El Litoral | area@ellitoral.com
Dueños y empleados de diferentes rubros coincidieron en las pocas ventas de los últimos meses. Algunos se ven obligados a cerrar o trasladar el local a lugares donde el alquiler sea más barato. Los carteles de oferta, liquidación y saldos, se vislumbran en las vidrieras de varios negocios.
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“¿Te puedo ayudar?”, pregunta un empleado de un local de ropas a un cliente, “no, solo estoy mirando”, contesta. Este tipo de diálogos es cada vez más común y los comerciantes explican que se ve mucha gente que camina la peatonal San Martín, que entra, pregunta precios, se prueban prendas y calzados, pero al final dan media vuelta y se van sin gastar un peso.
“Las ventas están mal y los números no dan”, coincidieron la mayoría de los comerciantes de la peatonal, ante la consulta de El Litoral.
Alcanza con caminar pocas cuadras y observar la vidriera de los locales para entender la situación de urgencia que viven los vendedores, que antes de tiempo comienzan a colocar los avisos de “Sale”, “A mitad de precio”, “50% descuento”, “pagás 1 y te llevás 2”, y así siguen los ingeniosos carteles que buscan captar clientes, en un verano que viene complicado y con un futuro económico incierto.
“Enero estuvo muy flojo, acompañado por el mal tiempo no se vendió casi nada, por eso ahora nos quedó mucha mercadería de verano y tenemos que empezar a vender con descuentos del 50% para no tener tantas pérdidas”, contó Leandro, encargado de un local de ropa informal, quien sostuvo que la mayoría de sus clientes provienen de localidades del interior de la provincia y que aprovechan los descuentos para comprar y revender en sus comercios.
La situación se replica y es insostenible para algunos que toman la decisión de cerrar sus puertas. Un local de ropa deportiva, ubicado en San Martín al 2200, anuncia en su fachada “liquidación por cierre; todo al costo”. Al ser consultada, Jésica, una de las dueñas señaló: “El consumo disminuyó mucho, abrimos hace un año y no funcionó. Ahora vamos a cerrar y continuaremos con la sucursal que tenemos en Aristóbulo del Valle”.
El alquiler por las nubes
Para los comerciantes que no son propietarios del inmueble, pagar el alquiler es el desafío más grande que afrontan. Los que renovaron lo hicieron con un 30 a 40% de reajuste y para muchos ya superó los 100 mil pesos. “Pagar el alquiler está imposible y por eso ahora se va a cerrar este local y nos mudamos a calle La Rioja donde los dueños tienen un local así no pagamos el alquiler”, sostuvo Marcelo, empleado de un negocio ubicado en la intersección de San Martín y Eva Perón.
“Acá se paga más de 100 mil pesos el alquiler y en enero con lo que vendimos pudimos cubrir eso”, ejemplificó el empleado y explicó que para saldar todos los costos mensuales, que incluyen el sueldo de los trabajadores, la luz comercial y el alquiler, entre otros gastos corrientes, deberían vender más de 20 mil pesos diarios, pero hoy con suerte llegan a 5 mil.
Marcelo dio cuenta de la incertidumbre laboral que se genera con esta situación crítica y aseveró: “No sé cuanto tiempo más voy a estar acá, los dueños nos dijeron que no saben hasta cuando nos van a poder pagar el sueldo. No es una situación cómoda para nadie, ni para los dueños ni para los empleados”.
El empleado comparó el consumo de hace algunos años atrás con la actualidad y comentó que “hoy en día vender seis platos es un logro, antes la gente venía y era normal que compre el combo de platos, vasos y cubiertos. La gente compra lo justo y necesario”.
“Nunca viví una crisis parecida”
"Comparado con años anteriores estamos rompiendo récords malos, somos sólo dos empleados y este local en sus buenos años no tenía menos de cinco”, relató Walter, quien trabaja en un negocio de calzados en la esquina de San Martín y 1ra. Junta. Con angustia, mientras señalaba al local que a media mañana estaba vacío, agregó:
“Hace 25 años soy empleado de comercio, empecé a trabajar a los 19 y nunca viví una crisis parecida. Acá vendemos calzados colegiales y a esta altura es preocupante que no se venda”.
En relación al precio de los alquileres mencionó: “Son muy caros y cuando los dueños tienen que renovar nosotros como empleados alambramos para que sigan alquilando. Es tristísimo ver como estamos en caída libre”, concluyó.