Ni el fundador se salva. La espada de Juan de Garay está doblada y dañada. El Litoral recorrió el paseo ayer a la mañana.
En la fuente central, hay musgo y basura. Además, hay pérdidas de agua, muchas baldosas rotas y los bebederos no funcionan. Una imagen desprolija, en una de las postales de la ciudad.
Ni el fundador se salva. La espada de Juan de Garay está doblada y dañada. El Litoral recorrió el paseo ayer a la mañana.
Gastón Neffen [email protected] Desde lo alto de un pedestal revestido con adoquines, la estatua de Juan de Garay, el fundador de la ciudad, tiene una vista privilegiada del Paseo de las Tres Culturas. Si pudiera bajar la mirada de bronce, vería que el reloj solar está dañado (la faltan placas en el revestimiento), que la fuente central es un estanque verdoso y sucio, con musgo y basura, y que hay pérdidas de agua en los senderos. Si el conquistador quisiera señalar estos problemas con su espada, encima pasaría vergüenza: es que la tiene doblada y rota. El paseo fue inaugurado el 14 de noviembre de 1997, por el entonces intendente Horacio Rosatti. Se lo denominó Paseo de las Dos culturas. En ese momento, la obra generó polémica porque fue una intervención de peso en el casco histórico, al lado de verdaderas joyas arquitectónicas de la ciudad, como el Convento de San Francisco y la Casa de los Diez de Andino, en donde funciona el Museo Histórico Provincial. Más adelante, también hubo críticas porque el paseo no reflejaba la cultura de los pueblos originarios —una cuestión que aún no se saldó— y en el 2011 se le cambió el nombre a Paseo de las Tres Culturas, por decisión del Concejo Municipal, para reconocer también el legado de la inmigración africana. De hecho, la placa central del paseo —al lado de un charco de agua— dice: “En honor a la memoria de los pueblos originarios, africanos y europeos reunidos en la ciudad”. Ahora, los problemas son mucho más básicos. En la crónica de la inauguración del paseo, que El Litoral publicó el sábado 15 de noviembre, una vecina lo anticipaba. “Me encanta como quedó todo. Espero que lo mantengan”, dijo Mariela Ternavasio. Unos 17 años más tarde, cualquiera que lo recorra va a notar que la fuente del angelito no funciona y tiene socavones. En el sendero que va al Convento de San Francisco hay una importante pérdida de agua (antes había una canilla que se rompió). En la fuente central, la que representa el contorno de América del Sur y Central, hay musgo, basura y las luces están rotas. Le faltan mármoles en el revestimiento. También rebasa en un sector y desparrama agua en las baldosas. La estatua del poeta Julio Migno fue vandalizada una y otra vez hace algunos años (le cortaron un brazo y le rompieron la nariz). Quedó así. En las paredes del Museo Etnográfico hay graffitis, lo mismo que en otras paredes del paseo. Todos los bebederos que probó El Litoral no funcionan y algunas columnas de alumbrado están rotas. En definitiva, son todos problemas que dan una imagen desprolija a una de las postales de la ciudad, que está al lado de la Casa de Gobierno y que forma parte de los circuitos turísticos Camino de la Constitución, Santa Fe Colonial y Arte Religioso.
El dato La Municipalidad reparará el paseo El municipio tiene previsto realizar la reparación de esta plaza durante abril. Se lo confirmó a El Litoral Carlos Medrano, secretario de Desarrollo Social. “Las obras que hay que hacer en El Paseo de las Tres Culturas están incluidas en el programa de reforma de plazas que está impulsando el municipio, lo que sucede es que se les dio prioridad a las que tienen juegos infantiles”, explicó el funcionario. Además, aseguró que en este momento, técnicos de la Secretaría de Obras Públicas están analizando la situación de las fuentes (una pierde agua y la otra está vacía) y la de las columnas de iluminación.
En imágenes
Fuente central. Tiene el agua verdosa y sucia. Además, las luces están rotas y faltan algunas placas del revestimiento. Fotos: Guillermo Di Salvatore
Reloj solar. Una parte del revestimiento se rompió.
Fuente del angelito. No funciona y también hay socavones y muchas roturas.
Pérdida de agua. Aquí funcionaba una canilla que se terminó rompiendo. Ahora, el agua desborda hacia el sendero.