La Fundación Niños del Sol fue creada hace más de nueve años, como resultado de una importante decisión de Luciano Rossi, su fundador. Desde entonces, la organización ha fortalecido su impacto social en el barrio Santa Rosa de Lima.
Luciano Rossi, fundador de la organización, compartió con El Litoral una historia de crecimiento comprometido con el impacto social.
La Fundación Niños del Sol fue creada hace más de nueve años, como resultado de una importante decisión de Luciano Rossi, su fundador. Desde entonces, la organización ha fortalecido su impacto social en el barrio Santa Rosa de Lima.
El Litoral tomó contacto con Rossi para conocer más de cerca la realidad de la asociación ubicada en el extremo suroeste de la ciudad de Santa Fe: su origen, situación actual, los talleres que ofrece, la necesidad del voluntariado y la motivación personal detrás de este proyecto solidario.
Es relevante destacar que el entrevistado ha sido reconocido por su labor solidaria, destacándose como Mensajero de Paz -nombrado por la organización Pacis Nuntii-, ciudadano distinguido por la Cámara de Senadores de Santa Fe y miembro fundador de la Mesa de Diálogo Interreligioso de Santa Fe.
En el año 2014, Rossi se encontraba viviendo en España con la intención de migrar hacia África para iniciar un comedor comunitario en Angola, pero por motivos personales tuvo que volver a la Argentina. No obstante, el regreso a sus orígenes no fue un impedimento para completar su anhelo personal: “Si bien en África existen necesidades muy graves, sabía que mi país también las sufría por esto es que lo tomé como un doble desafío”.
Ni bien arribó a Santa Fe, comenzó a buscar una propiedad adecuada para colocar la piedra fundacional de Niños del Sol. Tras un arduo sondeo, se presentó la oportunidad de obtener un PROCREAR -iniciativa pública destinada a la adquisición de viviendas-. Cabe recordar que una de las condiciones del programa era que el inmueble debía ser habitado, pero esto no representó ningún obstáculo para el santafesino.
De esta manera, Rossi optó por tomar una decisión que transformaría el camino de su vida: residió durante 7 años en Santa Rosa de Lima (en el mismo lugar donde funciona Niños del Sol). “Me quedé muy contento con la experiencia porque conocí gente increíble dentro del barrio”, manifestó.
Desde el primer momento, la Fundación ha ido creciendo bajo la misión de ser un lugar de contención para todas las familias del barrio. “No solo tienen un plato de comida, sino que encuentran gente que los espera con los brazos abiertos para lo que sea que necesiten”, sostuvo el referente de Niños del Sol.
A su vez, confesó que durante los primeros meses existió cierta resistencia por parte de los habitantes de Santa Rosa pero con el tiempo se han ido ganando la confianza necesaria para trabajar en conjunto con los más vulnerables.
Aquella propuesta social que fue cuestionada por muchos, lamentablemente con el tiempo se convirtió en una necesidad para la sociedad.
La Fundación impulsa un estilo de “puertas abiertas” para albergar las necesidades de todos los que lo necesiten. “Cada vez recibimos más gente en el comedor”, reconoció Rossi con cierta preocupación en su rostro.
“Muchas veces nos ha pasado de estar desbordados de gente pero le buscamos la solución para que todos tengan su plato de comida”, dijo el santafesino. También agregó que esta situación les impone un desafío para estar preparados para recibir a todos los que quieran venir.
Es importante añadir que 6 de cada 10 personas que habitan el Gran Santa Fe se encuentran por debajo de la línea de pobreza. Un número preocupante que expresa la principal causa del incremento de asistencia en los distintos comedores en la ciudad.
Actualmente, Niños del Sol cuenta con varias actividades en la propiedad ubicada en Pje. Luis y Nilda Silva 4451. Por un lado, el merendero y comedor se encuentra abierto los días martes, miércoles, jueves y sábados para todo aquel que necesite asistir por un plato de comida. A su vez, los talleres de gastronomía, manicura y carpintería están disponibles los lunes y jueves. Los miércoles también funciona como anexo de una Iglesia Evangélica.
Claro está que la organización cuenta con un espacio destinado para los pequeños que se acercan hasta el lugar con sus familias: plaza de juegos, actividades con maestras jardineras y demás entretenimientos.
En el último tiempo, la Fundación en conjunto con otras organizaciones del cordón oeste de la ciudad de Santa Fe, ha llevado adelante eventos para fechas especiales. Por ejemplo, con motivo del Día del Niño se realizó un festejo en la plaza del barrio Santa Rosa que contó con la presencia de 1000 personas aproximadamente.
En vista al futuro, Rossi aseguró que tienen en mente poder aprovechar de una mejor manera la parte edilicia: “Tenemos un lugar bastante grande, pero no solemos explotarlo del todo. A veces nos preguntan para hacer otros eventos como casamientos o cumpleaños de 15; por esto es que quisiéramos mejorar las condiciones del lugar para poder brindar esos servicios de forma gratuita”.
“Siempre se necesitan manos porque cada vez tenemos más gente que se acerca en busca de ayuda”, sostuvo Rossi a la hora de ser consultado por la posibilidad de incorporar voluntarios a la Fundación. Hoy por hoy, Niños del Sol cuenta con cinco colaboradores fijos y entre 15 o 20 acompañantes esporádicos.
Romina Zalazar, voluntaria de la Fundación, compartió su experiencia con El Litoral: “Arranqué en pandemia porque tenía tiempo libre y necesitaba hacer algo. Mi principal actividad es la gastronómica pero me gusta estar en todo lo que se necesite”.
Zalazar reconoció que ayudar a los demás es su motivación constante para acercarse hasta la organización para dar una mano con las actividades.
Por último, expresó su invitación para los interesados en sumarse: “Si tienen la inquietud de colaborar pero no saben dónde canalizarla, nosotros como Fundación estamos más que abiertos para recibirlos. Acá compartimos el tiempo para ganar experiencias entre todos”. Para quienes quieran contactarse, el teléfono es 342-532-6942 y también la Fundación está en redes sociales (Instagram y Facebook).
En la misma línea, Rossi sumó su mensaje para los futuros voluntarios asegurando que “no se van a arrepentir porque cuando uno pone su energía y su voluntad en pos de un bien común, eso es sumamente gratificante”.
Además, compartió una experiencia que evidencia lo planteado anteriormente: “Un día me estaba acercando a la plaza del barrio para jugar a la pelota con los chicos. De un momento al otro, dejaron de patear para venir a abrazarme alrededor de 10 nenes. Fue una sensación que me puso los ojos lagrimosos porque fue algo hermoso”, finalizó Rossi.
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