Una orilla limpia, sin basura, para disfrutar del privilegio de vivir en la naturaleza. Ese es quizá el sueño de Espinillo, un vecino nacido y criado junto al río, en el distrito costero de Alto Verde.
Una orilla limpia, sin basura, para disfrutar del privilegio de vivir en la naturaleza. Ese es quizá el sueño de Espinillo, un vecino nacido y criado junto al río, en el distrito costero de Alto Verde.
Se llama Roberto López, pero todos lo apodan por la cualidad de su pelo. Espinillo no esperó a que vayan de la Municipalidad ni de la empresa de recolección de residuos a limpiar el lugar. Se puso a hacerlo con sus manos y la de los vecinos que lo vieron y lo imitaron. Así lograron transformar lo que era un microbasural que contaminaba el río en un espacio de uso comunitario. Colocaron juegos y bancos para matear a la sombra de los árboles ante un paisaje privilegiado, ubicado a solo 1.700 metros de distancia de Casa de Gobierno y el casco histórico de la ciudad.
No conformes con ello, también sumaron un precioso muelle techado, hecho de postes, madera de palets y chapa de plástico; y construyeron un cartel corpóreo como el que tiene la ciudad de Santa Fe junto al Puente Colgante. Un poco más humilde en sus dimensiones pero no menos preciado, dice “Alto Verde”. “Cuando pusimos el cartel empezó a venir gente a sacarse fotos, se entusiasmaron muchos”, cuenta Espinillo. “Ahora queremos hacer otro que se lea desde el río”, apunta luego entusiasmo. Por allí navegan las embarcaciones que arriban al puerto de Santa Fe.
El gesto ciudadano provocó de inmediato la empatía del resto de los vecinos de la Manzana 5 y de los demás habitantes de Alto Verde. Primero retiraron toda la basura que habían tirado sobre la orilla.
Ejemplo ciudadano en Alto Verde
Luego desmalezaron y nivelaron una zona del terraplén de defensa con tabla-estacas. Y luego colocaron bancos pintados de colores construidos con palets, mesas del mismo material, hamacas y arcos para jugar al fútbol en un campito lindante. Hasta banderines de colores pusieron. Todo ello junto a la belleza natural de los árboles y el río, que en esa zona se identifica como Canal de Acceso al Puerto de Santa Fe. Un verdadero paseo costanero.
Cabe destacar que para realizar esta obra no modificaron ningún sector de la defensa contra inundaciones del barrio. Sólo retiraron los residuos, cortaron los yuyos y colocaron las mesas, bancos y juegos.
La pandemia, una oportunidad
La mayoría de los habitantes de Alto Verde son trabajadores de oficios. Muchos de ellos se ganan el pan en casas de familia del centro y los barrios de la ciudad, ya sea como personal de limpieza, en la construcción o haciendo changas. Gente que busca el progreso. Le ponen el pecho a las adversidades climáticas todo el año a bordo de las lanchas taxi o en canoas particulares con las que cruzan a la urbe a laburar o a llevar a sus hijos con el guardapolvo blanco que asoma por la borda a la escuela. Van y vienen todo el tiempo. Porque el río es su hábitat.
Durante esta pandemia —por la que hubo que quedarse en casa— Espinillo “mató el tiempo” con la concreción de una idea que le rondaba en la cabeza desde hacía rato: la de limpiar la costa para el beneficio de todos. “Acá no vino la política, no vino ningún partido, ni la vecinal; acá somos los vecinos los que limpiamos todo”, cuenta orgulloso, recostado sobre un poste que sostiene un muelle, el que sumaron a la costanera de Alto Verde, en la zona de la Manzana 5 Desagüe El Trébol.
Espinillo es un vecino muy conocido en todo el distrito costero. Su apodo impuesto por las características de su pelo lo compara con el árbol que crece en la zona, de corteza castaño oscura con profundas grietas oblicuas, al igual que sus facciones. Vive junto al río, tiene canoa y es pescador. Además presta servicios como trabajador municipal en el Solar de La Boca, al fondo.
Reconoce que en otros tiempos militó en un espacio político identificado con la gestión anterior. “Pero esto de la placita es genuino, no tiene nada que ver con la política, es de los vecinos”, insiste y lo quiere dejar bien en claro. Su actitud parece ser altruista.
Así lo ven los vecinos de la zona que, contagiados del virus de la solidaridad y el bien común, se sumaron a hermosear la ribera. También lo piensan hacer los miembros de organizaciones ambientalistas que, enterados de lo ya hecho, se sumarán el sábado 1 de agosto a las 10 horas, a una jornada de limpieza de toda la costa. El objetivo es seguir sacando la basura de la barranca, que es mucha y contamina el río, para mantener la higiene de los habitantes y del lugar, y el cuidado del espacio público. En definitiva, buscan tratar de terminar con una práctica habitual en la zona: el descarte de residuos sobre la orilla. Para ello se concentrarán ese día en la Manzana 5, desagüe El Trébol.
“Queremos aprovechar para ayudar a retirar la basura y ampliar el área recreativa”, dice Cecilia Moscovich, una militante ambientalista que además trabaja en una institución educativa de Alto Verde, e invita a todos a sumarse a la acción de limpieza prevista para el 1 de agosto a las 10 horas. “Esto tiene que visibilizarse porque está muy bueno lo que hicieron los vecinos”, destaca
Reciben ayuda
“Necesitamos más palets y clavos para seguir construyendo”, pide Espinillo a quienes les puedan dar una mano (ver Donaciones). “Si alguien tiene martillos, serruchos o herramientas, también”, agrega, “porque queremos enseñarles a fabricar los bancos y las mesas a los chicos del barrio, así como nuestros padres lo hicieron con nosotros. Así vamos a lograr que los cuiden porque van a tener un sentido de pertenencia —reflexiona el vecino— y, quién dice, quizá alguno aprenda el oficio de carpintero para el día de mañana poder trabajar”.
Donaciones
Necesitan palets, clavos y herramientas para fabricar los bancos. Comunicarse con Espinillo al teléfono +54 9 3425 29-9290.