Lía Masjoan
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Tienen entre 18 y 24 años y conforman el 31 % del total de población joven que vive en la ciudad. El 61 % no terminó el secundario y casi el 17 % está desocupado. Incluirlos, brindarles nuevas herramientas educativas y laborales y empoderarlos de cara a un futuro mejor, la gran meta de los próximos 4 años de gobierno municipal.
Lía Masjoan
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En la ciudad de Santa Fe, viven 75 mil jóvenes entre 18 y 24 años. De ellos, 23 mil pertenecen a estratos bajos, es decir, tienen un ingreso per cápita de 1.440 pesos mensuales o menos. A ese universo -que abarca el 31 % de la población de jóvenes santafesinos- es al que pretende llegar la Municipalidad de Santa Fe a través de una nueva experiencia de gestión: las Escuelas de Trabajo, que estarán insertas en el corazón de los barrios más vulnerables y buscarán convertirse en un espacio de referencia y de oportunidades para esta población, hoy en riesgo.
“Se los conoce como la generación Ni-Ni (ni estudian ni trabajan), lo cual tiene una connotación muy negativa y los estigmatiza”, opinó la abogada María Cecilia Battistutti, quien fue designada por el intendente José Corral como directora de este programa.
Para ella, al conjunto de la sociedad le cuesta ahondar en cuáles son las causas que generan que hoy jóvenes entre 18 y 25 años no terminen la escuela, no consigan su primer empleo, tengan hijos jóvenes o encuentren en la violencia y en las adicciones la salida más fácil. Mucho más, buscar y poner en práctica soluciones creativas e inclusivas.
El impulso principal para sumar este desafío a la gestión de gobierno lo dieron los jardines maternales, en funcionamiento desde hace casi cuatro años y aún en expansión, también en poblaciones vulnerables.
El objetivo de las escuelas es acompañar a estos jóvenes a que tengan un buen tránsito a la vida adulta y que lleguen a los 24 años con las herramientas necesarias para estar en mejores condiciones de empleabilidad. Por ejemplo, haber finalizado el secundario.
El 61 % de los 23 mil jóvenes no lo terminó.
Además, se busca un efecto rebote sobre el conjunto de la sociedad santafesina: bajar y disminuir los índices de violencia e inseguridad que afectan prioritariamente a este sector de la sociedad. “Los motivos son un montón y de diversa índole, pero es una realidad. Y las encuestas nos dicen que los jóvenes son víctimas y victimarios de la delincuencia, desgraciadamente”, acotó la funcionaria.
Ejes de trabajo
El diagnóstico de situación sobre el que se apoya esta política fue elaborado en base a los datos de la Encuesta Permanente de Hogares y comparados con informes del Observatorio Social de la UNL. A partir de la información que brindó el estudio estadístico, se elaboraron cinco ejes de trabajo.
¿Cómo llegarán a los jóvenes? Articular será la palabra clave. “Las escuelas de trabajo serán un espacio de articulación y de observar las líneas de trabajo que ya existen, tanto a nivel municipal, provincial y nacional, para hacerlas confluir de cara a los jóvenes.
Primero, logrando que no haya superposición de políticas; segundo, la permanencia de las políticas públicas, que es lo que hoy falta”, aclaró Battistutti.
La Educación es el primer eje sobre el que se trabajará. Según el relevamiento, el 61 % no terminó la escuela pero el 30 % estudia: “Vamos a crear un programa que se llamará Terminalidad Educativa que va a tener como función articular con el Ministerio de Educación de la provincia, con la Secretaría de Educación, con las escuelas, los gremios y la universidad. Queremos que la universidad empiece a ser un deseo y algo tangible y de acceso porque tenemos que darles más herramientas y que puedan resolver conflictos.
El segundo eje será la Formación Laboral para orientarlos en el mundo del trabajo, capacitarlos en oficios y entrenarlos para el trabajo. Para esto, se convocará al sector privado y público con el objetivo de generar vínculos que favorezcan la inserción de estos jóvenes en el mercado de trabajo. “Hay que trabajar mucho en la mirada social hacia ellos y preguntarnos todos qué hacemos para que esos pibes no se sientan incluidos”, reflexionó la directora.
Economía Social será un tercer eje de trabajo, promoviendo el autoempleo y el trabajo independiente e instando a la formación de cooperativas. Y aquí el abanico de opciones es muy amplio. Sólo 40 de los 800 emprendedores inscriptos en el Registro de la ciudad son jóvenes. “Hay muchas posibilidades de crecer en este aspecto”, se entusiasmó Battistutti.
Una de las necesidades más difíciles de resolver, el Acceso a la primera vivienda, será el cuarto aspecto a desarrollar. La propuesta incluye el asesoramiento en técnicas de construcción y el aprovechamiento del suelo urbanizado y titularizado, a través de la construcción en altura o en el fondo de las casas paternas.
Por último, un quinto eje abarca en forma amplia el acceso a la Cultura, el Deporte, la Salud y la Recreación. Se articulará con clubes, se usarán los playones municipales y los polideportivos para que practiquen deportes en el tiempo libre; se incentivarán expresiones culturales, a través de la enseñanza de instrumentos y se brindarán charlas, acompañamiento y asistencia en temas como educación sexual y reproductiva, violencia de género, mediación de conflictos, promoción de salud y adicciones.
En definitiva, el Estado municipal tendrá, por primera vez, una mirada atenta sobre los jóvenes más vulnerables de la ciudad y en ellos centrará políticas específicas.
“No tengo una mirada asistencialista del Estado, sino de acompañamiento y de guía a los jóvenes. Por eso, en cada escuela van a ser atendidos por tutores, también jóvenes, que serán como sus hermanos mayores, con gran capacidad de escucha, de estimularlos, de ayudarlos a fortalecer su autoestima pero, fundamentalmente, rigurosos, para que entiendan que esta relación se compone de derechos pero también de deberes”, finalizó la flamante directora de la Escuelas de Trabajo municipales.
Radiografía del sector
El estudio de diagnóstico estadístico permitió conocer las características del grupo al que se pretende llegar con las Escuelas de Trabajo.
Los jóvenes entre 18 y 24 años conforman el 14 % de la población total: 75 mil, aproximadamente.
De esos 75 mil, el 31,6 % (23 mil) es de estratos bajos.
El 72,9 % se ubica en la condición de hijo; el 13 %, de cónyuge; y sólo el 11 %, jefe de hogar (tienen hijos).
El 61,1 % no terminó la secundaria (55,1 %, varones, y el 44,9, mujeres).
El 29 % tiene una ocupación: 15 % ocupación completa y el 13,8 % ocupación marginal (media jornada y en negro).
El 16,8 % está desocupado. El 30 % estudia. El 16,7 % es ama de casa.
El estudio fue dirigido por Daniel Nieto, magíster en política social en London School of Economic, profesor de Estructura Social Argentina en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA e investigador del Instituto Interdisciplinario de Economía Política. Actualmente, es secretario administrativo del Indec.