¿Será la Fuente de la Cordialidad o del incordio? Es que la emblemática fuente que es símbolo del acceso este a la ciudad de Santa Fe está nuevamente seca. Hasta hace poco un gran volumen de agua había vuelto a emanar de la boca de los sapos ornamentales luego de años de semi abandono y sequía. El monumento había sido restaurado a fines del año pasado. Y el piletón estaba lleno. Pero a principio de año la fuente dejó de funcionar. Y esto tiene una explicación.
Los trabajos de reparación de la fuente demandaron el año pasado el esfuerzo económico del Municipio, que debió contratar además tareas de restauración para poner en valor los detalles históricos con un caro sentimiento para la ciudad.
Ciudad cordial
La escultura que corona la fuente con un biguá fue creada por el escultor local Baldomero Banús (1893 - 1967) hace casi un siglo atrás, en el año 1928. Seis años más tarde la pieza fue instalada en la fuente que estaba emplazada en el recordado Parque Oroño, en un sector ubicado en lo que es hoy la margen suroeste de la cabecera del puente Oroño, junto al Club Regatas. La crónica del diario El Litoral del 13 de noviembre de 1936 relata el día en que se inauguró el parque, que duró hasta la inundación de 1966, al igual que parte de la Costanera, ya que aquella emergencia hídrica golpeó severamente a la ciudad.
Desde entonces, por más de una década la fuente quedó en el abandono. Sus partes habían sido desmanteladas y terminaron en distintas dependencias municipales.
En 1978 la escultura fue restaurada por Roberto Favaretto Forner y la fuente se ubico en su actual emplazamiento, sobre la cabecera opuesta del puente flamante Oroño, en el acceso este a la ciudad por la ruta nacional 168, recuerda Gustavo Vittori en su libro "Santa Fe en clave". Para entonces fueron reemplazados los originales sapos que lanzaban agua (que eran de bronce y fueron robados) por los nuevos de cemento. Y se la bautizó "Fuente de la Cordialidad", en alusión al eslogan que tenía la ciudad: "Santa Fe, ciudad cordial".
Más tarde la emblemática fuente quedó otra vez casi en el abandono, seca. Y así se repitió la escena varias veces en su historia, por décadas. La última intervención sobre su estructura antes de la restauración general encarada el año pasado había sido en el año 2006, durante la intendencia de Martín Balbarrey, cuando en el marco de unos trabajos de parquización, se pintó la fuente.
En medio de la pandemia, la Municipalidad encaró el año pasado las tareas de restauración para recuperar la Fuente de la Cordialidad y ponerla en valor, con una inversión de $ 84.412. Los trabajos incluyeron la instalación de un nuevo sistema eléctrico de alimentación, la reparación íntegra de la bomba, los tableros eléctricos, la restauración de los elementos ornamentales, la limpieza profunda y el sellado de grieta del fondo. También se rescató la escultura de hierro que va en la parte superior.
"La Fuente de la Cordialidad estaba rota, quebrada, sin funcionar desde hacía 12 años. Un día nos propusimos ponerla en funcionamiento, ponerla en valor y eso fue lo que hicimos", dijo el intendente, Emilio Jatón, el lunes 1 de noviembre de 2021, parado junto al monumento. "Es mucho más que poner en valor una fuente, es poner en valor el ingreso de la ciudad, una fuente icónica en la que muchos de los santafesinos se han sacado fotos cuando estaba en el Parque Oroño, forma parte de todos los vecinos y vecinas, uno ingresa, ve la fuente y se recupera algo del sentimiento, del ser santafesino", dijo aquel día el mandatario local. Pero al poco tiempo la fuente se volvió a secar. ¿Qué fue lo que pasó?
"Estamos teniendo inconvenientes con el motor original", comenzó su explicación Matías Pons Estel, director de Gestión Urbana. Cabe recordar que dicha pieza había sido restaurada el año pasado, pero "por problemas de tensión, saltaba constantemente. Tratamos de ponerlo a punto pero no fue posible, porque es un motor bastante viejo".
Para solucionar el problema "se decidió comprar un motor nuevo", dijo el funcionario municipal ante la consulta de El Litoral. Se trata de una bomba de última generación y ya fue adquirida. Pero para activarla "se necesitan remodelaciones edilicias estructurales", anticipó, al tiempo que anunció que "hoy comienzan con el armado y el fin de semana ya podría estar funcionando".
Antes fue necesario cambiar la ubicación de la toma de agua, los caños, instalar un tablero nuevo y nuevas ventilaciones para la cabina. La bomba y los demás elementos necesarios demandaron una inversión cercana a los $ 450.000.
Los casi tres meses que funcionó la fuente antes de que se apague (hace poco menos de un mes atrás) "sirvieron para monitorear cómo respondían las restauraciones realizadas", dijo Pons Estel. "Se aprovechó para sellar algunas grietas detectadas y evitar así pérdidas de agua, la regulación de picos y la puesta a punto en general".
Así las cosas, en los próximos días la Fuente de la Cordialidad debería volver a funcionar. Y dejar de ser un incordio.