Domingo 1.9.2019
/Última actualización 17:20
Así como en la mayoría de los hogares argentinos, la Secretaría de Hacienda municipal está haciendo malabares para llegar a fin de mes. En realidad, para terminar la gestión, la última del intendente José Corral al frente de la Municipalidad, con las cuentas ordenadas. Es que, crisis macroeconómica mediante, la alta inflación y la caída del consumo están afectando las finanzas: desde hace algunos meses se recauda entre un 15 y un 18% menos de los gastos que se afrontan. Para colmo de males, aseguran que el gobierno provincial le debe 530 millones de pesos, casi lo que suma todo el pasivo, entre deuda flotante y consolidada.
Por este motivo, luego de poner en marcha el año pasado un plan de reducción del gasto corriente, “las partidas se destinan hoy a cumplir con las obligaciones básicas del Municipio, que tienen que ver con prestar los servicios, finalizar las obras y pagar los sueldos del personal”, aseguró María Belén Etchevarría.
Los recursos que se ven afectados son el Derecho de Registro e Inspección (DReI), que mide la actividad económica local en base a lo que facturan las empresas y comercios; Ingresos Brutos; y la Coparticipación Federal. (Ver cuadro N° 1, con la aclaración de que los valores expresados son nominales y hay que tener en cuenta una inflación interanual de junio del 55,8%). La TGI, que tiene parámetros propios que no están atados a la variación de la inflación ni a la evolución de costos, mantiene los valores previstos de recaudación y, como es habitual, más de un 70% de los vecinos está cumpliendo con su pago en tiempo y forma, “con unos días de retraso en algunos casos, pero se paga”.
—En tiempos de crisis, es usual que caiga la recaudación de DReI. ¿Cómo están percibiendo este tributo?
—Se está recaudando con normalidad. La declaración jurada cierra los días 15 de cada mes y la última fue a posteriori de los cambios macro que anunció el presidente (Mauricio Macri). Nos encontramos con que las empresas de la ciudad están cumpliendo, se estaría llegando a lo previsto en el mes, dentro de los parámetros que venimos observando donde los recursos crecen, en general, entre un 15 y 18% abajo de lo que van creciendo los gastos, que es en líneas generales lo que está ocurriendo a otros municipios y a nivel provincial.
En cuanto a la recaudación de DReI, se nota la retracción de la actividad económica, en líneas generales hay una variación promedio interanual que oscila entre un 37-38%, un 40-42%, contra la inflación interanual que es por arriba del 50% (55,8% en junio, según Indec). Eso da la pauta de que la actividad económica está por debajo del crecimiento inflacionario. Y después, esto se traslada a los recursos del Municipio, a la recaudación.
—¿Cómo balancea el presupuesto general con el funcionamiento de la ciudad, si los recursos crecen menos que los gastos?
—Desde el año pasado empezamos a reducir gastos, a analizar área por área e identificar los gastos corrientes que eran posible realizar de forma más eficiente. Por ejemplo, reducimos horas extra y alquiler de movilidad; disminuimos los gastos de funcionamiento de oficinas con una política de digitalización de expedientes que en general es papelizado para reducir un gasto importante de impresoras, tinta y papel; y con eso controlamos el gasto corriente para poder destinar las partidas a cumplir con las obligaciones básicas del Municipio hoy, que tienen que ver con prestar los servicios, finalizar las obras y pagar los sueldos del personal.
Hemos podido cumplir en tiempo y forma con las remuneraciones del personal, que se aplica todos los meses, actualizando por inflación los salarios, tras el porcentaje que se otorgó en el mes de mayo.
D.R.—Si los ingresos están creciendo menos que los gastos, ¿se podrá cumplir con el presupuesto equilibrado que se había diseñado el año pasado?
—Difícilmente estemos hablando de un presupuesto equilibrado porque además, cuando se formula no se incluye la pauta salarial. La misma situación que se da a nivel provincial, con la diferencia de que los municipios tenemos menos herramientas que una administración provincial, porque no tenemos recursos que se hayan visto beneficiados en este último tiempo, como provincia tiene por ejemplo impuesto a los Sellos. Ninguna ciudad ni provincia va a llegar a un presupuesto equilibrado porque cambiaron las condiciones macroeconómicas. Cuando lo hicimos, se previó una inflación del 23 % y un dólar a 40 pesos.
—¿Están corriendo para más adelante los pagos a proveedores? ¿En qué valores está la deuda flotante del Municipio?
—La deuda flotante del municipio es de $ 283 millones al 31 de julio, la que se genera en el ejercicio. La falta de cumplimiento por parte de Provincia, sumado a la situación macroeconómica general, produce un alargamiento en los plazos de pago; pero estamos intentado cumplir con el pago a todos los proveedores y servicios para que el municipio funcione, y que la ciudad tenga los servicios básicos que debemos garantizar.
Financiamos un poco, alargamos los plazos de pago, pero vamos encontrando un equilibrio. Es un valor similar a años anteriores, sería mucho menor si pudiésemos percibir los fondos que nos retienen. La diferencia con el 2018 es que la actividad económica está muy retraída y ésa es una variable adicional.
—¿Qué deuda consolidada va a recibir la gestión de Emilio Jatón? ¿Cómo está compuesta?
—La deuda consolidada se suma a la deuda flotante y compone el pasivo municipal. Es la deuda que está registrada en algún tipo de convenio o documento, en una ordenanza de endeudamiento, por ejemplo. Están incluidas todas las autorizaciones de endeudamiento para la realización de obras: la de avenida Freyre; Parque Sur; plaza San Martín; colocación de geoceldas; peatonal San Martín; Gas en Liceo Norte; las obras hídricas de 113 millones que se hicieron cuando Provincia y Nación financiaron los desagües Larrea y Gorriti, y el Municipio hizo las obras complementarias; y el bacheo de las principales calles troncales de la ciudad, cuyas últimas cuotas se terminan de pagar en el próximo ejercicio.
Además, la deuda consolidada se compone de la deuda histórica que tiene el Municipio por jubilación anticipada que arrancó en 2004 (durante la intendencia de Martín Balbarrey) y ya estamos en los últimos pagos. También hay deudas de gestiones anteriores, de la década del ‘90, cuando la Municipalidad no pagaba los aportes al Iapos (ni la energía que consumían los edificios municipales): era de casi 200 millones de pesos a valor de ese momento, y hay un convenio firmado en 2003 con la administración provincial y nos la descuentan todos los meses de la coparticipación. Este es el paquete que se conoce como deuda consolidada, es estrictamente una deuda de obras y asciende a $ 355.000.000 al 30 de junio.
—¿Y se van pagando los vencimientos?
—Lo que vence en el segundo semestre de este año se va a pagar porque pagamos religiosamente los compromisos asumidos. Pero también necesitamos que Provincia cumpla con el envío de los fondos que le corresponden al municipio (ver cuadro N° 2).
La consigna número uno que José (Corral) nos dio es que cuando nos endeudamos como gestión y como ciudad, lo hagamos para hacer obras, nunca para pagar el gasto corriente. Y en la deuda consolidada está el reflejo de las obras que ha logrado realizar la ciudad en forma más rápida, bajo el concepto de equidad porque van a beneficiar a varias generaciones, y es muy difícil poder calzarlas en un único presupuesto, requieren ser financiadas.
—En este contexto, ¿se van a realizar nuevas licitaciones de obras?
—Hay obras que tienen financiamiento propio, por ejemplo las cloacas en Transporte tienen un endeudamiento autorizado por el Concejo, y el jardín Santa Marta, también. Se van a finalizar las obras que están en curso y las que tienen financiamiento propio tienen garantizada su continuidad porque ya está previsto en el marco de la norma que la creó.
A la disminución de la recaudación de DReI, se suma una caída en los ingresos que derivan de recursos nacionales que “la Provincia no está transfiriendo por diversos motivos”, aseguró Etchevarría. Es la deuda de $ 530 millones que el Municipio salió a reclamar la semana pasada al gobernador Miguel Lifschitz, y que puso sobre la mesa de transición, porque también impacta en las finanzas municipales.
Incluyen allí el Fondo de Financiamiento Educativo, que “en el caso de la ciudad de Santa Fe, donde la educación es una política de Estado, son necesarios percibir en tiempo y forma para afrontar los gastos de los jardines municipales y el Liceo Municipal, que estamos afrontando de gastos generales del municipio, retrasando el pago de proveedores o contratistas”, explicó la funcionaria.
D.R.Un ATN de $ 25 millones por la emergencia climática, “que pasa el tiempo y los vecinos se olvidan. Pero la primera semana de marzo, cuando ocurrió ese temporal con fuertes vientos, hubo más de 2 mil árboles caídos, y la ciudad estuvo colapsada durante varios días, e implicó para el Municipio un gasto muy importante porque hubo que contratar maquinarias (grúas, camiones), afrontar horas extra, y reponer gran parte del alumbrado público. La Nación envió la ayuda que solicitamos la primera semana de mayo y desde ese momento estamos insistiendo a provincia que lo transfiera, (el régimen de ATN establece que los fondos ingresan a las provincias, y éstas tienen que transferirlos a los municipios)”.
Respecto del Fondo de Coparticipación Federal, “son los excedentes de coparticipación y en el caso de la ciudad de Santa Fe, estamos reclamado lo del año 2018, pero hasta hace 10 días nos debían el saldo 2016 y 2017”, precisó Etchevarría. Y sobre el Fondo Conurbano (de emergencia social), lo perciben Santa Fe y Rosario y las áreas metropolitanas de las dos ciudades: “Este Fondo está congelado en $ 8.500.000, cuando el resto de las ciudades recibe hoy por el Fondo de Obras Menores cinco veces más de lo que recibe Santa Fe, con la diferencia de tamaño que tienen. Sin embargo, al día de hoy tampoco lo hemos percibido. Y no es lo mismo recibirlo en febrero que en septiembre, si es que llega”, volvió a reclamar la secretaría de Hacienda.
Por último, se espera que Provincia transfiera otro concepto de coparticipación nacional, el que deriva del Pacto Fiscal 2017, cuando la Provincia aceptó recibir unos bonos del gobierno nacional (Consenso Fiscal) hasta tanto se resuelva la situación de deuda entre ambos estamentos. Esos bonos se comenzaron a cancelar el año pasado y una parte es masa coparticipable a municipios y comunas: “El año pasado la Provincia lo retuvo y canceló íntegramente lo que había percibido en el segundo semestre, y este año está percibiendo pero no está transfiriendo, y no es poco dinero”, cerró la funcionaria.