la República Argentina. "Esto habla de que hay una expectativa a corto y mediano plazo, que nos lleva a pensar en septiembre y octubre; y si todo sale bien, imaginar las vacaciones verano con mucha normalidad. Ahí será, creemos, el gran despegue del sector turístico", se mostró entusiasmado.
En el mapa que acompaña esta nota, puede verse una breve reseña y localización geográfica de 10 lugares de la provincia que merecen ser conocidos: desde el corredor de la Costa santafesina, pasando por la Laguna Cristal y El Palmar, al norte; desde Zenón Pereyra y sus misterios de la logia masónica, hasta la Laguna La Verde, en el Depto. San Cristóbal; de Moisés Ville y su tradición judía a Puerto Gaboto y el mítico Fuerte Sancti Spiritu.
Guillermo Kees es cabañero desde toda la vida y referente del sector. Tiene su establecimiento en Santa Rosa de Calchines, y allí aguarda la llegada de quienes decidan hacerse una "escapadita", pero por acá nomás. Pide a la sociedad que entienda que en el rubro cabañas, "todos estamos operativos: hoy se puede hacer turismo en Santa Fe".
El fuerte de las cabañas de la Costa santafesina está dentro de un radio de 100, 150 kilómetros. "Trabajar sobre eso es bueno, porque la familia que está en su pueblo o en su pequeña localidad y se siente agobiada por el encierro y las restricciones, puede subirse al auto y en una hora y media estará en una cabaña, donde le mostramos que las posibilidades de contagios son mínimas".
Y los protocolos están facilitados por la arquitectura de las cabañas, porque son espaciosas, tienen buena ventilación y están rodeadas de verdes: "Además, muchas tienen piscinas exclusivas, con lo cual las personas que llegan no se cruzan de una cabaña a la otra, sino que respeta la 'burbuja'. La gente fue muy responsable en las pasadas vacaciones de verano", asegura Kees.
Las cabañas están sanitizadas y ventiladas. A cada persona que llega se le hace toma de temperatura: Pero previamente, a los vacacionistas se les envía por WhatsApp una declaración jurada "no Covid" que deben presentar antes de entrar a los complejos. Y si no las llevan completadas, se les entrega una copia que deben entregar en Administración. Esta declaración jurada debe acreditar que esas personas no presentan síntomas asociados a la enfermedad que produce en coronavirus.
Al acercarse a hablar con algunos de los encargados del complejo, se debe usar obligatoriamente el barbijo. Si se interactúa con otro vacacionista por fuera de la burbuja, también; lo mismo al salir a hacer alguna compra a la proveeduría del pueblo: siempre el barbijo.
Además y por protocolo, las familias deben llevarse sus propias sábanas, almohadas y toallas. "Esto puede verse como una complicación, pero la gente ya entiende todos estos procesos, y los respeta: es la nueva normalidad", afirma el cabañero. Además, se higienizan a diario los juegos (hamacas, toboganes, etcétera) con alcohol diluido.
Quienes visiten la provincia (de la provincia y de otras jurisdicciones deben obtener el Certificado Nacional Circular Turismo: https://www.argentina.gob.ar/circular/turismo. Además, debe descargase y completar la declaración jurada de la Aplicación Móvil COVID-19 Provincia de Santa Fe: https://www.santafe.gob.ar/ms/covid19/aplicacion-movil-covid-19-provincia-de-santa-fe/.
Kees describe lo que denomina el encanto de la Costa: "El hogar encendido con leña durará 24 horas. Tenemos disponibles discos de arado, parrilla, la hollita negra para hacer tortas fritas. El fuego tiene un encanto muy particular, y la gente de la ciudad, por ejemplo, no está tan acostumbrada a esto. Ves por la mañana el pasto blanco de la helada que cayó, pero adentro está todo calefaccionado", narra.
Hay un microclima particular en Santa Rosa de Calchines. La gente sale a hacer caminatas por las calles de arena y el río, que ahora está bajo, permite acceder a la isla en auto. "Se pueden hacer hasta 10 kilómetros dentro de la isla. Hablamos de que antes este paisaje no era accesible, había que ingresar vía embarcación", añade el cabañero.
En la Costa existen más de 130 especies de aves autóctonas identificadas. La gente puede hacer avistaje. "Las aves nos rodean, nos cantan, nos relajan. Nos dan eso que necesitamos: bajar varios cambios, achicar el estrés, relajarse y entrar en un contacto directo, íntimo con la naturaleza", concluye.