Luciano Andreychuk / [email protected]
La última fue una comunicación a propósito del debate por el proyecto de ley provincial de Educación Sexual Integral (ESI), hoy en el Senado. El lenguaje inclusivo o no sexista plantea una neutralización lingüística de género, introduciendo la “e” (también la equis y el arroba) en artículos, pronombres y sustantivos masculinos.
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Twitter: @landreychuk
Fue durante una de las últimas sesiones. El secretario legislativo del Concejo anunció el tratamiento sobre tablas de un expediente. Luego, el presidente, Sebastián Pignata, pidió votación a los concejales para su aprobación sobre tablas. “Proyecto de comunicación: aprobado”, dijo, siguiendo la rígida regla que dispone el Reglamento Interno dentro del recinto. Pero, ¿qué decía esa comunicación?
“El Concejo Municipal solicita a la Cámara de Senadores provincial que se disponga a dar tratamiento del proyecto de Ley de Educación Sexual Integral (ESI) (con media sanción en Diputados), a efectos de sancionar leyes que garanticen el derecho al acceso a la información y formación en educación sexual de ‘todes les estudiantes’”.
“Todes les estudiantes” deviene del denominado lenguaje inclusivo o no sexista. Este tipo de lenguaje, cuyo uso impulsa el movimiento feminista y el colectivo LGTBI+, propone alterar con la letra “e”, la equis o el arroba expresiones lingüísticas (como pronombres indefinidos, artículos y sustantivos) que son de género masculino. Se utilizan como “neutralizador de género” (evitando una tendencia hacia un sexo o género social en particular, sea de mujeres heterosexuales, lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, etc.). El lenguaje inclusivo considera que la lengua castellana es sexista, machista y androcéntrica. Y que son necesarias formas neutrales e igualitarias del signo lingüístico y de sus reglas.
En los fundamentos del proyecto sancionado —promovido por Laura Mondino, edila del FPCyS y militante feminista—, abundan las expresiones del lenguaje no sexista. Dice en diversos tramos “ciudadanes” (en lugar de “ciudadanos y ciudadanas o viceversa”); “les docentes”, “les legisladores” y “les estudiantes” (“les” el lugar de “los y las”); “académiques” (en reemplazo de “académicos y académicas”), “vecines” (“vecinos y vecinas”), “les diputades” (“diputados y diputadas”), etc.
La Real Academia Española (Rae) ya se opuso públicamente a la intromisión del lenguaje no sexista en las reglas (gramaticales, sintácticas, ortográficas) de la lengua castellana. Sigue habilitando el masculino gramatical para abarcar colectivos mixtos, incluido el femenino (ver El debate). Un ejemplo: según ese criterio de la Academia, la expresión “los vecinos” (artículo y sustantivo masculinos) engloba al género femenino (“las vecinas”) o grupo de género mixto.
A favor de la ESI
Esta norma sancionada con lenguaje inclusivo, que pasó casi desapercibida para los cronista legislativos, ¿fue un pronunciamiento político del Concejo a favor de las problemáticas de género que se debaten hoy? ¿Acaso “se les pasó” por alto a los concejales? (Al momento de la votación, ningún concejal ni concejala pidió una corrección gramatical-ortográfica del artículo que contiene la expresión “les estudiantes”.) Todo indica lo segundo, pues el Legislativo ya había sancionado una norma con lenguaje inclusivo, en ese caso, usando la equis (ver Con equis).
Más allá de toda esta cuestión, la manifestación de Mondino en el recinto fue clara. Habló de la Ley Nacional de Educación Sexual Integral (ESI), vigente desde 2006 y refrendada por el Consejo Federal de Educación, que fue el motivo central de su comunicación: “Es necesaria la aprobación de una ley provincial de ESI, hoy con media sanción en Diputados y que está en discusión en el Senado. La ley nacional no se está cumpliendo. Pedimos que con la (futura) ley provincial la ESI sea obligatoria en todas las escuelas públicas, privadas, laicas y religiosas”.
Criticó la campaña “Con mis hijos no te metas” —que se opone a la aplicación de la ESI, principalmente en colegios religiosos— porque “confunde con mentiras, falacias y inexactitudes” el espíritu de la ley nacional, la cual entiende taxativamente a los niños y a las niñas como sujetos de derechos. “La ley pretende brindar información, y aquí el clave en rol que debe asumir el Estado sobre las instituciones educativas. Hay que generar herramientas que prevengan posibles abusos sexuales, situaciones de violencia y discriminación, el cuidado del cuerpo propio, la prevención de enfermedades de transmisión sexual”, enumeró Mondino, entre muchos otros puntos.
Con equis
El 19 de abril de 2018 pasado, el Legislativo local sancionó —así, textual— el siguiente decreto: “Colóquese en el hall de ingreso del Concejo una placa con el texto ‘En homenaje a lxs trabajadorxs de la Municipalidad de Santa Fe de la Vera Cruz: Norma Beatriz Valentinuzzi de Maggio, Guillermo Ángel López Torres, Gustavo Adolfo Pon, Edi Ana Cravero, Miguel Anzardi, Guillermo Alberto Perot, Marcelino Álvarez, Edmundo Jerónimo Candioti, víctimas de la última dictadura cívico- militar’”. También su impulsora fue Laura Mondino.
El debate
¿Puede un colectivo hispanoparlante (en este caso, el movimiento feminista y el LGBTI+) alterar con el lenguaje inclusivo las reglas del castellano, lengua romance de al menos 10 siglos de existencia y estudio (el primer tratado sobre gramática data del siglo XV), en la cual confluyeron el latín, el indoeuropeo y el itálico, indicios del dialectos como el mozárabe y, con la colonización española, hasta la inclusión de expresiones quechuas? ¿Es machista el castellano per se, o en realidad es machista la sociedad que lo habla?
Éstos son dos de los puntos del debate de fondo que divide opiniones entre lingüistas contemporáneos, intelectuales, semiólogos, antropólogos, escritores e incluso periodistas. La Real Academia Española (Rae), institución oficial que recoge y articula según las reglas gramaticales, sintácticas y morfológicas de la lengua española las expresiones lingüísticas desde hace décadas —entidad hoy también cuestionada por varios cambios introducidos en la lengua—, se pronunció en contra del uso de estas formas de lenguaje no sexista.
En su cuenta oficial de Twitter, ante la consulta de un usuario, respondió la Rae (@RAEInforma): “El uso de la letra ‘e’ como supuesta marca de género inclusivo es ajeno al sistema morfológico español, pues el masculino gramatical funciona en dicho sistema para aludir a colectivos mixtos, o en contextos genéricos o inespecíficos”. Es decir, si se escribe “los vecinos” —volviendo al ejemplo inicial—, se abarca así a otros géneros.
“Consejo de Ministras y Ministros”, concedió la Academia durante la toma de posesión del gabinete del nuevo Gobierno español. Meses antes, la Rae modificó la quinta acepción del adjetivo “fácil” para que no refiera a “mujer que se presta sin problemas a mantener relaciones sexuales”, sino a una “persona”, entre otras acepciones que eran calificadas como discriminatorias y despectivas respecto de la mujer. Los antecedentes ya son muchos y este debate global ya está instalado.