Cómo funcionan los "robotitos" educativos que llegaron a los Jardines Municipales de Santa Fe
Se llaman "Iko" y los diseña la empresa de juguetes Rasti. Sirven para estimular los aprendizajes múltiples, el juego infantil cooperativo y la alfabetización emocional. Los dispositivos debutan en las salas de 3 años.
Cómo funcionan los "robotitos" educativos que llegaron a los Jardines Municipales de Santa Fe
Una novedad por estos días moviliza a los Jardines Municipales de la ciudad de Santa Fe. Es que el gobierno local adquirió, por un monto total de $1.100.000, 17 robots pedagógico-educativos, uno por cada establecimiento escolar: se llaman "Iko", los desarrolla la conocida empresa de juguetes Rasti y ya debutan en las salitas de tres años.
Fue el intendente Emilio Jatón, durante su discurso de aperturas de sesiones ordinarias del Concejo, quien había dado el adelanto: "Gestionamos financiamiento nacional para la adquisición de juguetes Rasti que estimulan la exploración tecnológica, la autoconfianza digital, la creatividad y la imaginación. Todo esto va a estar disponible para los niños de Santa Fe en los Jardines Municipales".
Los robots fueron creados por la conocida empresa de juguetes Rasti, siguiendo una metodología pedagógica.
Según la información de la página oficial de Rasti, se explica que el nuevo Iko es "un robot programable con tarjetas de proximidad que el dispositivo 'lee' gracias a su lector con tecnología RFID. Dichas tarjetas le van indicando a Iko las distintas acciones que debe realizar para lograr el objetivo planteado. Esta simplicidad y modalidad 'tipo juego', facilita el desarrollo del pensamiento computacional y la programación para niños de 3 a 7 años".
Además, "Iko posee una pantalla Led con íconos que promueven la inteligencia emocional, un tablero de desplazamiento cuadriculado donde posicionar los obstáculos y los objetivos y piezas Rasti encastrables a la carcaza de Iko para su personalización creativa. Iko promueve el aprendizaje simple de la robótica a través del juego y fomenta la creatividad para resolver problemas", asegura la firma.
Puente intergeneracional
"La línea de trabajo que seguimos es la incorporación de juguetes que tengan la capacidad y la materialidad para poder desarrollar desde la primera edad las inteligencias múltiples. Hoy los jardines tienen juguetes de excelente calidad; de madera, textiles, etcétera. Y dentro de este plan, hablamos con la empresa (Rasti) para incorporar los robots Iko", le explicó a El Litoral Huaira Basaber, subsecretaria de Gestión Cultural y Educativa municipal.
Rasti tiende un puente intergeneracional entre algo "de otros tiempos" (los clásicos ladrillitos para construir cosas, algo que varias generaciones conocieron) con las tecnologías. "Esto da la posibilidad de que ambos juguetes (los robots Iko y los pequeños ladrillos de plástico) se utilicen de forma conjunta y desde un concepto estrictamente pedagógico", dijo la funcionaria.
Lo que se pone en valor, con todo, es el viejo ejercicio de jugar para aprender. Los juegos no son pautados ni están detenidos por las exigencias de la adultez. Según Basaber, esto va en línea con la ambientación de las salitas: "Cada una de ellas está ambientada con una temática, como por ejemplo el teatro o los títeres. Hay una narrativa que circula en cada salita: Iko viene a formar parte de ese relato donde los protagonistas son los pequeños", agregó.
Inteligencias múltiples
Cada robot permite trabajar con las inteligencias múltiples. "Lo visual y lo espacial, lo verbal y lo lingüístico, lo auditivo y lo musical, además de lo social e interpersonal", añadió la subsecretaria.
Los "Iko" debutan en las salas de tres años. La capacitación para las docentes se realizó a principios de este año.
Una de las propuestas de estos dispositivos robóticos es la siguiente: con "fichas", se pueden hacer asociaciones de recorridos. Una tarjeta que se apoya en la parte superior del robot, éste la "lee" y da inicio a un camino de juegos (dentro de un circuito apoyado sobre el suelo), que será seguido por los alumnos, quienes a su vez podrán hacer un aporte propio.
Pero además, los robots Iko tienen un abanico de variantes para programar: la utilización de ritmo e imágenes, una rutina de baile, jugar con laberintos en el piso. "El pensamiento matemático lleva a trabajar con rompecabezas, y las resoluciones de problemas ante un desafío. También, el trabajo cooperativo entre los niños, y la posibilidad de habilitar la reflexión y compartirla", agregó la subsecretaria.
Lo tridimensional
Lo que permiten estos robots, en términos de creatividad, es muy similar a lo que producen los clásicos ladrillitos Rasti: "Con una forma se pueden construir miles de otras formas, por asociación, por combinación y selección, entendiendo que en un mundo plano y visual, la tridimensión a veces es difícil incorporar, ya que sabemos que muchos niños, desde bebés, están en contacto con las pantallas de los celulares y televisores. Y estos juguetes vienen a contribuir a incorporar lo tridimensional desde el movimiento y el juego", explicó Basaber.
Si bien los robots debutaron en las salas de tres años, la empresa Rasti tiene intención de generar un prototipo -a partir de una inquietud planteada desde la subsecretaría- para que pueda ser utilizado por niños más chiquitos, en salas de 1 y 2 años. "El intendente (Emilio Jatón) desde el primer momento puso hincapié en lo que es la política pública educativa de la ciudad. Eso es muy valorable", ponderó la funcionaria.