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Siguen sólo 15 obreros y la empresa renegocia una actualización de los costos. Los vecinos padecen el trabajo inconcluso: hubo desmoronamientos de tierra y roturas de pozos negros.
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La obra del desagüe Espora (sobre la calle del mismo nombre al 4800, que es el punto crítico) sigue en un “estanque”, y la metáfora podría usarse literalmente: la intensa lluvia que cayó en la ciudad desde el domingo complicó la situación de los vecinos que viven cerca del área: la calle es un lodazal, hubo desmoronamientos de tierra, roturas de pozos negros e incluso de caños de las viviendas.
A todo esto, se terminó la conciliación obligatoria entre la Uocra y la contrastista Automat. Ahora, la relación entre las partes quedó en una conciliación voluntaria (la negociación es bilateral, sin intermediación del Ministerio de Trabajo).
En diálogo con El Litoral, el secretario de Trabajo, Leonardo Panozzo, confirmó —a la par de fuentes gremiales también consultadas— que la empresa se mantiene en su postura y que reincorporó a sólo 15 empleados. “En la última audiencia, la contratista argumentó que no puede tomar más personal, porque está renegociando la actualización de costos del presupuesto original, que, según la versión de los representantes de Automat, estaría bien encaminada”, declaró el funcionario provincial.
Uno de los puntos de negociación es el de sumar horas extra para los 15 trabajadores, precisó Panozzo. “Pero la clave es que avance esa readecuación presupuestaria, que le permitiría a la contratista reincoporar más gente”.
También se deslizó que la propia empresa estaría discutiendo los nuevos costos directamente con Nación. Esto podría destrabar la situación, reincorporar más obreros y darle un impulso más concreto a la obra. La parte contratante es el Municipio y los fondos son nacionales.
El gremio argumenta que con ese plantel tan reducido, los plazos de ejecución y terminación de la obra que la contratista había propuesto originariamente, no se van a cumplir. “Se partió de unos 60 trabajadores, y ahora sólo hay 15 obreros para una obra de gran magnitud”, agregó el secretario. No se fijó nueva fecha de audiencia hasta ahora.
“Esto es de terror”
Rosa y Sergio Toia viven en Espora al 4800, en un sector crítico. El vecino describió la situación de la obra después de la lluvia. “No hay prácticamente actividad en el obrador. Hubo desmoronamientos de la tierra, en la parte de la calle y de las veredas. Con tanta agua caída, todo se fue para abajo”, dijo el vecino a este medio. La calle es un lodazal.
“Esto no avanza. Encima, rompieron caños subterráneos de las viviendas. La encargada nos dijo que a los caños rotos los deberemos pagar los frentistas. Una locura. Es de terror lo que estamos viviendo. Ahora (por la tarde de este lunes) es un mar la calle. Y no nos explican nada. Hace 8 días que no vemos prácticamente ninguna actividad en la obra”, fustigó Sergio Toia.